Desde la recolección del grano hasta la última tendencia entre los baristas, El libro del café es una oportuna fuente de consulta para la creciente legión de cafeinómanos. Publicado por Editorial Catapulta en las últimas semanas de 2016, se trata de un trabajo de la periodista de LA NACION y especialista en gastronomía Sabrina Cuculiansky. Aborda tanto aspectos técnicos –secado, tostado, tipos de granos–, como tips para su preparación en el hogar y un repaso por las distintas olas históricas del consumo (hasta la actual, la del slow coffee, con métodos de filtrado y baristas especializados). También incluye un recorrido por las cafeterías más importantes del mundo, apartado del que acá publicamos un fragmento.
ELS QUATRE GATS
Carrer de Montsió 3, Barcelona, España
La escuela de un grande
Pablo Picasso no siempre fue el reconocido pintor que hoy admiramos. En sus comienzos, el artista tuvo que trabajar mucho para destacarse y, entre los encargos que recibió, realizó las tapas de los menús de Els Quatre Gats, un cabaret-restaurante donde se hacían tertulias y reuniones de arte. La oportunidad le llegó por su amistad con el dueño del bar, Pere Romeu, quien decidió ayudar al pintor debido a su ajustada situación económica. Además, lo dejó realizar allí su primera exposición de cuadros.
Este lugar, que abrió en 1897, se constituyó como un estandarte de la vanguardia cultural de la ciudad de Barcelona y hasta tuvo su propia revista, Quatre Gats, de la que salieron quince números.
CAFÉ DES DEUX MOULINS
15 Rue Lepic, París, Francia
El fabuloso destino de París
Des Deux Moulins, en París
Su nombre hace referencia al famoso cabaré Moulin Rouge y al molino de viento Moulin de la Galette, ambos ubicados en las cercanías de este café en el barrio de Montmartre. En 2001, saltó a la fama a nivel mundial, o al menos entre los cinéfilos, a partir de la película francesa Amélie: allí trabaja y se enamora su entrañable protagonista.
El lugar conserva la fachada, los neones del interior y la puerta del baño, con el recordado letrero que dice "Toilettes". En cambio, ya no están ni el vidrio sobre el que Amélie escribía el menú del día ni el kiosco donde Georgette vendía tabaco y se enamoró de Joseph.
Con la excusa de probar una irresistible crème brûlée, cientos de turistas de todo el mundo desfilan cada día por las mesas de este pequeño café para acercarse, al menos por un rato, al fabuloso destino de Amélie Poulain.
CONFITERÍA COLOMBO
Rua Gonçalves Dias, 32, Río de Janeiro, Brasil
Aquella belle époque
Café Colombo
Entrar en este café es lo mismo que sumergirse en la historia de Brasil y remontarse al año 1894, cuando Manuel Lebrão y Joaquim Meirelles abrieron este lugar en una de las calles más exclusivas de Río de Janeiro.
Alrededor de sus mesas, hechas en madera de jacarandá, se sentaron personajes ilustres de todo el mundo, como el rey Alberto de Bélgica -cuando estuvo de visita en la ciudad, en 1920- y la reina Isabel de Inglaterra, en 1968. El lugar, de estilo nouveau y con el mobiliario original de época, forma parte del patrimonio histórico y artístico de Río de Janeiro.
CAFÉ FLORIAN y QUADRI
Piazza San Marco, Venecia, Italia
Ayer, hoy y siempre
Café Florian
Cuando el visitante abre el menú del Café Florian, lo primero que lee es el siguiente texto de bienvenida: "Italia es el país más hermoso del mundo. Venecia es la ciudad más hermosa de Italia. Piazza San Marco es la plaza más hermosa de Venecia. El Café Florian es el más hermoso de Piazza San Marco. Por lo tanto, usted está tomando un café en el lugar más hermoso del mundo".
Si bien su presentación puede parecer grandilocuente, las personalidades que lo visitaron desde su inauguración, allá por 1729, le dan su aval: Lord Byron, Marcel Proust, Charles Dickens, Ernest Hemingway y Federico Fellini, entre tantos otros.
El Café Florian también se posicionó como vanguardista en materia de derechos: fue el primer bar en Italia que permitió el ingreso de las mujeres.
Desde que abrió, en 1775, la cafetería Quadri es sinónimo de elegancia y prestigio. Ubicada sobre la plaza San Marco, al igual que el café Florian, mantiene con este una histórica y divertida disputa.
El Quadri, en Piazza San Marco
¿A qué se debe la enemistad? En primer lugar, cuando estas dos cafeterías abrieron, ambas ofrecían música en vivo, por lo que se disputaban el público que transitaba por esa plaza, una de las más famosas del mundo. Para llamar la atención, las orquestas solían subir el volumen pisándose unas a otras para hacerse notar.
Pero también hay otro rumor al que se le adjudica tal rivalidad y que nos remite al siglo XIX. Parece que, un día, el compositor alemán Richard Wagner abandonó el Quadri, cruzó la plaza y se sentó en una mesa del Florian porque no quería encontrarse con su colega Giusseppe Verdi, con quien tenía una muy mala relación.
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