Solos, con amigos o con extraños: ¿cuál es la mejor forma de viajar?
Contra todo pronóstico, muchas amistades se rompen tras el descanso compartido; visitar nuevos destinos con desconocidos o en soledad, en cambio, puede salir mejor de lo previsto
25 de junio de 2016
Las redes que conectan desconocidos para emprender un viaje en conjunto, como Viajeros Unidos, están en auge - Créditos: Shutterstock
Habían planeado el viaje durante meses. Eran amigos hacía años, pero curiosamente, jamás habían compartido un avión que los depositara fuera de Buenos Aires.
Nicolás cayó en la cuenta de esa carencia en su largo historial de momentos vividos junto a Julián -algunos realmente intensos como la muerte de su padre y el nacimiento de sus hijos- y soltó la propuesta casi sin pensarlo: "¿Y si nos vamos a algún lado los dos solos?", le dijo a su confidente convencido de que esa situación no haría más que consolidar una amistad que hasta el momento no había tenido fisuras. El destino elegido fue Machu Picchu, un viaje soñado por Nicolás que de movida no entusiasmó mucho a Julián. Ya no tenían 20 años como cuando cursaban la facultad y a esa altura él estaba más para tirarse en una playa que para exigirle a su cuerpo con largas caminatas y pronunciadas subidas. Pero, como de costumbre, no quiso desilusionar a su amigo y aceptó la propuesta. "Ése fue el primer error -cuenta Julián-. Me subí a un viaje que no me resultaba atractivo ni con el que me sentía cómodo. Lo que pasó después fue consecuencia de eso", reconoce el arquitecto. Lo que pasó después puede resumirse en una frase: "Fue la peor semana de mi vida -dice Julián sin dudar-. Me apuné, me descompuse y estuve con oxígeno solo varios días porque Nicolás se iba a hacer las excursiones. Y cuando fue la subida a Machu Picchu yo estaba sin fuerzas, débil, y mi amigo se molestó porque decía que tenía mala onda, que cambiara la cara, que ojalá no me hubiera dicho de hacer el viaje juntos. Obviamente nos enojamos y discutimos. Después de ese viaje estuvimos sin hablarnos varios meses y cuando lo llamé nada volvió a ser igual. No volvería a viajar con un amigo. Prefiero hacerlo solo o hacerme compañeros de viaje en el camino para preservar la relación de amistad".
Lo que le pasó a Julián no es un hecho aislado. De hecho son varias amistades que se rompen o, en lugar de acercarse, se distancian. "Tu mejor amigo no es necesariamente tu mejor compañero de viaje. De hecho puede ser el peor", dice Jorge Gobbi, profesor universitario, autor del blog Deviajes.com.ar. "Viajar con amigos es un riesgo porque convivir con alguien es diferente a verlo cada tanto. Algunos son intolerantes con la comida o extremadamente puntillosos con el baño... Es más fácil viajar con tu pareja, que al menos le conocés las mañas. Viajar con amigos lo dejaría para viajes cortos y que no den mucho lugar a tensiones como lagartear en una playa. El de mochilero o recorrido extenso por muchas ciudades da lugar a que se presentan muchos momentos en que la amistad se pone a prueba", opina Gobbi.
De lo virtual a lo real
El boom de las redes sociales que contactan desconocidos que quieren compartir un viaje a un mismo destino no tiene su origen en amistades rotas después de una mala experiencia como la de Julián. De hecho, la primera razón para buscar un extraño con quien compartir la ruta es la de no disponer de amigos que coincidan con las vacaciones ya sea por una cuestión de calendario o por tener gustos o presupuestos disímiles. "Nadie dice que no viaja con amigos por un tema de no querer romper la amistad. Pero eso no significa que no haya casos -dice Andy Marquine, uno de los socios fundadores de Viajeros Unidos, una red que conecta gente que busca compañeros de viaje-. Una de las cosas positivas de viajar con desconocidos es justamente relacionarse con personas que comparten la pasión por viajar o por un mismo destino. Parte del viaje, además de conocer nuevos lugares, sin duda es conocer nuevas personas", sostiene Andy, que dice que hay unos 5000 usuarios registrados y cerca de 300 búsquedas activas.
Claro está que en la era de la redes sociales, el desconocido no es enteramente un extraño. Se lo googlea, se le mira el Facebook, el Twitter y para cuando se lo contacta, casi, casi es un amigo.
"Además de la previa digital hay una previa cara a cara antes de viajar. Para cuando te subís al micro o al avión ya hay un conocimiento", comenta Andy, que armó Viajeros Unidos con gente que conoció viajando.
Para Gobbi, la opción de viajar con desconocidos resulta buena en viajes con recorridos prefijados y rutas estandarizadas, pero no tanto cuando se va viendo sobre la marcha: "Cuando es un previsible, ir con desconocidos funciona bien. Hay expectativas en común y el riesgo, sacando los graves, tiene que ver con el hecho de convivir con alguien que no conocés. Pero al no haber una relación previa ni compromiso afectivo, siempre es posible abrirse. Viajar con extraños no lo recomiendo en viajes menos pautados porque ahí hay que tomar decisiones conjuntas y no siempre es fácil -analiza Gobbi-. Cuando no se tiene muy en claro lo que se quiere hacer, lo mejor es hospedarse solo en un hostel y hacerte amigos ahí. Siempre vas a terminar conociendo gente en el camino. Es una casualidad que dura poco, no se extiende en el tiempo y no hay ningún tipo de compromiso".
Muchos han estudiado qué sucede en la mente y el ánimo de las personas cuando emprenden un viaje solas. En general, la actitud cambia y también el comportamiento. Los especialistas en psicología del viajero aseguran que quien viaja en soledad o con gente que no conoce de antemano suele sentirse más libre y hasta tiene la rara sensación de ser otro.
Al no haber roles preasignados que cumplir ni relaciones afectivas que preservar, uno se permite ser como realmente es. O incluso fantasear con otra identidad. ¿Quién no ha mentido acerca de su vida con el compañero de fila en un avión? O por el contrario, ¿quién no se ha atrevido a contarle al de al lado cada detalle de su vida, aun aquellos que no fueron sincerados frente a familiares y amigos cercanos?
Más allá de las circunstancias, viajar solo o con desconocidos es uno de los momentos que todo viajero debería proponerse experimentar.
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