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8 claves para conectar con tu cuerpo y potenciar tu sexualidad

Una sexualidad activa hace que te sientas mejor. Para poder alcanzar la plenitud hay hábitos que podés potenciar para conectar con tu cuerpo y tu placer.


Mujer sensual

Claves para conectar con tu cuerpo y mejorar tu bienestar. - Créditos: Getty



Hablar de sexo y sexualidad es un tema amplio y fascinante que, muchas veces, podemos confundir. El sexo está vinculado a nuestra biología: las características físicas que nos definen, como los órganos sexuales, las hormonas y los cromosomas, así como a la actividad sexual que involucra la búsqueda de placer, la reproducción y la conexión emocional. Sin embargo, la sexualidad es algo mucho más profundo. Es la forma en que cada individuo vive, siente y expresa su identidad sexual y afectiva, e involucra componentes biológicos, psicológicos, sociales y culturales. Una sexualidad activa repercute en el bienestar, la salud mental y la calidad de vida.

Desde el punto de vista biológico, la sexualidad está fuertemente influenciada por nuestras hormonas, el sistema endócrino y el cerebro, además de los órganos sexuales. Hormonas como la testosterona, los estrógenos y la oxitocina desempeñan un rol clave en la activación del deseo, la excitación y la creación de vínculos afectivos, modulando nuestra experiencia sexual a lo largo de toda la vida.

La sexualidad no puede reducirse a una sola etapa de la vida: nacemos y morimos como seres sexuales. La sexualidad evoluciona con nosotros. En la infancia, se manifiesta en el desarrollo del cuerpo y la curiosidad por explorar; en la pubertad, el aumento de hormonas sexuales activa el deseo y prepara al cuerpo para la reproducción; y en la adultez, alcanza su plenitud, influenciada por la fertilidad y la madurez emocional.

 

En la sexualidad humana se marca una diferencia clave: el deseo continuo, independiente de los períodos de fertilidad. Este hecho permitió fortalecer vínculos afectivos y sociales, lo que contribuyó al desarrollo de relaciones más complejas y significativas. El deseo es una fuerza vital que trasciende lo puramente físico, conectando con nuestra imaginación, emociones y vínculos. Mientras el deseo nos impulsa a buscar el placer, la sexualidad nos invita a explorarnos, a reconocernos como seres del deseo, capaces de expresar y construir una intimidad que va más allá del cuerpo. Deseo y sexualidad nos recuerdan que el placer no es solo un acto físico, sino una experiencia integral que alimenta nuestra conexión con la vida y el bienestar.

En la vejez, aunque las hormonas disminuyen, el cerebro y el sistema nervioso siguen facilitando el deseo y el placer. Es aquí donde quiero poner énfasis: muchas veces se piensa que la llegada del climaterio y la menopausia marca el fin de la sexualidad, pero esa idea es completamente errónea. El climaterio, esa etapa de transición natural que todas las mujeres atravesamos, no es el cierre de un ciclo, sino una oportunidad para redescubrir nuestra sexualidad y reconectar con nuestro cuerpo de una manera diferente. Las hormonas disminuyen, sí, pero el deseo, la emoción, el placer y, lo más importante, el vínculo con nosotras mismas, continúan evolucionando.

La sexualidad, como todo en el cuerpo, es un proceso dinámico. Las mujeres somos cíclicas durante toda nuestra vida, y nuestra sexualidad también lo es. Esto nos habilita a adoptar un concepto importante: podemos “diseñar” nuestra sexualidad a través de hábitos saludables y cambios en el estilo de vida. El entorno y nuestras experiencias activan o desactivan ciertos genes, afectando nuestra biología. Este concepto no solo es aplicable a la salud general, sino también a la sexualidad: podemos cuidarla, potenciarla y hacerla vibrante en cualquier etapa de la vida.

8 claves para potenciar tu sexualidad  

Mujer meditando

La meditación es un hábito que aporta al bienestar. - Créditos: Getty

  1. Alimentación saludable: Una dieta rica en nutrientes esenciales contribuye al equilibrio hormonal y a mantener una libido activa. Lo que comemos impacta directamente en nuestra energía y salud general.
     
  2. Cuidado de la microbiota: Mantener una microbiota vaginal e intestinal saludable no solo fortalece nuestra salud sexual, sino también nuestro bienestar integral. Esto incluye una alimentación balanceada y el uso de productos adecuados para la higiene íntima.
     
  3. Ejercicios de suelo pélvico: Estos ejercicios fortalecen los músculos responsables del placer sexual y ayudan a prevenir problemas como la incontinencia urinaria, además de intensificar las sensaciones durante las relaciones.
     
  4. Meditación y relajación: Estas prácticas conectan cuerpo y mente, reducen el estrés y aumentan nuestra capacidad para disfrutar y sentir el placer.
     
  5. Conocerse y explorarse: Conocer nuestro cuerpo, tocarnos y observarnos. Reconocernos y aceptarnos tal como somos es fundamental. Aprender a querernos, valorarnos y entender nuestra erótica nos permite expresar nuestra sexualidad de forma auténtica y feliz, aceptando nuestras particularidades.
     
  6. Comunicación: Hablar abierta y sinceramente sobre nuestras necesidades, deseos y límites disminuye los malentendidos y mejora la calidad de los encuentros íntimos. La comunicación erótica es un potente afrodisíaco, mientras que la comunicación emocional refuerza la conexión en pareja.
     
  7. Caricias y abrazos: La ternura y la cordialidad enriquecen la intimidad, ofreciendo un enfoque más amplio y menos centrado exclusivamente en la genitalidad, especialmente en etapas donde esta no es el eje principal.
     
  8. Participación activa: Involucrarse en actividades significativas, ya sea en el ámbito laboral, familiar o social, fortalece la vitalidad y el sentido de propósito, lo que se traduce en una mejor conexión con el deseo y la energía sexual.

El registro del ciclo: ¿por qué es clave?

Además, es clave llevar un registro de nosotras mismas desde etapas tempranas y mantenerlo a lo largo de toda nuestra vida. Este seguimiento constante nos permite conocernos mejor e identificar patrones y cambios en nuestro cuerpo, emociones y deseos. El registro, ya sea de nuestro ciclo menstrual, estado emocional o niveles de energía, se convierte en una herramienta de autoconocimiento poderosa. A través de él, podemos adaptarnos mejor a nuestra naturaleza cíclica, ajustando nuestra vida y sexualidad de acuerdo con lo que necesitamos en cada momento.

Este registro no solo nos ayuda a tomar decisiones informadas sobre nuestra salud y bienestar, sino que también fortalece nuestra conexión con nosotras mismas, lo que va a contribuir a mantener el deseo sexual y una conexión emocional significativa, tanto con nosotras mismas como con nuestra pareja. Una buena idea es armar una agenda de bienestar semanal que incluya vida social, actividad física y actividades que nos generen placer. También es importante reciclar nuestra energía mediante pausas y actividades que disfrutemos.

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Ceci Belgoff

Ceci Belgoff Microbióloga y embrióloga. Realiza acciones para potenciar el bienestar de mujeres y diversidades.


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