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Chazown: qué es esta filosofía y por qué nos conduce a la felicidad

Chazown tal vez nos suene extraña como palabra, ya que es hebrea. La PsicoNeuro-Educadora y Coach Ontológica Ani Bel desarrolla este concepto y enfatiza en uno que te puede ayudar en tu vida cotidiana.


Chazown: ¿qué significa y por qué nos puede conducir a la felicidad?

Chazown: ¿qué significa y por qué nos puede conducir a la felicidad? - Créditos: Getty



¿Qué es Chazown? Chazown es una palabra hebrea que tiene más de un significado: sueño, visión (meta) y revelación, son algunas, pero lo fundamental es que alude a no perder el foco. El foco resume bien el sentido del Chazown porque cuando no hay un sueño, una visión, una meta clara, un punto en donde concentrar nuestras energías y encaminar nuestra vida, nos extraviamos. 

Los antiguos lo representaban como un espiral que simboliza ese punto central o foco a cuyo alrededor danza la energía. Concretamente, Chazown es un trabajo intenso de autoconocimiento, que exige de nosotros un sinceramiento muy profundo. Se configura en la práctica como un entrenamiento individual para incorporar las herramientas. En primer lugar para tener en claro cuál es nuestra verdadera meta en la vida y, una vez resuelto este tema crucial, nos brinda los pasos a seguir concentrando nuestra energía hacia ese foco.

Está empíricamente comprobado que una vida sin direccionamiento lleva, más tarde o más temprano, al extravío y el resultado es que comenzamos, como veletas, a dejar que el rumbo de nuestra existencia vaya por donde el viento sople, totalmente a la deriva. 

Permanecer en este confuso remolino interno  sin encontrar nuestra verdadera visión, y un camino para plasmarla, no sólo es desgastante, frustrante y distractivo, sino también peligrosamente debilitante; implica una gran dispersión de nuestra energía. Además, y no menos importante, la acumulación de frustración se traduce en violencia.

Cuando la energía es mal administrada y/o mal direccionada pierde su saludable flujo natural (lo que se llama “flow”) y en un punto, se atasca y termina estallando dentro de las personas o fuera de ellas, en actos de violencia.

Forzarnos a ser lo que no somos

Por varios motivos, hay personas no están viviendo a pleno su potencial, es decir, no están realizando aquello que desean hacer de verdad. Si seguimos ignorando y negando  quiénes somos y qué deseamos hacer con nuestra vida, nuestro sistema interno se colapsa y nos volvemos sumamente anestesiados, rabiosos, amargados, enfermos, grises y más viejos de lo que la edad cronológica indica. La razón es clara: nada es más tóxico que forzarnos a ser lo que no somos. 

Según la visión trillada y superficial de quienes nos “educan” o de aquellos que nos venden modelos que son ajenos a la identidad única e irrepetible de cada ser, esos caminos supuestamente más “seguros” son los que deberíamos seguir para asegurarnos la estabilidad en la vida. 

Si se tiene en cuenta que, por lo general, una persona decide su futuro profesional cuando todavía es un adolescente que carece del autoconocimiento y de los psico recursos que nos llevan a escuchar a nuestra propia voz, los resultados son lo que vemos en la mayoría de las sociedades del planeta: frustración, adicciones, escapes, vacío, hiperconsumo, crisis, violencia, suicidios y otras conductas que dan clara cuenta de lo que sucede cuando estamos en la vida ignorando a nuestra voz interna, sin una visión propia, sin saber escucharnos, sin respetarnos y sin conocernos en profundidad.

Debemos detenernos para entender que esa voz no es una abstracción romántica o una mera entelequia: todo lo contrario, es la revelación clara y potente que tiene la respuesta a nuestras preguntas vitales: qué queremos realmente hacer en esta vida con todo el potencial que se encuentra latente en nuestro yo real. Cada ser humano lleva marcada como una huella digital, su razón de ser, codificada en el punto más profundo de sí mismo. Es tal como la huella en nuestros dedos, una configuración irrepetible, una clave única.

Develarla y respetarla, tarea no fácil en estos tiempos de superficialidad y apuro crónicos, es el secreto de la verdadera felicidad. Se insiste: para quien quiera enterarse, se halla inscripto en nuestro ser como propósito de vida. 

¿Por qué este autodescubrimiento que nos da el Chazown se traduce en felicidad? Porque jamás el propósito de nuestra vida va a venir de la mano de aquella tarea  que al ser desarrollada y puesta en ejercicio no nos produzca alegría, inspiración, facilidad natural, atracción y sentido de realización.

Chazown: cómo puede ayudarnos para nuestra felicidad

En primer lugar, más allá de la situación en particular que esté atravesando la persona y el contexto en que viva, con la ayuda de un coach puede en forma gradual comenzar a familiarizarse con su propio foco. Es decir, lejos de ser una abstracción, ese foco es el eje de nuestro ser, es la voz que, por escuchar sistemáticamente las voces del afuera: sean padres, educadores, familia o formadores de opinión, quedó sofocada en el fondo de nuestra interioridad. Tan enmudecida está que para algunos ni siquiera existe.

El trabajo es un proceso absolutamente individual y el coach ajustará el programa de trabajo según el diagnóstico que haga de la particular y única situación en que se encuentre la persona que decide iniciar este proceso.

Podemos comenzar en cualquier momento de nuestra vida. Aunque nos lo repitan una y otra vez, nunca es tarde para ajustar el rumbo. Pero esto último es imposible llevarlo a cabo si no conocemos hacia qué destino dirigimos esta única nave que somos: un ser con un cuerpo físico, un cuerpo mental y un cuerpo emocional.  

Los ajustes que sean necesarios, deberán ser hechos. Los tiempos de cada ser han de ser respetados y la modalidad, ajustada a la única e irrepetible circunstancia vital en la que se encuentre quien inicie este proceso.

Si las pautas se respetan, los ritmos propios de cada uno se ajustan al programa diseñado por el entrenador y la perseverancia para llegar al final del proceso no se pierde. Entonces, el Chazown habrá dado su resultado. Es decir, ya no iremos por la vida resignados a vivir según los mandatos ajenos. ¿El resultado? Una reinvención total. Una luz donde antes solo había dispersión, automatismos, resignación, frustración y enojo con la vida.

Por Ani Bel, PsicoNeuro-Educadora y Coach Ontológica. Gentileza para OHLALÁ!. La encontrás en esta web: 
www.autoconocimientoanibel.com

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