8 ejercicios simples que propone la neurociencia para prevenir el envejecimiento de nuestro cerebro
Las neurociencias advierten que vivimos en una crisis de atención. Te contamos qué herramientas tenemos que tener en cuenta para frenar las continuas interrupciones y cuidar la función más importante de nuestra mente.
9 de febrero de 2024
8 ejercicios que podés hacer para cuidar la salud de tu cerebro. - Créditos: Getty
Ya sabemos que nuestros cerebros están exigidos cada día: vivimos en un mundo en el que reina la sobreestimulación, la aceleración y la dispersión. Donde a diario se nos bombardea de una cantidad inmensa de información, a la que muchas veces no llegamos a procesar y, además, no nos alcanza el tiempo para poder reflexionar.
A mayor distracción tenemos menor comprensión y menor capacidad de asimilar cuestiones complejas y profundas que requieren un mayor uso de la atención, concentración y memoria. Todos tenemos esa sensación de un mayor cansancio físico y mental y hacemos malabares entre el trabajo, la familia, las agendas cargadas, el WhatsApp, los mails, los compromisos sociales, etc.
Estamos siendo constantemente interrumpidos, nuestros cerebros están acelerados e hiperconectados, nos cuesta dejar nuestros celulares y vivimos en modo alerta, lo que provoca lentamente una degradación cognitiva. Todos estos factores provocan que la capacidad de concentración y de atención de todas las personas año tras año esté mermando.
¿Qué es la atención?
La atención es uno de los bienes más codiciados en un momento en el que las personas estamos continuamente sometidas a múltiples estímulos. Es la atención ejecutiva la que nos encauza hacia la consecución de nuestros objetivos y la que regula nuestro comportamiento. La manera en la que enfocamos esa atención puede ser fuente de equilibrio o de desequilibrio en nuestras vidas: allí donde vaya nuestra atención, irán nuestras emociones. Es un mecanismo que nos ayuda a saber cuándo, a qué y cómo responder a las múltiples demandas.
Charo Rueda, investigadora y profesora española, catedrática de Psicología en la Universidad de Granada, define la atención así: “Un estado de activación óptimo que permite al individuo seleccionar la información que recibe a través de los sentidos de cara a procesarla con prioridad y eficacia, pudiendo ejercer un control consciente y voluntario del comportamiento. Ella dice que “la atención es el corazón de la inteligencia”.
Día Mundial del Cerebro: ¿cómo cuidarlo? - Créditos: Getty
Johann Hari, autor del libro El valor de la atención, describe 12 factores que “nos están robando el foco” y que van más allá de la gran cuestionada tecnología. Por ejemplo, cómo funcionan las escuelas, la incapacidad de dejar fluir a la mente, el desplome de la lectura sostenida, la contaminación de las ciudades y hasta la manera en la que nos alimentamos puede ser perjudicial para nuestra atención.
Un dato no menor es que la forma en la que trabajamos impacta muchísimo en nuestra atención. Relata que cuando éramos chicos los jefes de nuestros padres no los llamaban o mandaban mensajes constantemente cuando estaban en su casa, fuera del horario laboral o en vacaciones. Por supuesto que hay acciones que podemos tomar de manera individual, y otras que tienen que ver con manejos sistemáticos y regulaciones colectivas.
Por nuestra salud cerebral: ¿por qué tenemos que aprender a desconectar?
“No hay mayor pérdida de tiempo que desperdiciar una vida corriendo”, dice Carl Honoré, autor y periodista canadiense. A diario, mis alumnos y las personas que acompaño me dicen: 'Gaby todo lo que hago es urgente, todo lo hago rápido, la prisa, hacerlo todo a máxima velocidad y las listas interminables para hacer cosas son la norma de esta época'.
Descuidamos nuestra salud, bienestar y lo que es realmente importante en esta vida y perdemos en profundidad y claridad en favor de la superficialidad. Nos cuesta pausar, parar, pensar y analizar. Y cuantas más distracciones e interrupciones vivimos, menor capacidad comprensión tenemos. Vivimos constantemente buscando recompensas inmediatas y chispazos de dopamina instantáneos que atrofian nuestra atención.
