Volver al amor analógico: ¿la gente se cansó de las apps de citas?
La psicóloga, escritora, especialista en dependencias afectivas Patricia Faur reflexiona sobre la vuelta a conocernos de manera analógica.
16 de noviembre de 2024
Los hábitos que harán que un vínculo amoroso se extienda en el tiempo - Créditos: Getty
La gente está cansada de las pantallas, de las apps de citas. Yo creo en esta vuelta a conocernos de manera analógica, porque tenemos muchos más datos del otro, más información para saber si nos gusta, si hay atracción. Pero también hay algo del orden de la verdad.
Cuando decimos la expresión “usar de pantalla”, lo decimos para escondernos de algo. En la presencialidad tenemos más posibilidades de ser auténticos y de conectarnos con la autenticidad del otro. Lo primero para romper el patrón es propiciar encontrarnos en algún espacio que tenga que ver con algo en común (los grupos de intereses como el deporte, por ejemplo, son una buena opción).
Y salgamos de la idea de “pero acá hay solo mujeres”: nunca sabemos qué es lo que puede pasar. Cuando estás abierta a que algo suceda, hay muchas más posibilidades, y no es “tengo que conocer a alguien disponible para tener una pareja”, sino “conozco gente con la que puedo tener algo en común”. Después, si se convierte en un amigo, una pareja, un amante..., veremos.
Romper el patrón es salir de estos sesgos, de las profecías autocumplidas –“ya no hay hombres”, “nadie quiere comprometerse”, “no nací para esto”, “no tengo suerte”–. Ni las heridas infantiles ni lo que ha pasado en nuestra historia tienen que ser un destino, podemos corregirlo, trabajarlo y ponernos en lugares distintos.
Romper el patrón es ser auténtica, es poder ser yo desde una primera cita, decir lo que quiero, lo que me gusta, lo que no. En la dependencia emocional y la codependencia aparecen la desesperación por ser amada y la patología de déficit donde siempre me siento menos y ofrezco de más para que me quieran, trato de que encaje algo que no va, me autoengaño.
Salgamos de la idea del amor como impulso, pasión y locura... El amor también es pensamiento, es elegir. Lo sostenible es el erotismo, la complicidad, la diversión, la intimidad. En el buen amor, la pasión se transforma en amor.
Dejemos de quejarnos y hagamos las cosas diferente: si no me responden, salgo de ahí y sigo adelante. Salgamos del lugar de la queja y la victimización para ser protagonistas de la vida que queremos vivir.
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