¿Por qué el SIBO genera cansancio y mal humor?
¿Alguna vez experimentaste fatiga constante, falta de energía y hasta mal humor sin causa aparente? La licenciada en nutrición Dolores Pizarro explica por qué estos síntomas pueden estar relacionados con el SIBO.
4 de diciembre de 2024
El cansancio no siempre puede deberse al estrés. - Créditos: Getty
¿Alguna vez experimentaste fatiga constante, falta de energía y hasta mal humor sin causa aparente? Aunque solemos atribuir estos síntomas al estrés -y con frecuencia se deben a eso-, existe una condición menos conocida que podría estar detrás de ellos: el SIBO.
El SIBO (sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado) es un desequilibrio en la flora bacteriana intestinal. Fuimos charlando en varias notas sobre qué es y cuáles son los síntomas, cómo podés detectarlo con un test, qué alimentos podés comer y cuáles evitar y hasta te acercamos testimonios que quizá te permitan sentirte identificada.
La licenciada en Nutrición y especialista en salud y bienestar Dolores Pizarro avanza en un aspecto que no habíamos tocado: explica que esta condición no solo provoca síntomas digestivos como hinchazón, gases, diarrea o constipación, sino que también puede estar relacionada con problemas como la fatiga crónica y alteraciones en el estado de ánimo.
SIBO: cómo es el vínculo entre el intestino y tus emociones
Según explica Pizarro, “el intestino y el cerebro están conectados de manera directa a través del nervio vago, que es clave en la comunicación bidireccional entre ambos sistemas. Por eso, cualquier alteración en la flora intestinal puede afectar el equilibrio emocional”.
Cuando el SIBO genera inflamación, se producen metabolitos y toxinas que ingresan al torrente sanguíneo. Estos elementos -explica la nutricionista- pueden “afectar funciones neurológicas, generando sensaciones de cansancio extremo, irritabilidad y falta de concentración”.
Además, el nervio vago, que regula funciones como la digestión y el estrés, se ve alterado. Esto empeora los síntomas emocionales y digestivos, creando un círculo vicioso difícil de romper sin un enfoque integral.
Cómo abordar el SIBO y mejorar tu calidad de vida
Para Pizarro, el tratamiento del SIBO no se limita a cambios en la dieta, sino que requiere una perspectiva holística. Sostiene que se requiere un buen diagnóstico profesional inicial: “Es fundamental identificar si realmente se trata de SIBO y, de ser así, determinar el tipo para adaptar el tratamiento”.
- Primera etapa: eliminar alimentos inflamatorios como azúcares, ultraprocesados, alcohol y gluten.
- Segunda etapa: reparar el sistema digestivo mediante una dieta baja en FODMAPS, limitada a un máximo de 15 días. Aquí también es clave evaluar niveles de estrés, hábitos de sueño y actividad física.
- Reintroducción progresiva: “Una vez controlados los síntomas, se reintroducen prebióticos y probióticos según las necesidades del paciente, priorizando alimentos reales y evaluando la tolerancia”, detalla la especialista.
Una invitación a reflexionar
Pizarro nos invita a reflexionar sobre nuestros hábitos para avanzar en un enfoque integral que incluya cuerpo y mente. Esto porque sostiene que el SIBO es más que un problema digestivo: es un llamado a replantear nuestro estilo de vida para mejorar el bienestar integral.
- ¿Cómo está mi nivel de ansiedad?
- ¿Estoy durmiendo lo suficiente?
- ¿Disfruto mi día a día y mis vínculos?
- ¿Hago ejercicio o estoy en contacto con la naturaleza?
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