Vuelta a clases: ¿cómo repartir las tareas para que no recaigan solo en las madres?
¿Contabilizaste la cantidad de tareas que implica la vuelta a clases? Es importante que sea con corresponsabilidad. Este informe nos ayuda a reflexionar y emprender acciones para equilibrar.
23 de febrero de 2023
Las madres destinan muchas más horas que los varones al cuidado de los hijos/as. - Créditos: Getty
Se acerca la vuelta a clases. ¿Contabilizaste la cantidad de tareas que implica? ¿Ya están abrumados en la familia?
En Grow - género y trabajo proponen analizar este momento desde una perspectiva de género. Esto te puede ayudar a equilibrar las tareas que se acercan.
Paulina Pellegrini, del equipo de Comunicación de Grow- género y trabajo, detalla que los cuidados son esas tareas, actividades y apoyos indispensables para la satisfacción de las necesidades de subsistencia y reproducción de las personas a lo largo de su vida, comprometiendo la atención de requerimientos físicos, emocionales, sociales y materiales.
“En este sentido, el cuidado es un derecho con múltiples dimensiones: las personas tenemos derecho a ser cuidadas, pero también a poder cuidar de los nuestros y al autocuidado, es decir, a realizar acciones que aportan salud y bienestar a nuestras vidas”, dice.
El regreso al ciclo escolar conlleva una serie de tareas de cuidado que garantizar: comprar útiles, chequear mochilas, revisar si entran los uniformes o los guardapolvos del año pasado, si hay que comprar nuevos, organizar las nuevas rutinas, etc.
Según reveló la primera Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (ENUT 2021), las mujeres casi duplican a los varones en las horas diarias dedicadas al cuidado de miembros del hogar: los varones destinan 3:30 horas por día, mientras que las mujeres 6:07 horas en promedio. Además, la participación de las mujeres en las distintas formas de trabajo no remunerado es siempre mayor que la de los varones, tanto en el trabajo doméstico (90,0% frente a 69,1%), como en el de cuidado a miembros del hogar (31,4% frente a 20,3%) y el de apoyo a otros hogares, a la comunidad y voluntario (9,3% frente a 6,1%).
Pellegrini repara en estos datos y señala que reflejan un reparto desigual del cuidado y remarcan el impacto que tiene en el mercado laboral. “Si analizamos las tareas de cuidado desde una perspectiva de género, lo que observamos es que, en líneas generales, esta responsabilidad recae sobre las mujeres e identidades feminizadas. Estas tareas, muchas veces invisibilizadas, repercuten en sus trayectorias profesionales”, apunta.
Agrega que, para explicar mejor esta problemática, se utiliza la metáfora de “escaleras rotas”, porque nos permite reconocer cómo se ven interrumpidas sus trayectorias laborales al verse compelidas a enfrentar casi solas las tareas asociadas al cuidado.
“Nadie nace sabiendo cuidar, ni existe ninguna predisposición que justifique que sean ciertas personas las que deban encargarse del cuidado, pero nuestras sociedades nos educan desde pequeñas considerando que somos mejores para hacerlo”, reflexiona la experta.
Y habla de corresponsabilidad, que implica un reparto equilibrado de las tareas domésticas y de las responsabilidades familiares, tales como su organización, el cuidado, la educación y el afecto de personas dependientes dentro del hogar, con el fin de distribuir de manera justa los tiempos de vida de las personas adultas que integran esa familia. Así se contribuye a eliminar la desigualdad de género hacia las mujeres.
Desde Grow- género y trabajo consideran que, más allá de la corresponsabilidad al interior de cada familia, el derecho al cuidado forma parte de una responsabilidad colectiva en donde familia, comunidad, Estado y mercado deben contribuir con acciones y políticas que puedan garantizarlo.