Huerta en primavera: ¿qué sembrar en septiembre?

Septiembre marca el inicio de una temporada pródiga para los entusiastas de la jardinería comestible. Ya sea que cuentes con un amplio jardín o solo un modesto balcón, las opciones para cultivar tus propios alimentos son vastas y gratificantes.

Entre las hortalizas estrella para este mes se encuentran: lechuga, tomate, coliflor, papas, acelgas, zapallito de tronco, ají, pimiento, morrón, calabaza, zapallo, rúcula, choclo, rabanito, betarraga, achicoria y berenjena. Para quienes buscan añadir un toque aromático a sus platos, es el momento ideal para sembrar perejil, tomillo, romero, lavanda, albahaca, cilantro, eneldo y melisa.

La clave para una huerta próspera reside en la preparación. Antes de lanzarte a sembrar, es crucial acondicionar el suelo. Los expertos recomiendan enriquecer la tierra con abonos orgánicos, compost casero y humus. "Se recomienda colocar un sustrato específico para huertas que sea suelto y mantenga la humedad pero evite los encharcamientos. Si se aplica fertilizante, es clave que sea orgánico", aconseja Mechi de De Raíz.

En cuanto a la profundidad de siembra, la regla de oro es simple: "Se recomienda que sea siempre de 2 a 3 veces el tamaño de la semilla. Es muy importante realizar un riego generoso post siembra", explica la experta.

La exposición solar juega un papel crucial en el desarrollo de tus cultivos. "La demanda de luz natural va a depender del tipo de especies: mientras que las de fruto suelen ser más exigentes y es clave ubicarlas en la zona más soleada de la huerta, las de raíz se pueden adaptar a la semi sombra", detalla González Prieto.

Es importante recordar que cada cultivo tiene su propio ritmo. Algunos, como la rúcula o el rabanito, brotarán en cuestión de días, mientras que otros, como el ajo o la papa, pueden tomarse meses. "Cada cultivo tiene su tiempo de brotación, que siempre es interesante, antes de sembrar, leer fichas de cultivo, para saber cuánto tiempo estamos dispuestos a esperar que brote una semilla", aconseja nuestra especialista.

A medida que los días se alargan y las temperaturas ascienden, es crucial mantener un régimen de riego adecuado. La primavera trae consigo el fin de la temporada seca, pero es importante evitar el exceso hídrico. Un suelo húmedo, mas no encharcado, es el ideal para tus cultivos en ciernes.

La recompensa de tu labor llegará en diferentes momentos según el cultivo. Por ejemplo, los tomates comenzarán a madurar unos tres meses después del trasplante, mientras que las berenjenas pueden estar listas para cosechar en aproximadamente dos meses, siempre que las condiciones sean propicias. El morrón, por su parte, estará verde y listo para cosechar entre 70 y 80 días después de la siembra, aunque si preferís el rojo intenso, deberás armarte de un poco más de paciencia.