Estos 6 hábitos nos ayudan a crear emociones positivas
¿Escuchaste hablar de climas emocionales? Te voy a contar que nos predisponemos a crearlos y cultivarlos en nuestros distintos entornos. ¿Qué hábitos nos ayudan a fomentar el contagio de climas emocionales positivos?
30 de septiembre de 2024
Hay personas que logran disfrutar más de la vida y esto las vuelve agradables para los demás. - Créditos: Getty
Sabemos que los climas emocionales se contagian y que nuestras amígdalas cerebrales se contagian, especialmente en situaciones de enojo o agresión y eso mismo nos hace estar listos para la lucha, el ataque o la huida. Sin lugar a dudas estas respuestas primarias son muy necesarias en situaciones extremas y de emergencia, pero la mayoría de las veces causan conflictos innecesarios a nivel social.
Algunas de las preguntas que propongo para invitarte a reflexionar:
¿Cuántas veces por día respondemos a la defensiva, con actitud dominante y dando respuestas impulsivas, como decimos en criollo, con la “mecha corta”?
¿Nos hacemos cargo de nuestras emociones y estados emocionales, o les echamos la culpa a los demás?
¿Nos cuidamos de no contagiarnos de emociones que no nos favorecen?
Gestión emocional: 2 tipos de respuestas
1
La respuesta del sistema límbico, que son las respuestas rápidas, inconscientes y automáticas. Estas respuestas nos ayudan en situaciones límite y de urgencia ante cualquier peligro.
2
La respuesta de la corteza prefrontal, que necesita conciencia y tiempo para analizar la variedad de datos y variables de las situaciones.
En tiempos de incertidumbre lo que más rápido se apodera de nosotros y se contagia es la ansiedad, el estrés, el miedo, la bronca, el enojo, la frustración, la angustia, la tristeza y la desilusión.
Generalmente, en nuestra vida cotidiana la impulsividad frente a las respuestas nos crea problemas relacionales muy importantes. Por eso es importante incorporar el entrenamiento emocional de habilidades que nos permitan utilizar otras áreas cerebrales, que aporten recursos de respuestas más conscientes.
Lo que comúnmente traducimos como poner la pausa entre el estímulo y la respuesta. ¿Cómo nos gestionamos a nosotros mismos? y cómo podemos vivir y transmitir estados emocionales y climas positivos y reducir el impacto de los negativos?
Hábitos de gimnasia emocional: así podés crear emociones positivas
1
Poner pausa. Para desactivar el piloto automático y tener tiempo para preguntarnos si es eso realmente lo que queremos sentir y responder y qué acciones de nuestro día a día nos gustaría cambiar o mejorar.
2
Cuidar nuestro vocabulario emocional. Usar más palabras de posibilidad. Si utilizamos constantemente palabras como desastre, horror, fingir demencia, etc., nos predisponemos a sentir y a contagiar eso.
3
Velar por nuestro entorno. Observar y registrar nuestro entorno y entender si nos favorece, si nos potencia y saca lo mejor de nosotros o no.
4
Custodiar nuestra sustentabilidad emocional. Tenemos un tanque diario y limitado de energía, expresado en emociones y pensamientos. Nos ayuda mucho entender, dónde, cómo, cuándo y con quién vamos a invertir nuestro tiempo y energía.
5
Entrenar nuestro cerebro en positivo. De alguna manera, nuestro cerebro siempre tiende a pensar lo peor, por eso es clave aprender a hackear los pensamientos automáticos negativos. ¿Cómo podemos cultivar emociones agradables y facilitadoras en nuestra vida cotidiana? ¿cómo podemos educarnos en la esperanza?
6
Promover la autonomía emocional. En mi opinión es la base de todas las autonomías: no depender de nada ni de nadie para sentirme de una u otra manera. Aprender a automotivarnos e implicarnos en actividades que promuevan nuestro bienestar integral y sentido vital.
Dejamos huella en todo lo que somos, hacemos, decimos y compartimos tanto para bien como para mal. Entonces, ¿qué mejor que influir e impactar positivamente en las personas que nos rodean? De esto depende en gran medida nuestro bienestar personal, comunitario y social.
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