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Catamarca: 7 lugares para explorar en esta provincia mágica

Catamarca es una provincia poco explorada que está de moda y lo tiene todo: paisajes sorprendentes, una gastronomía exquisita y tradiciones históricas.  Te invitamos a sumergirte en este destino imperdible.


Antofagasta, Catamarca.

Antofagasta, Catamarca.



Una de las regiones de la Argentina que están conquistando a los viajeros es Catamarca, provincia poco explorada que transita una etapa de descubrimiento próxima a convertirse en un boom por sus impresionantes paisajes y su riqueza cultural. 

Visitarla no solo supone maravillarse con su geografía tan particular, sino que también implica conocer la técnica del hilado en telar, el proceso de preparación del charqui (carne seca), conectarse con los pueblos milenarios y las viejas tradiciones que mantienen viva la identidad de la zona.

Por la RN 40, desde Belén hasta Santa María, los pueblitos dan vida a la Ruta del Telar, en un recorrido con paisajes de montaña donde se puede ver el trabajo de las hilanderas, un oficio tradicional que se transmite de generación en generación y que se destaca por los más finos hilados con lana de oveja y llama. Para los aventureros, la Puna catamarqueña ofrece numerosos atractivos que descubrir, como los volcanes y el inmenso Campo de Piedra Pómez con su paisaje lunar. Los amantes del vino encontrarán también un sitio para explorar en el valle de Tinogasta, y para los más foodies, la comida de Catamarca es una explosión de sabores y texturas que despiertan el paladar. Un viaje enriquecedor motivado por las historias de personas que se cruzan por el camino y que mantiene vivo el orgullo de sus tradiciones. 

Catamarca: 7 highlights para explorar

1. Seismiles

Seismiles, Catamarca.

Seismiles, Catamarca. - Créditos: Gentileza Esteban Mazzoncini

Un recorrido que invita a descubrir uno de los escenarios naturales más bellos de Argentina. Se puede hacer en auto y conviene transitar a marcha lenta (para no apunarse) y no salirse del camino principal. Comienza en Fiambalá, por la RN 60, que conecta con el paso fronterizo de San Francisco para quienes van hacia Chile. Es un recorrido de 200 kilómetros repleto de volcanes y lagunas. Posee varios paisajes de película, como La Quebrada de las Angosturas o el Valle de Chaschuil.

En el viaje van apareciendo los distintos colores de la tierra, los picos nevados y los animales autóctonos. Dos de los imperdibles son el mirador panorámico Balcón del Pissis y el Nevado Ojos del Salado, el volcán activo de mayor altura del planeta. Si bien el circuito se puede hacer en auto, se recomiendan las excursiones en 4x4 que parten de Fiambalá.

2. Belén

Belén, Catamarca.

Belén, Catamarca. - Créditos: Gentileza Lepe Olmedo

Es la cuna del poncho, donde esta tradicional prenda nacional es una institución y donde vas a encontrar a tejedoras premiadas. Las quebradas de Belén encierran tesoros arqueológicos y tradiciones ancestrales. Una de ellas es el telar criollo, que vas a ver en los patios de las casas. Podés visitar la Cooperativa Arañitas Hilanderas (@aranitashilanderas), un grupo de mujeres que hacen ponchos, ruanas de llama en telar y más.

Y también la Ruta del Telar, una apuesta turística a la revalorización de los hilanderos y tejedores de la región, con el acervo cultural que se traduce en bellos tejidos de lana de oveja, llama, alpaca y vicuña. El circuito atraviesa localidades como Londres, Belén, San Fernando y Hualfín; todas sobre la mítica ruta 40. Dato: cerquita de ahí, tenés que visitar el Shincal de Quimivil, una antigua ciudad inca. Los recorridos son solo con guías.  

3. Dunas de tatón

Dunas de Tatón, Catamarca.

