Las largas filas en los aeropuertos son una postal cada vez que se viaja - Créditos: Shutterstock
Vamos a ser claros: ¿existe algo más molesto que quien no sabe comportarse en espacios públicos? En ese sentido, vengo a ofrecer una lista de consejos para preservar la tranquilidad colectiva de un grupo de personas que se embarcan en la aventura que significa un viaje en avión. Antes que nada, se debe imponer una premisa para hacer que la ida a nuestro destino o el regreso a casa sea de la mejor manera: hay que tener paciencia, esa cualidad que a muchos hace falta o que otros pierden cuando se ven excedidos por situaciones agobiantes. A todos, vale aclararles algo: sin paciencia, el arribo a destino va a ser agotador.
Ahora bien, además de esta cualidad, hay una cierta cantidad de objetivos a cumplir que quiero llamar “las normas de etiqueta a bordo”. Estos pasos y puntos a tener en cuenta son cuestiones básicas y que para muchos podrían resultar una obviedad, pero para otros… no tanto. Veamos cada momento.
El viajero cargado pero organizado superará con mayor rapidez las largas filas en los aeropuertos
Check in
Hasta el momento en que se ingresa al aeropuerto y el viajero se dirige a los mostradores en los que un agente asigna un asiento y se despacha el equipaje, puede tener sus complicaciones.
Si se trata de un vuelo internacional, los viajeros suelen ir cargados y volver con aún más bultos. Para evitar que las filas largas y cargadas irrumpan la agilidad que debe haber en el proceso, es importante haber pesado nuestras maletas y estar listos para no demorar al resto. Viajar es una experiencia única y de disfrute, pero no hay que olvidar que, como nosotros, otras familias no tienen por qué soportar como otros turistas se echan al piso a desarmar valijas atentando contra el dinamismo del procedimiento simplemente porque no se planeó bien antes.
Seguridad
Ya con los boarding pass en mano, el viajero va hacia los controles de seguridad. Remarco que la previsibilidad es clave para evitar demorar filas y generar malos ratos. Viajar cómodo y preparado para estos procesos es elemental, entonces, ¿cómo se debería hacer? En el control, hay que intentar no ir cargado de elementos metálicos pues estos detalles alentan el paso al tener que pasar una y otra vez por el detector hasta no tener nada. A menos que seamos Wolverine de los X-Men, probablemente solo tengamos encima llaves, monedas, celular, o algún accesorio que active el detector, pero no un cuerpo hecho de adamantium: anticipate y vaciá tus bolsillos antes de que te toque tu turno. Además, también es bueno saber que los agentes de seguridad probablemente nos pidan que nos quitemos los zapatos, entonces, ¿para qué viajar con zapatos llenos de hebillas, cordones, que encima nos molestarán arriba del avión?
Comportarse a bordo puede resultar una obviedad para la mayoría, pero nunca faltan los pasajeros que no saben cómo hacerlo - Créditos: Shutterstock
Migraciones
Este paso puede ser muy simple y rápido, siempre y cuando tengamos preparada la documentación que ya se sabe que nos van a pedir. Si se trata de personas mayores de edad, documento o pasaporte en mano según el destino y si una familia viaja con menores de edad se necesitará, aparte del documento o pasaporte, el permiso y/o partida de nacimiento del niño. El control es parte del viaje, no es necesario vivir el momento como parte de un interrogatorio en una película de espías, tan solo es necesario decir a dónde vamos y por qué con la naturalidad que eso implica.
Embarque
Aquí comienza lo que para muchos es el inicio de la convivencia, aquí es cuando realmente comenzamos a hablar de “normas de etiqueta a bordo”. En la puerta de embarque, generalmente unos cincuenta minutos antes del vuelo, los agentes de la aerolínea llaman por altoparlante a quienes tienen derecho a embarcar primero. Estos son: discapacitados, familias con bebes o niños chicos, personas que viajen en ejecutiva y miembros premium de la aerolínea. Todo pasajero tiene derecho a hacer la fila que quiere antes de embarcar, el problema está cuando se insulta o se mira mal a quienes pasan primero, aun cuando son quienes tienen derecho a hacerlo (créanme cuando digo que he presenciado esto). Volveremos al punto que remarqué al comienzo: paciencia. Los insultos o malos tratos no nos llevarán a ningún lado y menos antes de un vuelo largo.
