El truco que no falla: cómo elegir el labial perfecto sin tener que probarlo

Lo más común al testear un labial es hacerlo sobre la mano, la muñeca o el antebrazo. Pero hay una zona clave que muchas veces se pasa por alto: la parte interna de la palma, justo antes del dedo pulgar. Al cerrar ligeramente la mano, esa piel forma líneas similares a las del labio, lo que permite evaluar mejor la textura, el acabado y cómo se comporta el color sobre una superficie con pliegues (similar a los labios).

Los labios tienen su propia pigmentación natural (desde tonos pálidos hasta más rosados, o con mayor presencia de melanina) y eso influye directamente en cómo se ve el labial. Por eso, además del lugar donde lo pruebes, es clave tener en cuenta tu tono de piel:

• Pieles muy claras a medias: lo ideal es usar el lado interno de los dedos para hacer el swatch. Esa zona se asemeja más a la pigmentación natural de los labios que, por ejemplo, las muñecas.
   
• Pieles de medias a oscuras: en este caso, el interior de las palmas suele ser más claro. Una buena opción es hacer la prueba sobre el lateral del dedo, donde se pueden comparar dos tonos de piel (ideal si tus labios también tienen distintas zonas de pigmentación)
   
• Otra opción: Hacer el swatch en la parte superior del dedo, justo debajo de la uña.

Una vez aplicado el color podés acercarlo a los labios y ver si armoniza con tu subtono natural. Recordá: el color real de tus labios influye más de lo que pensás.