Negocio. Compartían consejos sobre plantas; hoy dan cursos y publican libros

Todo comenzó con una bola de musgo. Cecilia Bernard (48) y Romina Ferrea (36), ambas creativas de profesión, se conocieron en un taller de cerámica y pronto descubrieron que compartían, además de la arcilla, amor por la botánica. En cada encuentro moldeaban macetas e intercambiaban gajos, hasta que empezaron a incursionar en otros soportes para contener plantas. "A medida que las reuniones creativas pasaban, empezamos a armar kokedamas con suculentas, algo que no estaba tan visto en el mercado", recuerdan. El término japonés describe una técnica artesanal de cultivo de plantas muy antigua, similar a la del bonsái. A simple vista es una bola compuesta por musgo, arena y otros materiales orgánicos que hace de maceta viva. Las chicas no imaginaban que ese experimento sería el principio de Compañía Botánica, un emprendimiento que florecería sin freno.

Fanáticas de los cactus y la suculentas, Ceci y Meena empezaron a diseñar soportes no convencionales, les sacaron fotos y las empezaron a compartir a través de Instagram y Facebook. "En un mes teníamos muchísimos seguidores y empezamos a tener consultas de amigos, conocidos y desconocidos que querían comprarnos kokedamas, latas con arreglos de suculentas, mini estanques y los demás productos que habíamos estado haciendo". Pronto aparecieron los primeros encargos para ambientaciones y paisajismo, a la vez que las consultas sobre cuidados eran más frecuentes. "Así surgieron los workshops botánicos, experiencias creativas pensadas para aprender, conectar con la naturaleza e inspirarse", cuentan las chicas.

Los primeros talleres fueron en Buenos Aires, pero no tardaron en sumarse Rosario, Córdoba, Montevideo y Santiago de Chile a la oferta. Siete años después de fundarse, Compañía Botánica es un éxito rotundo: ofrecen cursos online propios y uno en la plataforma digital Domestika, su primer libro ("Compañía Botánica - Especies, consejos y secretos de jardinería urbana") lleva tres ediciones impresas y tienen otro más en camino, fueron publicadas en una antología de diseñadores y creadores botánicos de una editorial china, y en 2021 lanzarán una agenda que cocrearon con Monoblock. Además, venden ramos y boutonniers, ofrecen workshops privados y regalos empresariales.

Luego de estos años, Ceci y Meena reconocen que el mayor desafío fue apostar a su proyecto y renunciar a sus trabajos en relación de dependencia, que mantuvieron en simultáneo durante un año hasta que al fin dieron el salto. Poder enfocarse al máximo en su emprendimiento las llevó a conocerse más a ellas mismas, descubrir su potencial y alimentar su amistad y creatividad. "Somos creativas por formación y por vocación. Buscamos la inspiración en los más diversos lugares, que no siempre son los más obvios: recorrer mercados, mirar una película, escuchar música, ojear decenas de revistas y libros, viajar...", describen. Pero sobre todo aseguran que en el hacer, en la acción, es donde despiertan y activan nuevas ideas.

Para ellas es fundamental el valor de crear comunidad cada día, que cultivan a través de sus consejos y respuestas a los mensajes y consultas que les llegan por las redes. "¡Nos consideramos inspiradoras botánicas! Amamos contagiar nuestra pasión por la naturaleza en general y por las plantas en particular", concluyen.

$3.200.000 es la facturación anual

20 mil personas participaron de sus workshops

1.800 cupos vendieron en los últimos 6 meses para sus propios cursos online

200 cursos mensuales venden en la plataforma Domestika

11 mil ejemplares vendió su primer libro

50% de la facturación proviene del canal online ciabotanica.com.ar

134 mil seguidores tienen en IG @ciabotanica