Newsletter
Newsletter

Violencia digital: ¿por qué la bronca emocional nos vuelve cada vez menos empáticos?

¿Por qué depositamos la bronca emocional en las redes? ¿Por qué hay cada vez más déficit empático? ¿Qué aspectos tenemos que tener en cuenta? Hablemos de violencia digital


Violencia digital: ¿cómo canalizamos la bronca emocional?

Violencia digital: ¿cómo canalizamos la bronca emocional? - Créditos: Getty



La hiperconectividad y la sobreestimulación están hace tiempo modificando nuestros cerebros y nuestro modo de relacionarnos y comunicarnos con los demás.

Conocemos perfectamente todas las virtudes que representan las redes sociales y también sabemos que casi todo el mundo las utiliza, más que para socializar, para ver qué es lo que otros están haciendo o como una plataforma para negocios.

 

La cara menos luminosa de las redes es cuando se transforma en un medio donde las personas dejan comentarios e insultos imprudentes, violentos y sarcásticos. Y se hizo cada vez más evidente en los últimos años que hay una especie de deporte de la confrontación irracional, desmedida y casi salvaje, donde a veces se llega a una especie de lapidación pública.

Desde todos los sectores se alienta la bronca, la fragmentación, la polarización y pareciera que está penado el poder pensar y expresar distinto.

¿Qué sucede con el que piensa distinto a nosotros?

En las redes, al no haber una comunicación cara a cara, cualquiera desde el anonimato puede expresar o agredir y cada vez más se ve más al enojo, como emoción primaria toma peso y se viven climas emocionales de todos contra todos.

Se ataca lo diferente como un peligro potencial y algunas de las cuestiones que son bastante notorias son el desapego, la insensibilización, la indiferencia emocional sin ningún tipo de filtro racional, amable y empático.

Citando a Guadalupe Nogues, Consultora y Escritora experta en comunicación, “podemos tener posturas definidas, incluso muy intensas, sin subirnos a la dinámica del discurso intolerante”.

¿Cómo dialogar con aquellos que piensan distinto?. Cuando solamente conversamos con los que piensan igual a nosotros, las opciones se vuelven más extremas y homogéneas, fomentando así el tribalismo.

Empatía digital

Hay quienes dicen que nuestro estilo de vida digital puede hacernos menos empáticos, ya que no podemos entender lo que las otras personas, piensan, sienten o necesitan.

La rápida y constante interacción digital hace que nuestra compresión sea más simplista, porque se reducen las emociones e intenciones al tecleo de unas letras.

En cada interacción digital se pierden elementos claves de la comunicación, como el contacto visual, la carga emocional del mensaje, la postura, la escucha reflexiva, el tono de voz y la sensibilidad interpersonal, señales y claves empáticas que son indispensables para poder procesar el contexto emocional de nuestros intercambios diarios.

 

Entonces, la redes, ¿nos están volviendo más antisociales y pasaremos a tener una empatía cada vez más superficial?

¿Qué pasaría si nos aislamos cada vez más y, en gran medida nuestros vínculos con los que nos rodean se desarrollarán la mayor parte de tiempo sin vernos las caras?

¿Por qué nos olvidamos de la integridad como valor y de la humidad por sobre todas las cosas?

Violencia digital

Desde el anonimato de las redes cualquiera formula cualquier tipo de comentario sin ningún tipo de filtro.

Los trols digitales son conocidos por amenazar y bombardear las redes con opiniones de muy mal gusto, acosando y en casos extremos arrinconando a sus “víctimas”. Tirar dardos y comentarios muy inoportunos en las redes sociales, en donde en ningún caso estos acosadores se ponen a pensar, el real daño que pueden provocar en la salud mental y emocional de las personas.

Sumado a esto nos preguntamos si existe la envidia digital. Nuestra sociedad siempre fue competitiva: el estatus social siempre fue importante para el bienestar. Se vive una especie de competencia digital que tiene que ver con quién viajó al lugar más exótico, quién tiene más amigos, seguidores o likes. Claro que este sentimiento siempre depende del filtro mental y la autoestima de cada persona. Se dice que la comparación es el ladrón de la alegría.

