Día de los Enamorados: más de la mitad de los argentinos se enamoró en su lugar de trabajo 

 

Federico Barni, CEO de Jobint, dijo a partir de los resultadosa: "Compartimos la mayor parte de nuestro día a día con las personas con las que trabajamos,  más tiempo que con nuestras familias o amistades. Están ahí cuando nos pasa algo, cuando necesitamos un consejo, y cuando queremos celebrar. Es lógico que se conviertan en amigos, parte de nuestras familias o parejas". Y agregó: "Sin embargo, sólo el 25% de las organizaciones tiene una política específica respecto a estas relaciones".

También pidió: "Es necesario que trabajemos en protocolos que permitan el desarrollo de vínculos sanos y la prevención de situaciones de violencia o acoso”.

Match en el trabajo es un estudio de Bumeran en el que participaron 3373 personas trabajadoras y especialistas en Recursos Humanos de Argentina, Chile, Ecuador, Panamá y Perú. La investigación explora las relaciones amorosas en el ámbito laboral y su impacto.  

El 38% de los talentos que afirman haber tenido una relación amorosa en el trabajo, lo hicieron en secreto; el 31% la mantuvo parcialmente pública, lo que significa que era conocida sólo por algunos de las personas de su trabajo; y otro 31% asegura que fue totalmente pública, es decir, conocida por la mayoría o todos en la oficina.  

El 55% de los talentos afirma que la relación amorosa tuvo un efecto positivo en su desempeño laboral, el 45% considera lo contrario. ¿De qué forma los afectó positivamente? Mejoró su motivación para el 44%; recibió apoyo emocional para el 13%; experimentó un aumento en su productividad para el 9%; y notó una reducción en su estrés laboral para otro 9%. 

 

En contraste, entre quienes consideran que la relación los afectó negativamente señalan: el 40% que afectó su reputación; el 20% que sufrió distracciones frecuentes; otro 20% que enfrentó conflictos emocionales; el 10% que percibió una reducción en su productividad y otro 20% que experimentó dificultades para tomar decisiones objetivas.  

Además, el 24% de las personas que mantuvieron una relación amorosa en el trabajo experimentó inconvenientes relacionados. Las principales problemáticas fueron que los directivos no avalan las relaciones amorosas en su trabajo (46%); rumores o comentarios entre pares (31%); otros motivos como una mala relación con sus superiores o despidos (23%); y discriminación o trato desigual (15%).  

El 84% de las personas trabajadoras afirma que no recibió ninguna información por parte de la organización sobre cómo llevar adelante las relaciones amorosas en el trabajo. Es el porcentaje más alto de la región. A continuación, se encuentran Chile con el 80%, Perú con el 73%, y Ecuador y Panamá con el 68%. 

Respecto a la la posición de las organizaciones frente a las relaciones amorosas entre sus integrantes; el 64% de los talentos señala que no existe una política formal al respecto en su trabajo; el 15% indica que estas relaciones están prohibidas; el 7% menciona la existencia de un protocolo específico; y otro 7% afirma que deben informarse a Recursos Humanos. 

En cuanto a su percepción personal, el 41% de los talentos considera que las relaciones amorosas en el trabajo son aceptables siempre que se mantengan fuera del ámbito laboral y no interfieran con el desempeño, el 26% opina que son completamente válidas, ya que cada persona es libre de enamorarse o vincularse con quien desee, y el 15% las aprueba solo si no involucran relaciones de poder, como las que se dan entre líderes y sus equipos.  Respecto a lo que harían si se enamoran de un par en el trabajo y la organización prohíbe esas relaciones amorosas, el 35% intentaría buscar una solución dentro de la organización, como hablar con Recursos Humanos o un superior para explorar excepciones; otro 35% respetaría la política de la empresa y no iniciaría la relación, y el 21% continuaría con la relación a pesar de la prohibición. 

Las relaciones amorosas en el trabajo tienen su contracara: las situaciones de violencia, acoso o abuso en el entorno laboral. El 23% de las personas trabajadoras afirma haber sufrido acoso en su lugar de trabajo frente a un 77% que no. Entre las personas que sufrieron acoso laboral, el 12% señala que el acoso provino de pares, el 6% de un líder o supervisor, y el 4% de directivos de la organización.  

Frente a esta situación, el 80% de las personas no llevó adelante ninguna acción; el 9% habló con Recursos Humanos; el 8% optó por cambiar de trabajo; y solo el 3% presentó una denuncia. 

Según los especialistas en recursos humanos, en el 75% de las organizaciones en Argentina no hay políticas específicas sobre relaciones amorosas en el ámbito laboral. La tendencia se replica en Chile, 75%; en Perú, 63%; y en Ecuador, 57%. Por el contrario, en Panamá el 53% de las organizaciones tienen políticas específicas al respecto. 

Dentro de las organizaciones de Argentina en las que hay políticas sobre relaciones amorosas en el trabajo; el 40% las permite bajo ciertas condiciones o restricciones específicas, como informar a Recursos Humanos o contar con el consentimiento claro de ambas partes; el 33% prohíbe cualquier vínculo romántico entre sus integrantes; y el 27% no interviene en las relaciones, aunque se mantiene alerta ante posibles casos de acoso, abuso o vínculos entre líderes y sus reportes. 

En relación al impacto de las relaciones amorosas en el rendimiento laboral, el 48% de los expertos considera que no afectan al desempeño de las personas; el 35% cree que tienen un efecto negativo; y el 17% sostiene que impactan de manera positiva en el trabajo. 

El 78% de los especialistas en Recursos Humanos afirma que no se presentaron casos de acoso o abuso en sus organizaciones y el 22% sí reportó denuncias. Entre las presentadas, el 14% fue de acoso; el 6% de abuso y acoso; y el 2% de abuso.  

En cuanto a las situaciones de abuso o acoso reportadas, el 28% corresponde a comentarios inapropiados; otro 28% señala el uso de una posición de autoridad para forzar o manipular a alguien a participar en una relación o situación no deseada; el 22% menciona contacto físico no deseado; el 17% se refiere a casos de acoso sexual; y el 6% indica presión o persecución constante de un superior que afectó el desempeño o la estabilidad emocional de la persona.  

Ante estas situaciones, el 39% de las organizaciones realizó una investigación exhaustiva y tomó medidas basadas en los hallazgos, el 28% aplicó sanciones o medidas disciplinarias según la gravedad del comportamiento, el 6% implementó cambios en la estructura del equipo o las responsabilidades laborales para prevenir conflictos futuros, el 6% ajustó o introdujo nuevas políticas para manejar mejor estos casos, y el 6% manejó la situación de manera discreta para proteger la privacidad de los involucrados. Sin embargo, el 17% no tomó ninguna medida al respecto. 

En cuanto a la existencia de un protocolo establecido para situaciones de acoso y abuso, el 72% de las organizaciones asegura contar con uno, mientras que el 28% no tiene un protocolo específico al respecto.