Pablo Massey. "Hay que ir a comer pasta a Italia."

-A la vuelta de los viajes, en mi valija siempre hay lugar para un excelente parmesano, aceite de oliva extra virgen (de alguna variedad que no conozca ) y una lata de foi gras.

-París, porque que mantiene su calidad, su tradición, con productos siempre sobresalientes. Madrid con el gran cambio que sufrió después del ícono catalán Ferran Adrià. Londres, con una cocina cosmopolita y productos de todo el mundo.

-Es una preparación y parte de un plato italiano. El frito misto. Son las hojas de salvia fritas con anchoas. Excelentes para maridar con un torrontés de Colomé.

-En un viaje por Singapur probé una riquísima sopa de nido de golondrina.

-El Norte argentino tiene una identidad propia, fuertísima, con un montón de platos que están en esa categoría, como las empanadas salteñas o los guisos de lentejas, con sus ingredientes norteños.

-Fue en un viaje que hice en 1996 a Australia y Nueva Zelanda con Francis Mallmann y otros cocineros. En Sidney dimos una vuelta por varios restaurantes y recalamos en Tetsuya, un restaurante muy bien calificado del cocinero japonés Tetsuya Wakuda. Comimos el menú de catorce platos, un espectacular viaje de sensaciones.

-Hay que ir a comer pasta a Italia. En mi caso, volvería a la Cava de Maiano, un restorancito donde trabajé alguna vez, en Fiesole, y comería pasta en la terraza de ese restaurante en las afueras deFirenze, ligeramente en las colinas con vista al valle, tomando un vino rosso de la casa y comiendo espárragos silvestres. Ese lugar existe hace 400 años, como albergo, posada, restaurante y conserva las estructuras de granito originales.

-José Ignacio. Me gusta porque es enorme y podés encontrar diferentes situaciones de mar. También hay unos restaurantes que me encantan. Siempre podés alejarte un poco para no cruzarte con todo el mundo.

-Me gustaría visitar a uno contemporáneo, Marco Pierre White, un cocinero inglés, un pionero que tuvo éxito desde muy chico. En un momento tenía una tendencia muy canchera y después cambió. Me gustaría saber qué sintió en sus inicios, cuando tenía un restaurante chiquito en las afueras de Londres.

-Por suerte ese viaje ideal lo he hecho varias veces. Consiste en despertarme temprano en Itacaré (Bahía), con una calor agradable y comenzar el día con esos desayunos energéticos de los lugares tropicales, con frutas y jugos naturales, cosas ricas. Después, con un par de amigos, cargamos las tablas de surf en el auto y manejamos hasta la playa de Engenhoca, un lugar increíble y solitario con unas olas espectaculares. Al salir del mar tomamos un agua de coco, comemos un pescadito a la plancha y dormimos un rato. A la tarde vamos a otra playa donde tampoco hay nadie, Prainha, y surfeamos otro rato hasta que baja el sol. Después regresamos a casa agotados, nos encontramos con el resto del grupo y comemos una sopa de cangrejos y un bonito a la plancha que compramos a unos pescadores, con buena música. La verdad que la pasamos bárbaro.

PARA MáS DATOS

Pablo Massey está al frente de La Panadería de Pablo, un restaurante ubicado en San Telmo. Su cocina de autor tiene entre sus especialidades diferentes tipos de pescados y carnes. Defensa 269; 4331-6728. Es autor del libro Cocina sin excusas (2013)