Coldplay: cómo son los chalecos vibratorios que permiten a personas sordas disfrutar del show
A partir de un hilo en redes, charlamos con Mariano quien nos contó en primera persona cómo fue vivir el recital de Coldplay siendo una persona sorda.
2 de noviembre de 2022
Coldplay, un ejemplo de inclusión para que todos puedan disfrutar el show.
Desde que anunciaron su cataratas de conciertos en Argentina, Coldplay no deja de sorprender. Cada día se conocen los nuevos detalles de una gira que no solo busca ser ecológica, sino también tiene una fuerte conciencia social. Algo que termina funcionando como una invitación para poner una pausa, repensar las cosas y revisar aquello que estamos haciendo como sociedad.
En este contexto es que se viralizó un tweet que funcionó como cimbronazo de muchas cosas. Escrito por Mariano (en Twitter, @NanoMuteado), contó en un hilo cómo -junto con otras personas sordas- pudieron disfrutar del concierto de Coldplay en River. ¿Cómo? ¿Cómo que un grupo de personas que no pueden escuchar fueron a disfrutar de un concierto en vivo? Justamente ese es el punto al que Mariano intenta darle visibilidad con sus posteos.
Mariano tiene 44 años, es hipoacúsico de nacimiento, esto quiere decir que nació con una audición baja y que la pérdida fue progresiva. Entre los 38 y los 40 años le realizaron 2 implantes cocleares, un dispositivo que le permite escuchar, pero que, como él aclara, no lo hace oyente.
“Muchas veces creen o suponen que al tener implantes cocleares o audífonos uno ya escucha, que te transformás en una persona que oye "normalmente" y nada más lejos que eso. Yo hoy por hoy vivo como las dos realidades con los implantes oigo, cuando me los saco no. Soy demasiado sordo para ser oyente y demasiado "oyente" para los sordos”.
"Soy demasiado sordo para ser oyente y demasiado "oyente" para los sordos.
Mariano
Fue hace algún tiempo y por Instagram que Mariano se enteró que Coldplay había adaptado su concierto para que las personas sordas pudieran vivir la experiencia inmersiva de su show. De hecho, la banda se asoció con organizaciones como la Fundación CIE, el Instituto Pedagógico para Problemas del Lenguaje y otros colectivos enfocados en personas sordas para lograr que esta iniciativa de inclusión fuera posible durante el tour Music of the Spheres.
¿Cómo lo consiguieron? Por un lado, a través de los chalecos vibratorios que van sujetos la cuerpo, en los que puede regularse la intensidad de la vibraciones y que van al ritmo de la música. Para entenderlo mejor, la explicación de Mariano ayuda: “es como si pusiéramos las manos en un parlante y te dejas llevar por esa vibración pero en este caso no es solo vibración: sube y baja según la intensidad de la canción”. Cada uno de esos chalecos tiene un costo de 3000 dólares y, por concierto, solo 10 personas sordas pueden vivir esta experiencia.
Mariano destaca algo que sigue resaltando el esfuerzo de toda la organización: en un sector especial del campo, hay intérpretes de Lengua de Señas Argentina que no solo llevaron al LSA las canciones, sino también lo Chris Martin va diciendo a lo largo del concierto. La organización de la accesibilidad se dio gracias a que Coldplay contactó a Trueno Producciones: un equipo de 2 intérpretes oyentes y 2 intérpretes y asesoras sordas. También participó un intérprete LSA , y asesor Máster en traductorado de inglés. Todos ellos trabajaron arduamente para que la LSA sea entendida en el idioma de la Comunidad Sorda. Todos los integrantes están capacitados para trabajar en el idioma de la banda es decir que hablan inglés, español y lengua de señas Argentina. Tres idiomas al mismo tiempo, la calidad del trabajo es inexplicable.
Estamos hablando de un trabajo previo y de un nivel de inclusión que en palabras de Nano, nunca vió en ningún show en Argentina: “Fue demencial. Me quebró vivir algo así. Lo que pasa es que querés más ahora... eso sentís. Las caras de asombro y disfrute del grupo que estaba en la misma, una mujer nunca había ido a un show en 58 años. Claro, estoy feliz, maravillado, sorprendido, pero no dejás de pensar en lo privilegiado que sos, en que ojalá todos tuvieran acceso”.
Mientras que leerlo es de verdad emocionante, también es importante conservar la perspectiva: en River entran 72.054 personas y, en cada concierto, solo hay espacio para 10 personas sordas. Algo que no minimiza el esfuerzo de la banda por dar un show inclusivo, pero que sí demuestra que todavía hay mucho más por hacer: “Si vamos a algo más cercano, en una obra de teatro directamente no hay una interpretación en LSA (Lengua de Señas Argentina) o en el cine no hay subtitulos simultáneo ni siquiera en las películas nacionales. Hace un tiempo me viene haciendo ruido la palabra empatía, porque se puso de moda pero al fin de cuentas pierde el sentido real de lo que quiere decirnos esa palabra y nos quedamos así, con una palabra nada más. Para cambiar hay que dejar de buscar excusas para que la inclusión sea menos teoría y más acciones reales, concretas, vivenciables. Queremos -y por eso soy activista por los derechos de las personas sordas- que se nos deje de ver como pobrecitos y se nos acepte como somos pero entendiendo -o haciendo el esfuerzo por entender- que sí, vamos por la vida distinto. Y que la accesibilidad no es solo poner una rampa, es también pensar las diferentes adaptaciones para que todos podamos acceder a las mismas cosas”.
Queremos, y por eso soy activista por los derechos de las personas sordas, que se nos deje de ver como pobrecitos y se nos acepte como somos pero -entendiendo que sí, vamos por la vida distinto.
Mariano
Mariano es artista y profesor de educación plástica en una escuela primaria. Le da clases a chicos y chicas oyentes y cree que, después de todo lo que peleó en la vida, tiene que copar espacios que no son frecuentes. Su pelea más fuerte, la que lo impulsó a acompañar al colectivo del que es parte, se dio en pandemia, cuando el uso del barbijo literalmente los dejó afuera de muchas conversaciones.
La #ExperienciaColdplay planteó algo que podemos tomar en adelante, y que tiene que ver con los hechos, coincidimos con Nano antes de despedirnos en nuestra conversación por whatsapp: “son los hechos y no las palabras las que va hacer que las cosas cambien”.
Mariano listo para disfrutar el concierto de Coldplay