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Jujuy: qué tenés que saber antes de visitar la Quebrada de las Señoritas

Gabo (@gavito.travelling) nos comparte una nueva aventura viajera y nos cuenta qué tenemos que saber antes de visitar la Quebrada de las Señoritas.


Qué tenés que saber si querés hacer la Quebrada de las señoritas.

Qué tenés que saber si querés hacer la Quebrada de las señoritas. - Créditos: Gentileza de Gavo (@gavito.travelling).



El norte argentino es una de las regiones mas fascinantes del país. Su exótico paisaje seduce al viajero como sus atrapantes historias. En la quebrada de Humahuaca yace una leyenda especial, bien escondida. El boca a boca de la ruta arrojo a la luz a La quebrada de la Señoritas, quien abandono su figura anónima por la de un must do de la provincia de Jujuy. Su aparición obliga a sumarla a la hoja de ruta e ir por aquel codiciado trekking.

El trekking

img_3253.jpeg - Créditos: Gentileza de Gavo (@gavito.travelling).

7 am, Tilcara. El frío de la mañana activa los músculos del cuerpo. Los primeros rayos de sol llaman a vivir mientras el cielo despejado anticipa el estupendo día para llevar a cabo la actividad. En el desayuno, con café, tostadas y fiambres, estudiamos el mapa de Jujuy. Un dedo marca el objetivo, Uquia. Cerca del pueblo se ubica La Quebrada de las Señoritas donde se realiza un trekking sumamente novedoso, pintoresco y de baja dificultad.

El espejo retrovisor brinda la última imagen de Tilcara recordando la tarde festiva a puro carnaval que dejo el día anterior. Arriba de la camioneta avanzamos dirección al norte por la desolada ruta 9 disfrutando del colorido paisaje. Como de costumbre jugamos a descubrir figuras humanas en los cactus y nubes. Tras 30 km de asfalto, media hora de charla y juegos, arribamos a Uquia. El pequeño asentamiento se ubica en el departamento de Humahuaca a 2.824 m.s.n.m y es un claro ejemplo de sencillez o cultura norteña. Sus 500 habitantes reciben a diario la visita foránea que busca la quebrada y sus circuitos. Previo al trekking visitamos la plaza central, su iglesia, el mercadillo y caminamos sin rumbo por sus calles.

3.jpg - Créditos: Gentileza de Gavo (@gavito.travelling).

Tras conducir 1 kilometro por el ripio en estado regular y ver el polvo rojo volar por doquier hacemos pie en el atractivo. El área protegida se encuentra administrada por gente local. En la entrada un joven de no más de 17 años y de origen coya brinda una calidad recepción. Maxi, el guía de turno, realiza una breve introducción acerca de la región mientras corre el sudor de su frente: “el accidente geográfico es un viaje en el tiempo ya que posee una antigüedad entre el millón y los tres millones de años. Aquí se observan cavernas y grietas tectónicas, producto del poder del viento y de las lluvias”. A su lado, el cartel del parque presenta los circuitos, el principal ¨Cerro y Cueva de las 3 señoritas¨ de 2.1 km y el opcional ¨Cañón de las Curvas¨ de medio kilómetro de distancia. Con la suerte de haber llegado temprano decidimos ir por ambos. Antes de comenzar revisamos el equipamiento mínimo e indispensable el cual consta de agua, anteojos, protector solar y gorra.

A los pocos minutos se producen los primeros suspiros. En el horizonte la quebrada deja al descubierto su bella paleta. El rojo, el gris, el violeta y el verde, los colores que destacan. Delante el sendero se abre a través de un campo de arena, matorrales y cactus. Estos últimos posee un tamaño considerable, pocas veces visto. El paisaje confunde con el lejano oeste norteamericano, donde el indio y el cowboy prestaban a diario batallas entre flechas, disparos, cañones y desiertos. Una Lagartija observa la marcha del grupo mientras el guía comparte su historia de vida. Al abandonar el espacio abierto se ingresa en la quebrada. Una pared rojiza acompaña sobre el lateral izquierdo. El tamaño es impresionante y da pista de su longeva edad. Lentamente el sendero se transforma en un pequeño cañón cubriéndonos gran parte del cuerpo. La complejidad aumenta en el desnivel del terreno y las piedras filosas que intentan rajar la vestidura. El guía aprovecha el silencio y la ubicación para sumergirnos en la mística de la quebrada. Con un tono misterioso explica: “la leyenda cuenta, en tiempo del imperio Inca, partieron desde Perú un grupo de señoritas que llevaban consigo grandes cantidades de oro. Siendo estas perseguidas por los invasores españoles, huyeron, quedando atrapadas en las quebradas. Se cree que en la quebrada de Humahuaca yace escondido el tesoro. Tras esto, ellas ofrecieron su vida a la pachamama y ésta, en agradecimiento, erigió los picos de colores conocidas como la Quebrada de las Señoritas”.

