Meditación con colores: ¿qué tonos pueden alinear tus chakras?
Te proponemos explorar una nueva forma de meditar basada en las tonalidades de los chakras y usando tu expresión como fuente.
19 de enero de 2023
meditacion-principal.png - Créditos: Getty
Es muy probable que a muchas de nosotras nos cueste un poco la meditación. No logramos encontrar el momento, llegar a ese estado de quietud, frenar la mente… Lo que seguramente no sabemos es que hay muchas formas de meditar y algunas hasta nos ponen en acción. Usando la expresión como puente, te invitamos a probar otra forma de conectarte. Abrí tu arcoíris y dale la bienvenida a la meditación del color.
¿De qué se trata? Meditar es una práctica que nos ayuda a relajarnos, buscar la quietud de la mente, soltar y dejar ir. Tiene múltiples beneficios: aporta mayor concentración, mejora la comunicación, disminuye la presión sanguínea, las tensiones corporales, la ansiedad y mejora el sistema inmune, entre otros. Cualquier persona la puede practicar. La meditación del color es una de las formas que existen para lograr ese estado de paz y alegría.
Cuando dibujás o pintás, expresás emociones. Estás largando, drenando. Porque al crear algo, estas ahí, totalmente presente en un momento preciso, poniendo atención a eso que hacés y dejándote llevar por lo que te produce. El pintar te obliga a poner atención plena, y para lograr este estado podés hacer cualquier boceto, incluso copiar un gráfico, que te impulse a llevar toda tu atención a esas líneas. Lo más probable es que llegues a un estado de mayor calma y luz, como cuando terminás una clase de yoga y te sentís más enfocada o se te resuelven esas cosas que tenías trabadas sin necesidad de pensarlas.
Pintar mandalas
Es muy común creer que solo se puede meditar pintando mandalas, sin embargo, el mandala tiene esa fama porque su diferencial radica en que te lleva al centro, es una figura geométrica cuyo centro es como si fuera tu centro, el centro del planeta, de todo. El mandala te centra, porque, además, vas a ir buscando colores que, en general, se van a ir repitiendo según su forma. Pero (¡alerta spoiler!) no es necesario que sean mandalas sí o sí, el efecto de la meditación es igual en cualquier momento de dibujo, sea cual fuera la forma y el fin. Cuando decidís pintar a conciencia, un buen rato conectada con los colores, ¡tenés todo dado para realizar una meditación!
Dibujo libre
Cuando dibujamos o pintamos, estamos conectadas con las formas, los diseños y los colores que tenemos adelante. Aunque sea por unos pocos minutos, estamos enfocadas en eso que estamos creando y el resultado en nuestra mente es de conexión absoluta con el presente. En ese momento desaparecen las preocupaciones y aparece el disfrute de esa pausa.
Agarrá un marcador finito negro y lápices de colores, dibujá un garabato con fibra negra y continuá haciendo diseños en cada espacio del garabato. La hoja y los lápices son tus herramientas para llegar a un descanso mental. Podés empezar a dibujar acá mismo, en los espacios de estas páginas...
Volvé a conectarte con los lápices
Seguramente casi todas nos olvidamos de lo felices que éramos de chicas y pintábamos cualquier libro de colores. Es una actividad muy gratificante que trae dopamina, el neurotransmisor que genera felicidad. Los lápices de madera hacen bien al tacto, es lindo el trazo, es divertido sacarles punta... Toda esa ceremonia genera hormonas que nos hacen bien.
Además, usarlos nos ayuda a ser más creativas, a bajar pensamientos negativos, a resolver problemas, nos divierte y nos aleja de las pantallas. ¿Qué más podemos pedir? Si tenés tu vieja caja de lata de lápices, es momento de desempolvarla, y si no, es una gran excusa para ir de paseo a tu librería favorita y comprar todos los colores que te gusten.
Ejercicio: Autoexplorá tu creación
¿Estás disfrutando de este momento para vos? Te proponemos que mires tu caja de lápices, elijas un color intuitivamente y dibujes en una hoja blanca sin pensar, sin planear. Una vez terminado, preguntate por qué elegiste esos colores, qué te gustó de lo que hiciste, qué te gustaría agregar. El ejercicio es que trates de alejarte de tu dibujo, lo mires con perspectiva y logres identificar qué colores aparecen. ¿Tenés idea de por qué los usaste? ¿Sabés en qué búsqueda andás? ¿Qué estás necesitando? Dejate llevar y disfrutá de las repuestas que te trae el resultado final. Podés revisar a qué chakra pertenece cada color que usaste.
Respiración arcoiris
“Los colores son inspiración, los combinamos, los buscamos, los usamos en nuestras paredes y hasta tenemos nuestro favorito. Su influencia es muy importante para conseguir la armonía entre cuerpo, mente y espíritu. Cada color, además, tiene un significado en particular”.
Victoria Bunge, autora del libro Respiro arcoíris, nos invita a respirar pasando por todos los colores y, así, liberar diferentes emociones.
Sentada o acostada, la propuesta es que vayas pasando por todos los colores al respirar:
- Respiro rojo: les digo “chau” a los enojos.
- Respiro naranja: sonrío entre las hojas de otoño.
- Respiro amarillo: todo se ilumina dentro de mí.
- Respiro verde: me lleno de naturaleza y energía.
- Respiro celeste cielo: floto en mis nubes.
- Respiro azul profundo: siento paz en el silencio.
- Respiro color violeta: me lleno de amor, bendiciones y digo muy bajito: gracias, gracias, gracias.
Visualizá y meditá en movimiento
Ahora sí, con la información en la mano, es tu momento de ponerte en práctica: frená un ratito, prestá atención a alguna imagen que te evoque algún color, el que vos quieras, y dejate llevar por lo que te provoque. Pensá en una bola de ese color, ese ejercicio te ayuda a poner la atención ahí y que la mente no se disperse.
Podés hacerlo de dos maneras: escuchando una meditación guiada o también podés desarrollarlo vos misma (por ejemplo, inventate una serie de colores para seguir y andá deteniéndote en cada uno).
Visualizá un color, hacé que recorra todo tu cuerpo, poniendo tu mente ahí, y dejate llevar por los pensamientos, las emociones y las imágenes que aparezcan. Aceptá lo que te pase en el cuerpo, abrazalo y respirá profundo hasta llegar a un estado de calma. Navegá por determinadas emociones según el color que estás visualizando.
Este ejercicio lo podés hacer antes de dormir, mientras cocinás, cuando estás en la fila del súper, durante la ducha... Todos los ratitos pueden ser útiles para “mimar” a tu mente y ofrecerles una pausa a la rutina y la vorágine mental.
Experta consultada
Lic. Victoria Bunge
Mindfulness y crianza
Autora de Respiro arcoíris
@lic.victoriabunge
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