Emprendé con un propósito que guíe tu proyecto. - Créditos: Getty Images
Nito Anello es el cocreador de Zafrán , empresa argentina de triple impacto dedicada a la producción y comercialización de alimentos realizados con ingredientes saludables y recetas honestas. Nito nos comparte su experiencia, nos adelanta que emprender no es nada fácil, pero si lo hacemos con propósito, con un modelo de impacto social y ambiental y con una idea más o menos clara de para qué hacemos lo que hacemos, vamos por el buen camino.
Visión compartida
Con Charlie Rivero Haedo arrancamos Zafrán en el año 2012 con la idea de hacer una gran empresa de alimentos. En ese momento el tema del propósito no estaba tan de moda como por suerte está ahora, pero los dos sabíamos que queríamos hacer las cosas bien, ser una empresa ejemplo para otros, estar conectados, ser generosos. En ese momento ni siquiera sabíamos cuál era nuestro propósito, de hecho todavía lo seguimos revisando y profundizando, pero la intención de hacer las cosas bien, de tener impacto positivo en la sociedad y el planeta siempre estuvo. Esta me parece una idea fundamental, "una clave": Arrancar el emprendimiento estando alineados los socios en que lo importante es buscar impacto positivo, no hacerse millonario o famoso. Creo que no es necesario que ese propósito esté claro, porque si algo tienen los emprendimientos es que van cambiando y son un descubrimiento, pero la intención de hacer algo bueno tiene que estar sí o sí.
Construir desde el propósito
Hoy nuestro propósito en Zafrán es mejorar el mundo a través de la alimentación y la inclusión laboral, para potenciar la vida de las personas, eliminar las enfermedades no transmisibles y generar un impacto positivo en el ambiente. Esto es lo primero que le contamos a todos. En cada entrevista laboral, al visitar clientes, proveedores, accionistas. Siempre construimos desde ahí. Estos últimos dos años crecimos muchísimo. Pasamos de ser 5 a ser más de 15. Tener esto claro nos hace poder delegar y confiar en que todos en el equipo saben para dónde vamos. No deja de maravillarme las sinergias increíbles que trae trabajar así. Ayuda a conseguir equipo, con gente que esté alineada con esa búsqueda, a conseguir clientes y proveedores, que se copan con acompañar en el desarrollo, incluso nuestro socio Diego Salmain se sumó porque veía esta intención. Hay mucha gente que quiere que nos vaya bien, porque saben que construimos desde un lugar honesto. Siento que cuando te comprometes con tu propósito todo se alinea para ayudarte. Y, como efecto colateral, todos los problemas (¡que siempre hay!) se hacen más tolerables.
El dinero en su lugar
Todos necesitamos comer para vivir, pero nadie querría vivir sólo para comer. En las empresas de triple impacto el económico es una de las 3 patas de la mesa. No se puede hacer una empresa de impacto si no es rentable. No se puede hacer una empresa de nada si no se logra ganar dinero. La diferencia es que en nuestro caso el dinero es lo que te permite tener más impacto, no a tener más plata. Esto cambia muchas decisiones en el día a día. ¿Qué proveedor elijo? ¿El más barato? ¿O le compro a una cooperativa o a una fundación? En nuestro caso producimos nuestras granolas en Asociación Civil Andar, una organización que trabaja para generar oportunidades de inclusión social para gente con discapacidad. Podríamos producir en lugares mucho más rentables, pero no tenemos ningún interés, porque el foco no es ser más rentables, sino tener más impacto. Lo mismo al contratar personal para nuestra planta de producción de barras, trabajamos con la Red CREER dando oportunidades a gente que estuvo privada de su libertad. La inclusión laboral es parte de nuestro propósito y lo elegimos por sobre el dinero. Además, creo que cada vez más el consumidor va a estar atento de a quién le da su dinero, y creo que a las empresas que no tienen un modelo de impacto les va a costar cada vez más ser rentables. Es decir, elegir en función del propósito y no hacerlo en función de la rentabilidad a corto plazo, hará que seamos más rentables en el largo plazo.
El éxito no es un objetivo
Una de las cosas que más me gustan de emprender con impacto es sentir que somos exitosos todos los días. Tenemos un propósito heroico, inalcanzable, no lo vamos a lograr nunca, pero lo vamos a intentar siempre. Somos exitosos porque hacemos lo que está bien simplemente porque creemos que está bien. Disfrutamos el día a día, con sus conflictos, con sus dificultades y sus momentos de placer. Hoy trabajo con gente con la que me encanta compartir tiempo, que me enseña, que me desafía y disfruto día a día.
Hace unos días en Zafrán obtuvimos la certificación de Empresa B que nos reconoce como empresa de triple impacto, desde el punto de vista social, ambiental y económico. Sistema B es un movimiento global que comparte la visión de una nueva economía que genere valor sostenible. A la hora de emprender con impacto, es sin duda una fuente de inspiración e información.
Insisto en que emprender no es para cualquiera, pero si lo vas a intentar, hacelo por algo que sume a la sociedad y al planeta y probablemente todo sea más fácil.