Citas: estos son los 8 consejos de centennials para matchear en las apps

Elegir la app

Después del boom de las app de citas más populares —Tinder y Happn—, surgió una oferta de aplicaciones para buscar personas de manera más específica. OkCupid, por ejemplo, es la que está más orientada a conectar personas con los mismo intereses, ideología y gustos. Se refieren a ella como una opción “más indie” en el mundo de las citas. Bumble —muy en auge en este último tiempo—se caracteriza por darle a la mujer el poder de iniciar la conversación, después del match y ponerle un límite de 24 horas a la oportunidad de charla. Fairytrail es ideal para nómades digitales, personas que están constantemente viajando. Grindr y Her son las más elegidas por la comunidad LGTB+. Feeld se suele usar para tríos o relaciones poliamorosas, así como Veggly es la app de citas para veganos y vegetarianos.

Un primer consejo a la hora de descargarte una app de citas es tener en claro qué estás buscando. Muchas usuarias recomiendan investigar y elegir la aplicación que más se acerque a tu perfil y el de la persona que te gustaría conocer. Partir de la app correcta te ahora varios casilleros. Así como también tener en mente qué tipo de relación buscás: algo casual, amistoso, a largo plazo, etc.

El dilema de la foto

Una recomendación popular a la hora de elegir qué fotos subir a la app es que te muestren en diferentes momentos, facetas, moods. Algunas usuarias suelen elegir una foto “look noche”, una más casual de día y otra foto que muestre algo que las represente, como por ejemplo su mascota, sus plantas, su pasatiempo.

Todas coinciden en que, cuanto más natural, mejor. Y que, si bien la elección de una persona por su foto puede resultar superficial, las fotos dan muchísima información de la persona, además de sus rasgos físicos. El espacio, los objetos que los rodean, la pose, la mirada, etc.

A la hora de mirar las fotos de los demás, las usuarias suelen descartar perfiles con fotos demasiado producidas o con mucho filtro y también rechazan fotos donde la persona se muestre muy cubierta de accesorios: lentes, gorros, de perfil o de espalda. Si bien casi todas las consultadas admiten que las fotos son el primer motor del match, muchas veces terminan siendo un gran bluf.

¿Qué poner en la bio?

En este aspecto hay diferentes puntos de vista. Algunas usuarias prefieren biografías más minimalistas, a extensas descripciones aburridas o egocéntricas. El argumento es que una “bio” muy seria o solemne le saca esa cosa más liviana que brinda la app, así como puede sonar a “venta” o “chamuyo”.

Para las usuarias que sí gustan de una biografía con información de la otra persona, la clave es el humor. Acá el riesgo puede ser generar una gran expectativa y que en la vida real no se cumpla. Un consejo en este punto es no querer decirlo todo, dejar algunos de tus datos característicos para el chat y el encuentro. Pensar qué te identifica, más allá de tu trabajo, profesión y edad. Intentar ser fresca y —si está en tu personalidad— imprimirle un poco de “chispa”, siempre suma.

El chat

Muchos afirman que la charla posmatch es una instancia fundamental para decidir si pasar o no a la presencialidad. El primer consejo es intentar evitar la charla clásica de “Hola, ¿cómo estás? ¿qué estudiás? ¿de qué trabajas?”. La mayoría de las usuarias de app de citas afirman que en la conversación tiene que haber un equilibrio entre picardía, humor e interés genuino en saber del otro y contar quién sos. Si alguna de estas tres variables es muy estridente, la conquista suele fracasar. Si la otra persona es muy “picante” puede resultar un “zapardo/a”. El humor tiene que ser sutil para no volverse un monólogo de stand up y, por último, la forma de hablar de uno/a y saber qué preguntarle al que está del otro lado puede darte una idea de la personalidad del otro. Así que atenti al chat.

Por otro lado, hay usuarias que recomiendan un chat rápido y pasar al WhatsApp, para hablar con más comodidad y —a través de audios— conocerle la voz a su “match”. Algunas redflags a tener encuesta en este punto: comentarios homofóbicos/racistas; el pedido de “nudes” —fotos íntimas— aunque se esté hablando de otro tema; la insistencia con temas sexuales; que después de intercambiar uno o dos mensajes, el otro presione para verse en persona; que no pase sus redes sociales o “no tenga”.

Pasar o no pasar el Instagram

Están quienes aconsejan pedir/pasar el Instagram u otra red social a modo de chequeo que la persona con las que matcheaste efectivamente sea una persona real. Algunas usuarias hasta aconsejan googlear o buscar en Linkedin, para quedarse tranquilas.

Pero en contraste con esta postura, otro grupo de usuarias dice que pasar el Instagram o “pasar al Instagram” es una limitante para conocer al otro en profundidad, ya que se exacerba lo visual de la elección —mucha foto, poca charla— y la interacción se vicia y deviene en “respuestas a historias con fueguitos y nada más”.

El consejo en este caso es: si se trata de seguridad, el Instagram es una buena opción; pero si querés que no se pierda la conversación o buscás interactuar con alguien de carne y hueso, podés complementar al Instagram con el WhatsApp y llevar la conversación por ahí. Este puede ser más práctico y concreto a la hora de coordinar una cita.

El lugar de la cita

Habemus match y charla aprobada. El siguiente paso es el encuentro cara a cara. Nervios, expectativas, miedo, excitación. Acá la recomendación unánime es elegir un lugar público y un plan que no necesariamente dure mucho tiempo. Lo primero, por una cuestión de seguridad. Lo segundo, porque si algo no sale como lo esperabas, no tenés que esperar, por ejemplo, a que termine una larga cena en un restaurante.

Obvio que, si lo sentís, podés proponer este plan en la primera cita, pero si todavía no estás tan segura el consejo es optar por un café, una copa de vino, una cerveza, una caminata por la ciudad. Algunas usuarias también recomiendan organizar planes grupales con los amigo/as de persona de la cita y tus propios amiga/os, a modo de descontracturar la primera salida.

El look

Uno de los cambios de paradigma que trajeron las app de citas es volver más simple y menos solemne la idea de salir con alguien. En esta línea, la forma de vestirse y producirse para los encuentros también se aconseja que sea lo más natural posible. “Como salgo con mis amigas”, describe una usuaria. “Tuve citas a la salida del laburo, un poco despeinada y con la ropa que uso todos los días, y fueron un éxito porque así soy yo”, comenta otra. “A un chico lo invité a correr un domingo a la mañana”, confiesa otra. Si se nota que hay mucha producción atrás del look, la mayoría coincide en que no lo ven como algo positivo. El consejo en este punto es sentirte cómoda/o y mostrarte como sos, para así después no volverte presa/o de eso que mostraste en la primera cita.

Protocolos S.O.S

Uno de los consejos más importante en el universo de las app de citas es que tengas un protocolo de seguridad si vas a tener un encuentro presencial con un “match”. Además de coordinar planes en lugares públicos y cercanos a tu casa, pasarle los datos de la otra persona a un/a amiga/o y  compartirle la ubicación, el lugar donde será el encuentro puede ser una buena manera de sentirte tranquila y segura. Hay usuarias que tienen grupos de WhatsApp exclusivos con sus amigas para pasar este tipo de información de seguridad cuando tienen citas con aplicaciones. También suelen tener palabras claves que, por ejemplo, significan: “llámenme con una excusa así me puedo ir”, “esto es un embole, pero todo bien”, “todo perfecto”.

Muchas hacen hincapié en chequear bien la identidad del otro antes del encuentro. Ya sea a través de una red social o googleando algunos de los datos que la persona compartió: lugar de trabajo, club, conocidos en común.