El 6 de enero de 2017 nos enteramos de que Tilikum, la orca macho, la atracción de Sea World, había muerto.
El espectáculo increíble de la naturaleza - Créditos: Luis Pettite
El animal, cazado en 1983 a la edad de dos años en Islandia, fue encerrado en un oceanario para entretener a la gente con sus impresionantes acrobacias. Durante años todo pareció funcionar. Entrenadores y animales compartían un espacio reducido y realizaban movimientos y trucos, con el objetivo de que miles de personas disfrutaran de un espectáculo único a cambio del valor de una entrada. Con los mismos animales, día tras día, el negocio era redituable.
Hasta que, sin quererlo, Tilikum se transformó en protagonista de una polémica que nos obligó a reflexionar sobre las consecuencias de la ignorancia y la crueldad humanas.
En su primer oceanario, Sea Land, lo habían educado con castigos y maltrato. El asesinato de una entrenadora significó la clausura del lugar. ¿Por qué lo compró SeaWorld? Negocios, por supuesto. Además de ser parte de un show, a Tilikum lo usaban como semental. En el documental Blackfish, de Gabriela Cowperthwaite se puede ver con claridad la explotación a la que lo someten y la forma en que cada nuevo “accidente” y muerte que sufren los entrenadores es silenciado por las autoridades del oceanario, o justificado como un descuido.
El 24 de febrero de 2010 la orca atacó y mató a su propia entrenadora, Dawn Brancheau, la persona con la que había creado un vínculo estrecho después de tanto tiempo compartido.
No existen antecedentes de ataques de orcas en libertad que ataquen a los humanos.
Que esto quede claro, más allá de las películas efectistas:
No existen, en todo el mundo, antecedentes orcas en libertad que ataquen a humanos.
Al alcance de la mano - Créditos: Luis Pettite
Juan Carlos López, un guardafauna conocido como Orcaman, comprobó, para la televisión británica, que ni siquiera mientras cazan su comida, las orcas se interesan en probar carne humana. Como él mismo lo cuenta, “el 14 de abril de 1989 junto con Paul Atkins de la BBC buceamos con orcas no solo para filmarlas sino para saber si atacaban al hombre. La prueba se realizó cuando las orcas estaban cazando lobos marinos, o sea el momento más crítico dado que buscaban su alimento. Lo llevamos a cabo durante 5 días, inclusive buceando al lado de 7 orcas durante horas sin ser tocados, solo mostraron curiosidad y hasta cierta desconfianza ante nosotros lo cual no es de extrañar ya que somos la especie más peligrosa”.
El caso de Tilikum es uno entre tantos, ¿Por qué los alejamos de su hábitat? ¿Por qué los aislamos de su entorno y de sus compañeros de la misma manada? ¿Vale la pena divertirnos a costa del sufrimiento animal? Aunque Sea World dejará de tener shows con orcas, otros oceanarios en el mundo insisten en decir que son animales rescatados, no cazados, y que no podrían estar en mejores condiciones. La verdad es que la vida en cautiverio es espantosa, podrían llegar a los 70 años pero mueren mucho antes. En Mundo Marino, otra orca, Kshamenk, espera su propia libertad, que tal vez sea la misma que encontró Tilikum.
Una comunidad de doce orcas en convivencia pacífica con los humanos - Créditos: Luis Pettite
El 8 de enero, en Puerto Pirámides, se dio una increíble interacción entre orcas y humanos. Uno de los testigos privilegiados del momento fue Luis Pettite, acostumbrado al movimiento de las embarcaciones, ya que es el fotógrafo de una de las empresas que llevan turistas y viajeros a ver los enormes animales marinos de cerca. Pero lo que vio aquel día, nunca lo había experimentado en tantos años de trabajo: una manada de doce orcas navegó junto a ellos durante cerca de dos horas. El relato, en primera persona:
"Con mi hijo, amigos y parientes, nos íbamos a pescar a la boca del Golfo Nuevo, y en el camino entre Pardelas y Colombo nos encontramos con unas respiraciones a lo lejos, pensábamos que eran ballenas pero cuando nos acercamos nos encontramos con la sorpresa de que era un grupo de muchas orcas. Al parecer estaban en comportamiento de apareamiento, había un macho muy grande. Me ayudaron con la fotoidentificación, así que pudimos reconocer a Mica, una hembra a la que bautizaron los pequeños de la escuela de Pirámides, y Maga, que es la hembra que domina a este grupo ya que las orcas forman matriarcado. Estuvimos dos horas y media acompañándolas, constantemente al lado nuestro, al alcance de la mano, la aleta dorsal cuando pasaban al lado nuestro jugando. Encontrarte con el máximo predador del mar en esa situación tan cerca y tan sociable como estaban es una situación que no me ocurrió nunca. Estábamos todos maravillados por lo que estábamos viviendo. Después se juntaron otras embarcaciones. Creemos que están en ese área en busca de delfines, de los que se alimentan, como lo hacen de lobos marinos y crías de elefantes marinos".
Orca madre y cría, durante los primeros tiempos necesitan estar con su madre y sufren la separación - Créditos: Luis Pettite
Dicen los que saben que son las orcas las que buscan a los humanos, para verlas, no es cuestión de salir a buscarlas, de perseguirlas, sino de esperar que vengan a nosotros. El agua es su espacio, en donde viven, se comunican, cazan, se aparean, forman comunidades y desarrollan su vida en total libertad. Por eso los guardafaunas, biólogos e investigadores, recomiendan ser prudentes y no interferir en las situaciones de caza. Ser observadores y mantener una distancia prudencial.
Creo que estamos atravesando un proceso de evolución en el que tenemos que revisar los vínculos entre nosotros y los que nos rodean. Si antes no cuestionábamos la existencia de los zoológicos y los oceanarios, ahora es el momento de pedir perdón a todos esos animales enormes, tan similares a nosotros, por el abuso que cometimos. Hoy tenemos la oportunidad de ver orcas en libertad, quien tuvo la oportunidad de hacerlo, es probable que entienda la emoción que se siente. Tanta emoción que imposible de explicar con palabras, es mejor compartir este video.
Me pueden escribir a kariuenverde@gmail.com o a Kariu en Verde
Les mando un abrazo grande.
Kariu
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