
Sexomnia: qué es, a quiénes afecta y cómo se trata el sonambulismo sexual
23 de enero de 2019 • 14:52

Se trata de un trastorno de sueño poco conocido que lleva a los sonámbulos a gemir, masturbarse e incluso a buscar contacto sexual. - Créditos: Tracey Hocking / Unsplash
La existencia de un trastorno llamado "sexsomnia" es a menudo difundida en portales sobre salud e incluso, en secciones policiales, relacionada a delitos sexuales. Se trata de un tipo específico de sonambulismo que lleva a las personas, en su mayoría hombres, a tener conductas sexuales de forma inconsciente. Sus manifestaciones son gemidos, masturbación e incluso, abordajes hacia otras personas que pueden o no estar en el mismo cuarto.
Pero aunque hay muchos textos sensacionalistas al respecto, no parece haber tanta información fehaciente sobre la sexsomnia.
Consultamos a un especialista para entender de qué se trata realmente.
No te alarmes: es improbable que te afecte o que te encuentres con un sexsomne
Pablo López es integrante del Departamento de Psicoterapias Cognitivas del Instituto de Neurología Cognitiva (INECO). Tanto él, como los más de cien profesionales que trabajan en INECO, se encargan del abordaje interdisciplinario de pacientes con problemas neurológicos y psiquiátricos, y de sus familias. Como especialista, López reconoce la existencia de la sexomnia, que es de hecho, parte del "Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales" actual, pero también, reconoce su rareza. "Los estudios más rigurosos hasta la fecha se hicieron únicamente sobre 50 casos en todo el mundo. No existen en la actualidad datos sobre la cantidad de personas que padecen sexsomnia, que es un subtipo de parasomnia. Sí hay sobre las que padecen trastornos de conducta del sueño: se estima en un rango que va del 2 al 6%", explica.
¿Es peligroso sufrir sexsomnia?
Lo que hoy se conoce sobre esta condición, es que se trata de algo sumamente humillante para quien lo experimenta. Solo basta con imaginarse lo vergonzoso que puede ser desnudarse involuntariamente durante el sueño o masturbarse a niveles que dejan lesiones. Pero además, en los casos más extremos, quienes la padecen pueden ser peligrosos para el entorno. Se han registrado episodios de personas con sexsomnia que han abordado a otras para tener relaciones sexuales. De hecho, el aspecto más controvertido de este trastorno es que se ha llegado a usar como coartada, en algunos casos con éxito, para la defensa de violadores. Esto puntualmente sucedió en Inglaterra en 2011, en el caso de un hombre de 43 años que fue excarcelado por la violación de una menor. El hecho puso en vilo a especialistas en delitos sexuales que han advertido sobre lo "conveniente" que la figura de este trastorno puede ser para los abusadores y obligó a los peritos psiquiátricos a ser sumamente cuidadosos con su diagnóstico, considerando, sobre todo, lo poco se conoce sobre el tema. Mientras tanto, los estudios al día de la fecha, indican que hay una prevalencia de diagnóstico en hombres jóvenes. La comparación con las mujeres sería de tres a uno.
¿Por qué ocurre?
Las causas de la sexsomnia se desconocen. Sin embargo los estudios en el tema describen ciertas características con respecto a la historia médico clínica de estos pacientes, como por ejemplo, que suelen tienen una vida sexual normal sin antecedentes de abuso sexual, trauma sexual, parafilia o alteraciones psiquiátricas. Algunos casos se han asociado con el síndrome de apnea obstructiva del sueño, el bruxismo, el síndrome de piernas inquietas y el uso de ciertos fármacos y alcohol. Asimismo, la sexsomnia a menudo se asocia con un historial de incidentes aislados de sonambulismo y de la conducta de hablar dormido.
¿Se puede tratar?
Aún no existe un tratamiento específico para la sexsomnia, se utilizan los que han sido efectivos para otras otros trastornos del sueño. Algunas intervenciones no farmacológicas que se utilizan son pautas de higiene del sueño, estrategias de reducción de los niveles de estrés, evitar el consumo de alcohol y evitar situaciones que puedan interrumpir los horarios estables de sueño-vigilia. Además, se complementa con tratamiento farmacológico. Por último, algunos estudios reportan que el tratamiento de otros trastornos del sueño concomitantes, como las apneas del sueño y el bruxismo, se han asociado con una reducción de los episodios.
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