Power wish: un método para intencionar 2025 con éxito
Llega fin de año y, con él, nuestros deseos para 2025. ¿Pero cómo pedir bien, de forma consciente para manifestar nuestros sueños? En esta nota, algunas claves.
15 de diciembre de 2024
Power wish: nuestros deseos para 2025. - Créditos: Getty
Desde chiquitas nos enseñaron a soplar las velitas y pedir tres deseos, escuchamos el cuento del genio que sale de la lámpara y nos concede lo que queremos, cerramos los ojos mientras comemos las doce uvas el 31 y pedimos fuerte. Hay algo de los deseos que nos traen esperanza y que, en diciembre, nos lleva a reflexionar sobre qué queremos que pase el año próximo.
El deseo es un estado mental que se expresa a través de términos como "querer" o "anhelar" algo. Se define como un movimiento afectivo hacia algo que se quiere obtener o lograr. Si bien para la psicología clásica el deseo siempre es insatisfecho,la realidad es que el deseo es motivación, es lo que nos mueve hacia adelante. Representa un impulso, un empuje, que nos lleva a actuar. Y cuando logramos cumplir nuestros deseos nos llena de felicidad y satisfacción. En esta nota exploramos el poder del deseo y algunas claves para llevarlos a cabo.
¿Qué es el power wish?
Power wish: nuestros deseos para 2025. - Créditos: Canva
Sabemos que el poder de los deseos pueden transformar la realidad. Ojo, no vamos a caer en la linealidad de “lo pedís, lo tenés” o que basta solo con intencionar. Si no, la vida sería muy sencilla. El poder del deseo está en ser ese motor que nos lleva a donde queremos ir, en ser impulso en esta vida. Y, con un poco de suerte y empuje, el universo nos escuchará y nos llevará a ellos.
La astróloga japonesa Keiko mezcla la tradición espiritual con el poder de la manifestación. Popularizó el término “power wish” en su libro El poder de desear las cosas. Allí plantea cómo la influencia de las fases lunares puede intensificar nuestras intenciones, especialmente cuando se alinean con objetivos concretos y actitudes de gratitud. Ella sostiene que cada fase lunar ofrece una oportunidad energética específica para ciertos tipos de deseos. Por ejemplo, en la luna nueva se recomienda fijar nuevos objetivos, mientras que la luna llena es propicia para liberar lo que ya no nos sirve. Este proceso busca aprovechar el ciclo lunar para sincronizar deseos con el calendario cósmico.
“La clave de la manifestación es emplear las palabras con la vibración más potente y elevada. Por eso lo denomino método del deseo consciente. Es una manera extraordinariamente poderosa de hacer realidad tus sueños. Plantéatelo como una herramienta para materializar tus deseos, mucho más allá de conformarte con desear y quedarte a la expectativa”, propone. Pero vamos a indagar un poco sobre qué es esto de desear de forma consciente.
Pedí claro
Keiko sugiere que los deseos se expresen de forma clara y que se alineen con valores personales. En la práctica, escribir deseos de esta forma ayuda a reducir el autosabotaje, ya que permite aclarar objetivos y aumentar el compromiso.
¿Cuántas veces decimos que queremos algo solo porque lo vimos en el Instagram del vecino? ¿O, como en la serie Envidiosa, queremos casarnos y tener hijos solo porque es lo que establece la sociedad? Para empezar a manifestar nuestros sueños, tenemos que arrancar por preguntarnos qué es lo que de verdad queremos. Joe Dispenza, pionero en neurociencia y transformación personal, dice que cuando nuestra conducta coincide con nuestras intenciones, cuando nuestras acciones están de acuerdo con nuestros pensamientos, cuando la mente y el cuerpo actúan juntos, cuando nuestras palabras son coherentes con nuestras acciones, detrás de nosotros hay un poder inmenso.
En lugar de decir “quiero ser feliz”, probar con “quiero encontrar alegría en mi trabajo diario”. Como cuando vas a la peluquería con la foto del corte que querés, es necesario pedir con precisión. Para ello el autor estadounidense propone visualizar nuestra intención. Imaginá tu vida con la intención ya realizada. ¿Cómo se ve? ¿Cómo se siente? Los pensamientos crean una imagen mental, mientras que las emociones le dan poder a esa imagen. Sentir gratitud, amor o entusiasmo al visualizar los deseos, nos ayudan a "reprogramar" el cerebro y envíar señales al cuerpo que promueven un estado de coherencia.
Un buen ejercicio práctico es armar un visión board, que te ayuda a ver tus metas en imágenes y frases, y así es más fácil creer que podés alcanzarlas. Tenerlo a la vista te ayuda a mantenerte motivada para alcanzarlas. Y también te ayuda a tomar acción: cuando sabés lo que querés lograr, es más probable que hagas los movimientos necesarios para hacerlo realidad.
EJERCICIO: ARMÁ TU VISION BOARD
Los vision boards o mapas de deseos se popularizaron en la última década y tienen como principal objetivo plasmar en ellos los deseos para tu “yo” del futuro. Son una especie de collage de imágenes, palabras y citas que representan visualmente las metas y deseos de cada uno. ¿Cómo armar el tuyo?