Gimnasia emocional

¿Cómo podemos entrenarnos para ser más consientes y menos impulsivos y reaccionarios?

Primero les propongo que nos hagamos estas preguntas:

  • ¿Utilizamos las redes como medios de descargo de nuestras broncas y frustraciones?

  • ¿Estamos siempre a la defensiva, con actitud dominante y dando respuestas impulsivas, como decimos en criollo, con la “mecha corta”?

  • ¿Nos hacemos cargo de nuestras emociones y estados emocionales, o les echamos la culpa a los demás?

  • ¿Solemos prestar atención a nuestras críticas hacia los demás?

  • ¿Nos cuidamos de no contagiarnos de emociones que no nos favorecen?

  • ¿Tomamos dimensión de qué le sucede al otro y que cada vez que tomamos el móvil para despotrica estamos directamente impactando en la salud mental y emocional de la otra persona?

En la gestión de las emociones siempre podemos elegir nuestra actitud y recordemos que tenemos esencialmente dos tipos diferentes de capacidad de respuesta:

  • La respuesta del sistema límbico, que incluye las amígdalas, que son las respuestas rápidas, inconscientes y automáticas. Estas respuestas nos ayudan en situaciones límite y de urgencia ante cualquier peligro. El conflicto surge cuando en todo momento actuamos o respondemos en estado de supervivencia, porque dentro de las respuestas básicas de supervivencia podemos evidenciar el contagio emocional, la impulsividad, la dominación o la reacción de manada.

  • La respuesta de la corteza prefrontal, que necesita conciencia y tiempo para analizar la variedad de datos y variables de las situaciones.

    Generalmente en nuestra vida cotidiana la impulsividad nos crea problemas relacionales muy importantes. De ahí radica la importancia de incorporar el entrenamiento emocional de habilidades que nos permitan utilizar otras áreas cerebrales aportando recursos de respuestas más conscientes. Lo que comúnmente traducimos como poner la pausa entre el estímulo y la respuesta, que es ni más ni menos que la inteligencia emocional.

    Por eso es vital que nos cuidemos de los contagios dándonos un tiempo para reflexionar y elegir mejores opciones. Y asumir nuestro universo emocional haciéndonos cargo de nuestras emociones y no echándole la culpa de lo que sentimos a los demás.

Para finalizar y, como entrenadora emocional, les pregunto, ¿cuándo fue la última vez que cambiaron de opinión?

Suelo decir que siempre tenemos en nuestras manos la decisión de cómo responder y cómo relacionarnos con los demás. Y me pongo a pensar, cómo lograr otra manera de conversar y de vincularnos en estos tiempos en los que vivimos a toda velocidad y en climas sociales hostiles.

Sabemos que seguirán los avances tecnológicos, aunque estoy segura de que nada va a sustituir una real comunicación propiamente humana, un abrazo cálido, un gesto de ternura, unas palabras de aliento como mantos de esperanza, mirarnos a la cara, la escucha atenta y un abrazo apretado y sentido con una dosis fuerte de oxitocina.

¡Compartilo!

En esta nota:

SEGUIR LEYENDO

Día Internacional de la No Violencia: ¿qué tipos de agresiones existen?

Día Internacional de la No Violencia: ¿qué tipos de agresiones existen?


por Laura Marajofsky
6 factores por los que aumenta el ciberbullying

Cómo protegerte. 6 factores por los que aumenta el ciberbullying

La difusión de imágenes íntimas sin consentimiento podría ser penada

Violencia digital La difusión de imágenes íntimas sin consentimiento podría ser penada


por Laura Gambale
Tapa de noviembre de OHLALÁ! con Paulina Cocina

 RSS

NOSOTROS

DESCUBRÍ

Términos y Condiciones


¿Cómo anunciar?


Preguntas frecuentes

Copyright 2022 SA LA NACION


Todos los derechos reservados.

QR de AFIP