Dunas de Tatón, Catamarca. - Créditos: Mario Folquer

Son kilómetros y kilómetros de arena con algunas de las dunas más altas del mundo, lo que resulta en un paisaje hipnótico. Este mar de arena se encuentra al norte de Fiambalá por la ruta nacional 34. Fue descubierto por Federico Kirbus, un periodista y escritor argentino, y por ello es que el pico más alto (1230 m) lleva su nombre. Quienes visitan la zona pueden hacer sandboard y travesías en 4x 4. De hecho, el lugar forma parte del Rally Dakar. Uno de los momentos más bellos se dan al atardecer, con los colores del cielo convirtiéndose en noche. 

4. Termas de Fiambalá

Termas de Fiambalá, Catamarca.

Termas de Fiambalá, Catamarca. - Créditos: Gentileza

Estas aguas termales son conocidas por sus propiedades curativas y relajantes. Es un lugar ideal para disfrutar de un baño en aguas termales con un entorno paisajístico único. Se llega a través de la Ruta Nacional N° 60 desde la ciudad homónima. Se trata de piletones de agua de variada mineralización y temperatura que constituyen uno de los complejos termales naturales más importantes del país al aire libre. El agua de las entrañas de la cordillera fluye caliente a 1500 metros sobre el nivel del mar y discurre luego por piletas de piedra con temperaturas que varían entre los 28 y los 51 °C.

El complejo posee 14 piletones en pendiente, con un cauce natural en nueve niveles, de modo que el agua va descendiendo al mismo tiempo que se enfría. Aquí no hay señal de celular, por lo que estarás inmersa sin distracciones en esta experiencia. El centro termal abre todos los días de 8 a 0:30 y para ingresar hay que elegir un turno (mañana/tarde/noche). Dato: las entradas se adquieren solo en la oficina de la Secretaría de Turismo de Fiambalá (Diego de Almagro esq. Diego de Frites). 

5. Villa Vil

Villa Vil, Catamarca.

Villa Vil, Catamarca. - Créditos: Gentileza Caro Cabrera

El pueblo se lanzó a una nueva apuesta turística con dos atractivos únicos. A 80 km de Belén, camino a la Puna catamarqueña, un complejo termal es la novedad. Fue inaugurado en junio de 2023 y cuenta con tres piletones circulares con aguas del río Villa Vil, que tiene temperaturas de entre 38 y 42 grados. El complejo está enclavado en un paisaje surrealista con aguas que, según las leyendas, eran usadas por los caciques y viajeros incas que comercializaban antes de la llegada de los españoles. 

La visita se puede combinar con un paseo por Los Castillos, una impresionante formación de piedra volcánica tallada por el viento y el agua. Es ideal consultar en la Dirección de Turismo de Villa Vil para hacer un trekking.

6. Campo de piedra pómez

Campo de piedra pómez.

Campo de piedra pómez. - Créditos: Gentileza Caro Cabrera

Un “mar” de roca blanca en el medio de la nada que te da la sensación de estar en otro planeta. Es el Campo de Piedra Pómez, un Área Natural Protegida a más de 3000 metros de altura en la Puna catamarqueña. Se trata de un verdadero parque de esculturas naturales, cuyos colores varían según el momento del día.

Se formó hace más de cien mil años como resultado de las emisiones de volcanes cercanos. El acceso principal es desde la localidad de El Peñón. Se puede visitar todo el año, y lo ideal es hacerlo en vehículo 4 x 4 en compañía de guías locales. El pueblo de Antofagasta de la Sierra es ideal para hacer base. Porque, además del Campo de Piedra Pómez, la Puna ofrece atractivos como el volcán Galán, uno de los cráteres más grandes del mundo, de 42 km de diámetro, y en su interior, la laguna Diamante, refugio de flamencos rosados y patos. También el Salar de Antofalla, con sus doce Ojos de Campo, una serie de pequeñas lagunas de raros colores. Por último, Botijuela, con su pileta natural de agua termal.

7. Ruta de adobe

Ruta de adobe, Catamarca.

