Día Internacional de la Mujer: cómo festejar un ascenso laboral

Sole Simond nos cuenta cómo diseñó una nueva experiencia para celebrar otros logros femeninos, no solamente los casamientos y nacimientos.

por

Soledad Simond

9 de marzo de 2023 • 10:10

Ascenso laboral: ¿por qué no celebrarlo? - Créditos: Getty

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Hace unos años mi hermana Clari me dijo: “No entiendo por qué las mujeres no nos festejamos los logros laborales”. Entonces, me acordé de esa escena de Sex and the city, lo más feminista que encontré en los 90 y que ahora –en la era de deconstrucción– a veces tan Susanita y capitalista que duele, donde Carrie hace su lista de regalos de soltera: unos Manolo Blahnik. Esa escena, cuando yo no tenía ni hijos, ni marido, ni trabajo, se me quedó tatuada como un hito justiciero, que compensaba la balanza. No sólo de tanto gasto que las “solteras” hacemos en celebraciones ajenas (despedidas de solteras, regalo de casamiento, babyshowers, bautismo, cumpleañitos, aniversarios, etc.), sino porque nos incomoda con una pregunta: “¿Qué nos celebramos entre mujeres?”.

Por eso, desde que me enteré que mi hermana estaba aplicando para un megapuesto en una multinacional, con beneficios que nunca en nuestra crianza nos imaginamos a soñar, ni te digo a sentirnos merecedoras, yo pensé que teníamos una oportunidad. Así que convoqué por WhatsApp a sus íntimas amigas y les propuse hacer algo que no existía: una Promotion Shower. ¿Qué era eso? Un encuentro para honrar el crecimiento, la trayectoria, los desafíos laborales, y este último gran logro.

Cuando armamos el grupo, todavía Clari no tenía la confirmación, pero yo tenía la certeza de que iba a ser ella, en esa última recta final de selección. Pensamos juegos, algunos como de role playing, donde ella tenía que personificar típicas escenas de oficina, y cumplir con algunas prendas; otros más orientados a la memoria emotiva: “¿Cuál fue tu mejor jefe/a?”, “¿o qué vas a extrañar de tu último trabajo?”; como así también otros juegos un tanto más catárticos, como una piñata caracterizada de un personaje corpo machirulo, para que le diera su merecido a los palazos hasta dar con monedas de chocolate. Mi mamá y mi otra hermana hicieron una letra emotiva e inspiradora con la melodía de “Muchachossss…..”, y así fuimos craneando durante meses el encuentro.

Clari en la celebración de su ascenso laboral. - Créditos: Gentileza Sole Simond

Por supuesto que no existe cotillón de un Promotion shower, pero nos ingeniamos para crearlo con banderines intervenidos y algunos hallazgos como esos cañoncitos que tiran papelitos, pero rellenos de minidólares. El tema del dinero tenía un papel clave. Así que nos aseguramos que hubiera dorado en la decoración.

Y, finalmente, hace unos días, cuando ya teníamos la confirmación, la sorprendimos con una cena en casa, y ella entró en shock. Recuerdo que lo primero que dijo es: “Cómo no me va a ir bien con amigas y familia como estas”. Y esa revelación, tan fresca y genuina, fue para mí pura sabiduría: crecemos con otras. Así entendemos las mujeres nuestra evolución, y esa red hay que elegirla bien y honrarla. Y ya en la intimidad me confesó: “Me costó decir cuánto voy a ganar, todavía tengo que trabajar esto, las mujeres tenemos que hablar más de plata”.

Souvenirs de la celebración por el ascenso laboral de una mujer trabajadora que persigue sus sueños. - Créditos: Gentileza Sole Simond

Este 8M quería compartir esta historia porque cada quien lucha en su rincón, no hay una única manera de hacer feminismo, hay tantas maneras como mujeres y hombres en el mundo. Cada movimiento cuenta, por más masivo o pequeño que sea, como un Promotion Shower. Y ojalá que en esta nueva era podamos ir más allá de los mandatos que nos hicieron a festejar durante siglos casamientos y partos, para honrar otro tipo de compromisos y nacimientos. Porque cuando crece una, crecemos todas.