1. Creá un ambiente de tranquilidad
Esta es una actividad de amor propio y es importante que la tomemos como tal. Elegí un momento y lugar donde sepas que podés estar tranquila y sin interrupciones. Ambientá el lugar con cosas que te estimulen de forma positiva, como velas aromáticas, incienso, tu difusor con tu aceite esencial favorito, flores; lo que te vaya mejor.
2. Elegí un lienzo
Podés usar una pared, una cartulina, una hoja tamaño carta, un cartón reutilizado, lo que sea que tengas a mano. Lo importante es que sea una superficie “en blanco” o que no tenga nada escrito o dibujado encima y que puedas poner en una zona de tu casa, escritorio o de tu habitación que mires con regularidad.
-
¿Qué deseás?
Tomarse un tiempo para pensar en lo que querés lograr en 2025. ¿Viajar? ¿Cambiar de trabajo? ¿Encontrar el amor? Una vez que tengas una idea clara de tus metas, es hora de comenzar a recolectar imágenes, frases y palabras que las representen. Podés buscarlas en revistas, libros, internet o incluso crearlas vos.
-
Ponete creativa
Dejá volar tu imaginación. Sacá tu niña interior y anímate al collage. No solo se trata de alimentar los deseos y anhelos de tu yo adulta sino también dejar que tu niña interior te guíe y haga de este un espacio creativo y agradable para vos. Podés sumar pintura, stickers, brillantina ¡todo vale!
-
Dejalo a la vista
El poder del visión board está en poder verlo constantemente, tenerlo a mano y que nos sirva de guía a la hora de tomar decisiones. ¿Lo que estás haciendo hoy te lleva a eso que tanto deseás?
El lado B del deseo
A veces, en la vorágine, y más a fin de año estamos pensando en lo que vendrá, en el futuro. Deseamos tener aquello que imaginamos nos hará más felices y aún no tenemos: una casa más grande, un nuevo trabajo, una pareja. Pero si siempre estamos persiguiendo la zanahoria, sin ver lo que ya tenemos, entonces nos quedamos estancadas en la falta, en la carencia o, incluso, en la envidia.
Entonces, ¿cuál es el camino? Ser agradecidas con lo que tenemos y pararnos desde la abundancia. Janice Kaplan en El diario de la gratitud explora el impacto positivo de la gratitud en la vida diaria. La gratitud es más que una emoción pasajera, es una práctica que puede transformar la manera en la que se percibe la vida y las relaciones. Según ella, al elegir centrarse en lo positivo y ser agradecido por lo que se tiene, las personas pueden aumentar su felicidad, mejorar su salud y fortalecer sus vínculos personales. Esto no significa ignorar los problemas o dificultades, sino abordarlos con una mentalidad más abierta y positiva.
Uno de los puntos que destaca en su trabajo es cómo la gratitud puede reconfigurar la forma en la que el cerebro procesa la información, favoreciendo una visión más optimista. Kaplan también enfatiza la importancia de hacer de la gratitud un hábito, incorporándola en las rutinas diarias y en los pensamientos, como un antídoto contra la queja y la negatividad. Y esto, aunque suene paradójico, nos ayuda a cumplir nuestros deseos, ya que tendremos una mentalidad más abierta a nuevas oportunidades.
Keiko lo plantea desde un lado más espiritual: la gratitud es fundamental para lograr el equilibrio del universo. “Si quieres que tus deseos se cumplan, tienes que añadir el poder de lo opuesto. De modo que formulas un deseo con la luna nueva y expresas gratitud con la luna llena: esa es la dinámica”, explica.
El universo a tu favor
"Trabajá por el universo y el universo trabajará a tu favor", dice la frase. En el budismo, los principios del karma y la interdependencia, nos enseñan cómo las acciones tienen repercusiones en uno mismo y en el mundo. Las acciones intencionales, ya sean buenas o malas, generan consecuencias que se reflejan en el futuro de la persona. Según esta filosofía, si trabajás de manera desinteresada y con compasión, las energías y resultados positivos eventualmente se manifestarán en tu vida. Esta práctica de actuar con conciencia y propósito contribuye al bienestar de otros y, en última instancia, se traduce en un beneficio propio, ya que todo está conectado.
En este sentido, lo mismo sucede con los deseos. Si hacés tareas positivas, sumás porotos del universo para lograr tus metas. Los deseos se encarrilan en esa misma energía de servicio. Pero, ojo, esto no implica negar la realidad, con sus complejos matices, causas, consecuencias y posibilidades. Es clave hacer nuestro trabajo interior para poder concretar nuestros deseos. Y no quedarse sentados a que sucedan por arte de magia.
Intención y acción
Los avances en neurociencia y física cuántica han proporcionado una ventana al poder y al mecanismo de la intención. La investigación en neurociencias revela que la intención puede cambiar los patrones neuronales, llevando a cambios en el comportamiento y la percepción. Intencionar no es solamente anotar en un papelito nuestros deseos en determinado momento del mes, ni repetir tres veces frente al espejo, ni hacer rituales complejísimos. Si no que es, fundamentalmente, tener en claro qué deseamos, hacia dónde queremos ir. Y accionar.