Documentación lista para migraciones, la clave para pasar rápido un proceso largo
Y una vez arriba del avión, atención:
Asiento
Una vez embarcados, nos recibirán los auxiliares de abordo quienes nos indicarán dónde nos tenemos que sentar. Una vez más, repitan conmigo: dónde nos tenemos que sentar. Primera regla que, dentro del avión, suelen romper por el simple capricho de que no nos gusta donde nos tocó y que genera los primeros conflictos entre los que deberán convivir por horas. Si es un error, a disculparse y a encontrar el asiento que está marcado en nuestro boarding pass.
Compartimentos
Los compartimentos se comparten, de ahí viene la palabra. Adueñarse de todo el espacio con mochilas y carteras (que deberían ir ubicadas debajo del asiento delantero), genera un problema para el resto.
Apoyabrazos
El bendito apoyabrazos es una herramienta que todo viajero quiere usar para estar más cómodo, pero lo cierto es que ambos -cuando hablamos de asientos para tres personas- (sí, ambos apoyabrazos), deberían ir para el pasajero que debe viajar en el asiento del medio. Ese pasajero no tendrá ventana en la que apoyarse ni pasillo para estirar las piernas, así que lo menos que podría recibir es los apoyabrazos.
La hora del sueño
Si se trata de un viaje de muchas horas, probablemente queramos dormir. Ahora bien: hay que intentar respetar el espacio personal. Sabemos que los asiento suelen ser reducidos en la clase turista, pero eso no es motivo suficiente para desparramarse sobre quien tengamos al lado y convertir así el sueño del otro en una pesadilla.
Normas de etiqueta a bordo, ?cómo comportarse arriba de un avión?
Baños
En los vuelos de larga distancia, los aviones generalmente están preparados con dos baños para los pasajeros de la clase ejecutiva y cuatro baños para la clase económica. Para evitar molestias, lo ideal es conocer cuándo es conveniente ir y cuál es el baño que nos corresponde según nuestra ubicación en la aeronave. Además, entendamos que es un espacio compartido con decenas de personas, por lo que es solo por lo menos una gentileza ser limpios para cuando otro quiera usarlo. Otra pequeña pero gran recomendación: por el amor del dios que más les guste, nunca vayan en medias al baño. Antes de hacerlo, deténganse un segundo a pensar qué pudo haber caído en ese suelo luego de que (al menos) cincuenta personas hayan pasado por ahí.
Hijos
Los niños son algo maravilloso, pero cuando no saben comportarse durante periodos de largas horas y dentro de espacios reducidos, suelen ser una molestia para quienes buscan descansar. Queridos padres: la mejor opción es salir preparados. Si conocen a sus hijos sabrán si con una película del avión estarán satisfechos o si es mejor montar un operativo de elementos para mantenerlos entretenidos. Para quienes viajan sin niños, volvemos al punto uno: paciencia. No es fácil viajar con menores, hay que saber entender que ciertas situaciones están fuera de nuestras manos.
Viajar con niños en vuelos de larga duración puede ser un gran desafío - Créditos: Shutterstock
Instrucciones
Los auxiliares de a bordo no están únicamente para servir la comida. Si en situaciones de turbulencia el piloto enciende las luces para abrocharnos el cinturón, hay que hacer caso. Nunca falta el pasajero que apenas nos alertan que debemos mantenernos decide ir a dar una vuelta por el avión. Las faltas de respeto sólo pueden llevar al viajero a tener accidentes completamente evitables.
Aterrizaje
Un mensaje del capitán por altoparlante nos avisará que estamos cerca de tocar tierra. La ansiedad de aquel que cuando apenas se aterriza se eyecta del asiento para ser el primero en tomar sus objetos personales es violenta y molesta. Nuevamente, los mensajes lumínicos no son parte de la decoración del avión, sino medidas que están para preservar la seguridad de los tripulantes. Pararnos a los codazos antes de que se abran las puertas no nos permitirá llegar antes a nuestro hotel. Es como si se tratara de una violenta carrera por llegar primero al control aduanero: sangre, sudor y lágrimas. ¿Todo vale? No, claro que no. Volvemos al punto uno: paciencia.
Abandonar el avión cuando corresponde y no apenas se aterriza es esencial para ser considerado con el resto - Créditos: Latinstock
Para cerrar, dejo una cuenta de Instagram @PassengerShaming ,que se encarga de ilustrar todo lo que mencioné anteriormente en su peor forma. En conclusión y en resumen: no hagas lo que no te gustan que te hagan y así llegarás en modo relajado en vez de con estrés acumulado. ¡Buen viaje y a disfrutar!