El balance de Kari Gao para fin de año: en diciembre aprovechamos para demoler

Nos encanta abrir nuevas puertas, pero nos cuesta mucho cerrar viejas ventanas. Así, de repente, me encuentro a fin de mes, y ni hablar a fin de año, con puertas entreabiertas, que oscilan entre cerrarlas o abrirlas completamente. Entonces, llega diciembre. Este mes que es caótico, pero si te sabés organizar, es un mes que te puede traer muchas sorpresas y te ayuda a canalizar las energías. 

El 2024 se viene con muchos proyectos nuevos, pero antes de arrancarlos es importante ponernos en modo retrospectiva y pensar qué fue lo mejor, qué fue lo que nos fue más o menos y qué fue lo que no nos gustó y no lo queremos repetir. No siempre podemos repetir lo mejor que nos pasó, pero sí nos ayuda a poner un objetivo en el año entrante que, al menos, nos tiene que ofrecer la misma sensación de satisfacción que lo que ya vivimos.

Con lo que no nos gustó tenemos que ponernos fuertes para no volver a hacerlo. A veces cuesta, pero es una mantra que vale la pena recordar todo el año: no quiero nada para mí que me haga mal. Me merezco sentirme feliz.

 

Y con lo que más o menos me gustó es un poco más desafiante. Quizás no llegamos al punto de cerrar la puerta completamente, pero si no nos trajo satisfacciones, entonces, ¿qué hacemos? Hay que ver en qué punto podemos mejorar, en qué punto podemos trabajar para que nos salga cada vez mejor.

Para esto, es importante dedicarnos un tiempo a capacitarnos. Mejorar en esa área en que estamos en la cuerda más floja. Cuando somos emprendedores, no tenemos excusas de “soy mala en…”. Podemos ser malas en algo, pero tenemos que dedicarle un tiempo a mejorarlo o, al menos entenderlo, sino es por donde va a entrar agua en nuestro proyecto.

Así que, como si diciembre fuera poco, tenemos todo esto para pensar, reflexionar y empezar a accionar. En lo personal, sé que la apertura del restaurante va a requerir un tiempo de trabajo significativo, al menos en la primera etapa, así que de alguna manera sé que voy a tener que cerrar algunas ventanitas, o tengo que armar nuevos equipos. Pero, de alguna manera, tengo que ceder en algo. 

Como dice ese dicho chino: "Cuando das un paso atrás, ganás el cielo y la tierra". 

A veces, no es necesario abrir todo el tiempo nuevas puertas; a veces, es simplemente necesario cerrar algunas viejas ventanas. 

Nos vemos en la próxima entrega.

¡Las quiero! 

XOXO

Kari GAO