Creo que esa fue la frase que más escuché durante mi estadía en Buenos Aires.
¿Por qué?
Hace un tiempo les comenté que mi visa vencía en Agosto, es una visa de vacaciones y trabajo que se otorga una vez en la vida y no se puede renovar. La idea de volver a casa en un mes y medio, no me agradaba. Sentía que todavía tenía cosas por hacer en Europa. Me hubiera gustado viajar más, hay muchos países que me quedaron pendientes visitar, pero lo que más me pesaba era volverme sin haber logrado dominar por completo el idioma francés.
Entonces, me preinscribí en la Sorbonne de Paris para realizar un curso universitario en Francés. Son cursos muy completos de más de 20 hs semanales , este tipo de cursos por su duración y su carga horaria requieren de una visa de estudiante.
Aproveché mi viaje relámpago a Argentina para solicitarla. Recordemos que todas las visas se emiten desde el país de origen del solicitante. Por lo cual, cualquier visa que solicitara tenía que hacerlo desde mi país, Argentina. Una semana antes de viajar, me puse a preparar todo lo que necesitaba, carta de motivación, mis títulos, preparar y explicar mi proyecto de estudios, etc.
Aproveché la escala del avión en Roma y fui a un bar a escribir mi carta de motivación
Solicitar una visa de estudios no es difícil, la mayor parte del trámite es online, hay que completar formularios, presentar títulos, etc. Luego uno se presenta en el consulado y tiene que pasar una entrevista con Campus France, ellos evalúan que tu proyecto de estudios sea viable y si todo esta ok, pasas a la parte consular a presentar tus papeles. Les dejo la web con la info de los requisitos. Pero lo difícil en mi caso era que me otorguen la visa en 4 días. Conseguí turno en el consulado para el día martes por la mañana, y el último día hábil para que me otorgaran la visa era el viernes. Es un trámite que dura 15 días y si además tenemos en cuenta que los papeles debían ir a Francia para que sean evaluados y luego volver, la realidad es que estaba muy complicada, pero decidí hacer el trámite igual y que sea lo que tenga que ser.
Esa semana fue rara, por un lado trataba de disfrutar de mi estadía en Buenos Aires pero por el otro, la ansiedad y la incertidumbre me estaban matando. Necesitaba que fuera viernes y saber como terminaba todo.
Mis amigos que son como mi familia que me acompañaron en la incertidumbre.
Hasta que llegó el día, el viernes resignada fui a buscar mi pasaporte al consulado…
El próximo miércoles les cuento como termina esta historia.
Juli
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