Como en la película Wish de Disney, donde los habitantes de Las Rosas entregaban sus deseos para que fueran guardados como cajitas de cristal, si guardamos ese deseo, pero no accionamos en pos de él, nada sucederá. Desde un punto de vista psicológico, el Power Wish permite visualizar metas de manera concreta y positiva. Cuando se sigue esta técnica de forma regular, nuestra mente está más atenta a detectar oportunidades y actuar en función de esas metas. Y es fundamental alimentar el deseo con acciones alineadas. Según Keiko, el universo responde a la intención cuando se demuestra con hechos concretos.
Pensá en tu huella
Al vincularnos, generamos un impacto en los otros. Desde el Budismo se lo conoce como interdependencia o pratītyasamutpāda, que enseña que todos los fenómenos están interconectados y que las acciones de una persona afectan a los demás y al universo en general. Tus esfuerzos y acciones altruistas contribuyen al flujo armónico de la vida. Como resultado, esa misma red de interconexiones te devuelve energía positiva y apoyo en formas inesperadas.
Por eso, si tus deseos están formulados de modo tal que no solo traen beneficios para vos, sino también para otros a tu alrededor, seguramente sucedan más rápido. Keiko plantea que el universo materializa los deseos de quienes ejercen un impacto positivo en su entorno, ya que así cada vez son más las personas que alcanzan la felicidad. Por ejemplo, si vos estás feliz con tu nueva pareja, podés llevar más armonía a tus proyectos o al resto de tu familia. O si lo que querés es más dinero, con él también podrás donar para causas que te interesan. Entonces, cuando pidas un deseo, no lo hagas solo pensando en vos.
No es que el universo espera que todos seamos la Madre Teresa de Calcuta, pero sí saber que hay un círculo virtuoso entre el dar y el recibir. Esta noción se encuentra en varias filosofías y religiones, incluyendo el budismo, y también es una piedra angular en la psicología positiva. Implica que las acciones generosas y desinteresadas crean un ciclo positivo que beneficia tanto al que da como al que recibe.
Y tenés que tener en cuenta no solo el impacto que generará en los demás, sino que la concreción de nuestros deseos también depende de las personas que nos rodean (y no solo de nuestra voluntad). Si querés hacer una carrera, necesitarás apoyo material o moral para hacerlo. Si tu deseo es cambiar de trabajo, habrá compañeros o colegas que te ayuden (aunque solo sea enviarte un link de una búsqueda laboral). Nadie se salva solo. Vivimos interconectados y la concreción de nuestros deseos, solo es posible junto con otros.
“El poder de la intención”, por Dafne Schilling
De chiquita mi madre me decía “Cerrá los ojos y visualizá lo que querés con el cuerpo, mente y alma. El único truco para que las cosas sucedan es creer en ellas.” De grande capricorniana entendí que no sirve solamente visualizarlo, con escribir, con pensarlo, el poder de la intención nos pide algo más: actuar en coherencia. Ahí es donde reside el éxito de nuestro trabajo con la intención. Donde las decisiones que tomamos en nuestro día a día van a ser las protagonistas de cómo se vaya desarrollando el resto de nuestra vida.
Muchas veces creemos que estamos intencionando desde el corazón, pero las pequeñas acciones del día a día, demuestran lo contrario: nos hablamos mal, nos tratamos mal, nos autoboicoteamos. Y está bien, es difícil ser totalmente amable con uno mismo, pero cuando vamos a hacer el verdadero trabajo del alma, es necesario que sea en un cien por ciento. Que la coherencia esté presente en las decisiones, pensamientos, acciones, palabras e intenciones. ¿Cómo sabemos si lo que deseamos nace desde el ego o desde el corazón? La diferencia reside en que estamos alineados. Por eso hay pasos. Uno de los pasos es poder relajar el cuerpo, entrar en contacto con él, entender cómo está, dónde estoy parada, desde qué lugar estoy funcionando. Cuando el cuerpo está desregulado es difícil que podamos intencionar con claridad. Luego hay que ir a la mente. ¿Cuánta intensidad hay? ¿Cuánto movimiento?
La mente tiene que estar centrada, acomodada en algún punto. Luego llega el tercer paso: aclarar la intención. Tener en cuenta qué es lo que verdaderamente yo quiero o necesito para mí, para desarrollar mi potencial humano. Muchas veces intencionamos algo que no es para nosotros. Nos pasamos años queriendo que algo suceda y que quizás no sucede porque no tiene que ver con nosotros o porque no está en nuestro camino de aprendizaje. Entonces poder aclarar la intención es muy importante. Y el cuarto paso es abrir el corazón, es poder intencionar con desapego. Y esa es la parte más difícil. Poder entender qué es lo que quiero, poder intencionar desde el corazón abierto, también dejarlo ir para que realmente sea al final lo que tenga que ser.
El poder de la intención es un trabajo para volver a casa, para volver a la verdad. Cuando creemos en nosotros ahí la vida deja de ser amenazante y nos damos cuenta que nosotros mismos somos LA MAGIA.
En esta nota: