¿Te gustan las auroras boreales?: dónde podés verlas y disfrutarlas

El Sol desprende casi una tonelada de su propio cuerpo por segundo y lo arroja al espacio. Son partículas que escapan de la corona que lo rodea (principalmente electrones y protones, aunque también algunos núcleos de helio). Es como que se va desgranando (a no preocuparse que es grande y no se gasta mucho), y esa materia viaja hacia el exterior hasta que le pega a nuestro planeta. En ese mismo planeta, mucha gente viaja hacia una región específica para ver este espectáculo. Las auroras se reparten equitativamente en ambo hemisferios, mientras más cerca de los polos magnéticos, más fácil verlas, pero hay una cuestión importante, la humanidad no se reparte para homogénea.

Mientras Ushuaia, la ciudad más austral, está a 3.900 km del polo sur, en el otro extremo, Tromso, en Noruega, una ciudad de más de 60.000 habitantes, tuvieron la buena idea de construirla a solo 2.260 del polo norte, quizás para ver las auroras. Sin saber si fue le real motivo de la fundación de esa ciudad, hasta allá viajó Juliana para celebrar su primer año de matrimonio con Nicolás, y ver las auroras boreales.

“Fue una experiencia tremenda, tuvimos suerte, la naturaleza no la controlamos y esta vez jugó a nuestro favor, justo agarramos una ventana de buen clima. Los mejores meses son octubre y marzo y en el 2024 y 2025 se espera mucha actividad solar. Tuvimos tres noches espectaculares, con cielos despejados, viajando por Finlandia y Suecia buscando esos cielos. Tromso está dentro del círculo polar ártico y es la ciudad que se conoce como la puerta del ártico”.

Hace unos días, de modo extraordinario, la naturaleza también está jugando a favor de nuestro país: se vieron en toda la Patagonia e incluso se observaron tenues auroras australes en el centro de la Argentina.

Mientras más débiles son, más ayuda ubicarse en un lugar con muy poca contaminación lúminica, bien alejados de las ciudades.

Pero saliendo de la excepción y volviendo a lo tradicional, tal vez el destino más conocido para ver las auroras es Islandia. Pero la ventaja de Noruega es que, al estar dentro del continente, ofrece más planes alternativos para buscar cielos despejados. “Mucha gente va a Islandia y vuelve sin ver las auroras por no encontrar cielos despejados. Nosotros las tres noches estuvimos cruzando a Finlandia y Suecia. Los tour empiezan a eso de las tres de las tarde y a veces volvíamos a las 3 de la mañana.”

Sobre las opciones para verlas, Juli cuenta: “No importa con qué empresa vayas, todos trabajan en red, es muy noruego, la idea es que todos ganen. Está bueno saberlo porque al final todos salen del mismo lugar y llegan al mismo, una empresa o la otra es igual. La recomendación más importante es considerar una ventana de tiempo importante, no pretender ir un día y justo verla. Es un fenómeno natural que no lo controla nadie. Lo mínimo recomendado es tres días”.

Luego cuando se enciende el día y las auroras desaparecen, ¿qué hacemos? “Tromso es una ciudad muy interesante, con mucha historia, museos, hay mucho más para hacer que ver las auroras. Está muy bueno para hacer una inmersión en la cultura sami, que es la cultura local. Está el museo polar, también la posibilidad de hacer un baño en el ártico, una oferta gastronómica enorme, con carne de ballena o reno en todas sus variantes. También hicimos un free walking tour con un guía argentino que sabe un montón, se llama Mauricio Banco. La ciudad está muy bien conectada, pero está muy lejos por lo que no es barata para visitar, principalmente hay que averiguar bien el alojamiento porque influye mucho en el presupuesto. Y dato de color: que estén atentos cuando van llegando en avión a Tromso, ¡porque mucha gente ve las auroras desde el aire a la noche!”.

Cada cual vive su experiencia personal con las auroras, Juli nos contó la de ella. Para los antiguos griegos, la diosa Aurora, tuvo varios hijos, cuatro de ellos son los vientos del norte, del sur, del este, y del oeste. Según la leyenda, las lágrimas que derrama Aurora, mientras vuela a través del cielo llorando por uno de sus hijos, que fue asesinado, son el rocío de la mañana. Quizás sean solo gotas sobre el pasto del amanecer, quizás algo más, cada quiene elige qué creer.