“No me olvidó más la sonrisa de ese día”. Su mamá murió de cáncer e, inspirada en su lucha, creó una marca de indumentaria.
Ola, el emprendimiento de Malena Ducrey, tiene como meta que las mujeres no pierdan el amor a su cuerpo
17 de octubre de 2021
Foto: Malena Ducrey
La pasión por el diseño de indumentaria de Malena Ducrey viene desde chica. Cuando tenía 13 años, con una amiga del colegio estampaban remeras. A esa edad, también, su mamá se enfermó de cáncer de mama. Malena atravesó su adolescencia, a la par de diferentes tratamientos y vaivenes en la salud de su madre. Después empezó diseño en la UBA. “Me acuerdo del verano que tuvo la mastectomía y se tuvo que ir a comprar mallas a un lugar que no le gustaba, le parecía horrendo. Ella era bastante chanchera para vestirte y me decía que yo tenía que hacer algo con ese mundo porque era horrible, no había nada”, explica.
Foto: Malena Ducrey
Lejos de la ortopedia
De familia de médicos, sus padres le insistían en que en la medicina había un nicho. Pero no fue hasta el verano del 2015, en que su mamá estaba internada, que experimentó con el tema cuando le pidieron que le hiciera una remera a su mamá. “Para que se sienta linda, en lugar del camisolín. Fui a la retacería y armé un remerón que se ataba atrás y le encantó. No me olvidó más la sonrisa de ese día. Ahí me di cuenta lo importante que es para una persona enferma sentirse bien con lo que tiene puesto”, confiesa. Mientras ella se despedía de su madre, los médicos del hospital alababan sus camisones y le decían que tenía que hacer algo con eso. Pero aún no era el momento.
Foto: Ola
Para que se sienta linda, en lugar del camisolín. Fui a la retacería y armé un remerón que se ataba atrás y le encantó. No me olvidó más la sonrisa de ese día. Ahí me di cuenta lo importante que es para una persona enferma sentirse bien con lo que tiene puesto
Después de que falleciera su mamá, Malena se enfocó en terminar su carrera. “Dos años después me recibo y me la doy en la cara con la realidad de lo que es trabajar para otros. Pero siempre tuve esa cosa de emprender”, sostiene. Luego de trabajar para algunas marcas, recordó que lo que su mamá le decía. Primero, pensó en hacer algo para chicos, pero luego, con el apoyo de una profesora de la facultad, que se convirtió en su socia, decidió lanzar Ola, una marca de ropa enfocada en mujeres que atraviesan un cáncer de mama.
Foto: Ola
“Al principio, yo tenía la negación y el miedo de que no sabía si me quería meter en ese mundo, porque tengo todo muy a flor de piel. Nuestra intención es que no quede encasillado en el mundo de la ortopedia, sino que pueda moverse en el circuito de la moda y así abrir el círculo”, asegura. En Ola crea remeras, corpiños, loneas, sweaters, pañuelos. “La idea es que te permita moverte con comodidad y que sean versátiles: que tengan una doble vida, que no sea una prenda que te estanque para una operación, sino que le puedas dar otro uso y la renueves”, agrega.
“Nuestra intención es que no quede encasillado en el mundo de la ortopedia, sino que pueda moverse en el circuito de la moda y así abrir el círculo”
Moda que comunica
Hoy, a sus veintisiete, reafirma que la moda comunica. Ante la falta de información de qué significa la prevención, la detección y un tratamiento tempranos, busca visualizar que un cáncer de mama puede implicar una mastectomía y la necesidad de un corpiño especial. “Mis amigas se enteraron a partir de la prenda. Desde nuestro pequeño lado comunicamos lo que significa el día a día de una persona con cáncer, a lo que se tiene que enfrentar esa persona. Mi mamá usaba peluca, porque no quería que se viera. Y yo pensaba: ¿es necesario que además se tenga que cargar con cosas por las miradas sociales? La marca se dedica a la enfermedad, no a la prevención. La prevención es parte, pero también es para quitarle el miedo a todo eso”, relata.
Foto: Ola
Mi mamá usaba peluca, porque no quería que se viera. Y yo pensaba: ¿es necesario que además se tenga que cargar con cosas por las miradas sociales?
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