5 claves para entrenar nuestra atención
Decile chau al multitasking: el cerebro humano solo puede pensar en una cosa o dos a la vez, la multitarea es una alternancia continuada de la atención, es como una atención distorsionada. Hacer muchas cosas a la vez baja la eficiencia, es como que hacemos muchas cosas de manera superficial. No estamos diseñados para el multitasking.
Controlá el impulso del scroll infinito: el diseño de las tecnologías está hecho para atraparte para que todo lo que veas sea interesante y sigas viendo más y más. De esta manera, atrapa nuestros impulsos antes de que el cerebro tenga la oportunidad de implicarse realmente y tomar decisiones.
Fomentá la atención en tus vínculos sociales: la atención es la mejor caricia que podemos regalarles a los demás. Piensen ustedes cómo se sienten cuando alguien los escucha y los mira atentamente. Hoy en día se dice que el mundo parece más conectado que nunca, aunque pareciera que el sentimiento de soledad se extiende mundialmente como una pandemia.
Realizá actividad física: cuando las personas nos implicamos en cualquier forma de ejercicio físico, la capacidad de prestar atención y la memoria mejoran. Guía el foco hacia dónde dirigimos el pensamiento en el momento de la práctica deportiva.
Entrená al cerebro aprendiendo cosas nuevas: es vital pensar cómo captamos la información del entorno y cómo la procesamos y fundamentalmente si hacemos uso de la metacognición, por eso es importante preguntarnos qué hacemos con lo aprendido, utilizar lo aprendido para poder internalizarlo, enseñarlo, para pasar de la teoría a la práctica.
8 acciones para cuidar tu atención (¡y tu cerebro!)
1
Hay que ser capaz de parar. Hacé consciente la necesidad de las pausas.
2
Volvete dueña de tus elecciones. Tener la posibilidad de preguntarnos: "¿esto realmente lo quiero hacer, me es útil, me agrega valor?"
3
Lo que hagamos, que sea con foco. Cuando empieces una actividad, asegurate de estar libre de distracciones.
4
Menos es más: intentá volver sobre tus aprendizajes diarios, es una forma de ser sustentables con el caudal de estímulos e información a los que nos exponemos.
5
Ralentizar el ritmo para ir más lento: y así activar la mente reflexiva, la que nos permite tomar decisiones más complejas.
6
Poner límites a las exigencias internas y externas. Recordemos que no es saludable estar las 24 horas disponibles y no somos máquinas humanas. Quitar notificaciones instantáneas y pasar más tiempo en la vida real que en las redes sociales.
7
Aprendamos a descansar y a “hacer nada”: el ocio desarrolla el cerebro y regenera el cuerpo.
8
Volver a los básicos: las neurociencias cada vez demuestran mayor evidencia sobre la importancia de reconectar con la naturaleza, de cuidar nuestro cuerpo, de cultivar nuestros círculos de empatía y que más allá de que vivimos en un mundo digital, se nos olvidó lo que realmente nos hace humanos.
Una charla TED para ver: "Un cerebro atento es un cerebro feliz"
¿Estamos siendo conscientes de la adicción tecnológica que tenemos? ¿Tendremos en breve normas que regulen al derecho a la desconexión? Y una pregunta no menor e importantísima que se están preguntando los expertos es: ¿esta crisis atencional y de concentración derivará en una crisis aún mayor de salud mental?
Mi mejor consejo como neuroeducadora es que hay que entrenar la voluntad, limitar el uso de la tecnología y la capacidad de aplazar la recompensa inmediata en favor de una mayor en el futuro; es extremadamente importante y vital para los tiempos que vivimos.
¿Dónde, cómo y con quién vamos a invertir nuestra energía? Somos eso a lo que le prestamos atención. Cuidémonos entre todos, nos necesitamos.
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