Ruta de adobe, Catamarca. - Créditos: Gentileza Caro Cabrera

Entre las localidades de Tinogasta y Fiambalá, se encuentra la mítica Ruta del Adobe, un circuito donde se destacan construcciones e iglesias de más de 300 años hechas de adobe. Son 50 km, por lo que puede perfectamente recorrerse en un día. El adobe es una mezcla de barro, estiércol y paja. Se moldea a mano y se construyen casas y capillas, entre otras cosas.

Lo interesante, además de ser térmico, es su nobleza, es un material tan versátil que podés hacer tu casa con tus propias manos. Entre los pueblos más destacados, se encuentran Santa María y San José. Y las capillas más lindas: Iglesia de Andacollo (La Falda), Iglesia Nuestra Señora del Rosario (Anillaco) y la Iglesia de San Pedro en Fiambalá, Monumento Histórico Nacional.

Para agendar

Catamarca tiene una diversidad de experiencias y celebraciones culturales. Una de las más esperadas es el Tributo a la Pachamama. Según la tradición andina, cada 1 de agosto marca el inicio del año agrícola, y se celebra con la Madre Tierra con una “corpachada” donde se ofrendan comidas y bebidas a la Pachamama. Podés participar de esta experiencia única en cualquiera de las localidades del oeste y la Puna catamarqueña.  

5 claves para el trip

  1. 1

    Equiparse con ropa de abrigo o térmica liviana, calzado adecuado de montaña (con agarre), sombrero, protector solar y lentes de sol.

  2. 2

    Si se viaja en vehículo propio, realizar un chequeo general antes de viajar. Tener un auxilio extra y combustible suficiente.

  3. 3

    Lo ideal es contratar excursiones en 4x4, hay zonas de arena en las que un auto común no pasa. 

  4. 4

    Informarse en oficinas de turismo o locales sobre el estado de caminos y guías habilitados.   

  5. 5

    Llevar botellas de agua para la jornada, siempre de más. Y comer liviano. 
     

Datos para el viaje

  • Cómo llegar

    Lo más recomendado es recorrer Catamarca en auto o en moto. Se puede llegar en avión y alquilar ahí mismo.

  • Mejor época para viajar

    el verano es época de lluvias y en invierno se puede dificultar el acceso a paraísos naturales como los de la ruta de Seismiles. Por ende, lo ideal es ir en otoño y primavera.

  • Dónde dormir

    Posada Las Cañas: una casona de adobe con cuartos y algunas cabañas en Fiambalá. Se ubica a 700 m de la plaza principal y está rodeado de una viña. Tiene un antiguo oratorio donde se puede disfrutar lo que ofrece la casa de té y restaurante del lugar. Hay habitaciones dobles desde $70.000 (con desayuno). IG: @posadalascanasfiambala.

    Casagrande Hotel de Adobe: la casona de 1887 está en el corazón de Tinogasta, y sus habitaciones conservan el espíritu inicial. Tiene restó, donde se sirven platos caseras. Hay habitaciones dobles desde $60.000. IG: @casagrandehoteladobe.

    Hostería El Peñon: en la zona de la Puna, a minutos de la puerta de entrada al campo de Piedra Pómez, una casona con 8 habitaciones con las comodidades para sentirse como en casa. Además, tiene restaurante. Habitación doble: desde $117.000 (con desayuno y cena).IG: @hosteriaelpenon.

  • Dónde comer

    Finca La Sala: una vieja casona en La Ruta del Adobe (a 9 km de Tinogasta) que funciona como hotel, casa de té y restaurante y es atendida por sus dueños. Se ofrecen empanadas, locro y comidas típicas en su hermosa galería. IG: @fincalasala.

    Casa de Altura: un hotel montado por un matrimonio de la comunidad kolla con un pequeño restaurante de comidas caseras y autóctonas. Más info:
    casadealtura.hospedaje@gmail.com.

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