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La imponente quebrada intenta distraer la marcha del grupo con sus diversos tonos, entre ellos el rosa, rojo, naranja, violeta y gris. De golpe el sendero se interrumpe ante un paredón rojizo e imperfecto direccionando hacia una pequeña cueva. El guía invita, de forma voluntaria y con sumo cuidado, a ingresar al portal. Lo que era un trekking a cielo abierto se transforma en una escena de Stranger Things.

El angosto pasadizo se abre entre filosas rocas hacia el corazón de la cueva. La adrenalina corre por el cuerpo impulsándolo hacia lo desconocido. La baja temperatura se disfruta. La poca luz que ingresa a la cavidad deja al descubierto el hilo azul sobre nuestras cabezas regalando una gran postal. Tras andar unos minutos y estrechar el cuerpo al máximo alcanzamos el final para descansar en el mini anfiteatro. El silencio es poderoso y sanador. La experiencia es única y nos conecta con Jujuy.

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Al abandonar la cueva regresamos por el camino pisado en busca del circuito opcional. Volver por las huellas tiene su recompensa ya que regala una nueva perspectiva del paisaje. El guía retoma la palabra: “El área fue escenario de muchos combates liberados durante la Guerra de la Independencia y la guerra ante la invasión de la confederación Peruana-Boliviana”. A medio día visitamos las ruinas arqueológicas de pueblos originarios que datan del siglo XV así recordáramos la historia aborigen en el norte argentino, su importancia y las amenazas que sufre a diario. Siguiendo la huella de los primeros accedemos al cañón de las 13 Curvas, debiendo su nombre a los trece giros que se debe realizar para acceder al anfiteatro. La belleza de su silueta es inexplicable. Los ojos se pierden al subir la vista para dimensionar su gran altura. Claramente una obra de arte del reino natural, en donde el viento y la lluvia hacen eco desde antaño. Sin duda un hito natural a la altura de cualquier cañon de los Estados Unidos.

La magia de la luz presta un espectáculo inigualable al cambiar el tono de rojos en a las rocosas paredes. El circuito es ideal para tomárselo con calma, ya que da para tomarse unos mates o distenderse en una linda charla. La reflexión acerca del poder de la naturaleza se torna recurrente. Maxi explica la génesis y el cuidado que se debe tener por esta pieza natural. Tras realizar los 13 codos llegamos al anfiteatro. Su acústica es perfecta como así su envergadura. Con cámara en mano realizamos un par de disparos inmortalizando el momento. La quebrada enmudece al público y regala paz. La experiencia es suprema. En silencio partimos del recinto.

A pocos metros de finalizar el trekking, giramos la vista sobre el hombro para despedirnos y tomar la última imagen del “valle de la luna”. El rojo Marte de la quebrada queda grabada en la retina. Con el sol a cuestas subimos a la camioneta para continuar el viaje hacia Humahuaca. La falta de palabras en la ruta confirma la satisfacción del cuerpo y alma viajera. Otra vez pudimos abrazar y conversar con la naturaleza.

Data clave

- Cómo llegar: queda a 33 km de Tilcara y a 12 de Humahuaca. Por atrás del pueblo, se puede hacer un recorrido de 1 km aproximadamente en vehículo y luego 2 km a pie que se transitan con mucha facilidad.

- Mejor época: de noviembre a marzo por la amigable temperatura. Otro consejo: realizar la actividad por la mañana.

- Otras actividades: Iglesia San Francisco de Paula (de 1691), molino Jesuita, el  reloj de sol, almorzar en Uquía,  derro Las Señoritas, El Arcabucero, Intiwatana, Pacha Manka y Aisito Restaurante.

- Que llevar: agua, sombrero y protector solar y  llevar bolsa para los residuos.

Nota gentileza de Gavo. Seguí sus aventuras viajeras en Instagram en @gavito.travelling.

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