Newsletter
Newsletter

Carolina Kopelioff habló sobre la situación actual del cine argentino: " Hay que luchar por los espacios"

Carolina Kopelioff, la actriz que dio sus primeros pasos en Soy Luna y hoy se prepara para el estreno de la serie sobre Cromañón, habló sobre la situación que atraviesa hoy en día la industria del cine nacional.


La actriz Carolina Kopelioff habló sobre la situación actual de la industria del cine nacional.

La actriz Carolina Kopelioff habló sobre la situación actual de la industria del cine nacional. - Créditos: Micaela Bianchi.



Cada vez que Carolina Kopelioff iba al teatro, no podía controlar el llanto. Pero no por la emoción de ver a los artistas que le gustaban, sino porque deseaba con todas sus fuerzas estar sobre ese escenario, pero no sabía cómo hacer. Pero una vez que descubrió los pasos que tenía que seguir, no paró.

Finalmente, el esfuerzo se alineó con las oportunidades y, después de un casting masivo para Disney, fue seleccionada para el rol de Nina en Soy Luna, la novela para adolescentes que la catapultó a la fama.

Ahora, casi una década después de meterse de lleno en ese mundo del que anhelaba formar parte, Caro ya pasó por el teatro, el cine, trabajó con artistas a quienes admiraba (y admira) y ahora está en la cuenta regresivo para el estreno de la serie que retrata la tragedia de Cromañón.

En medio de toda esta vorágine, hablamos con ella sobre el impacto de la fama, de los desafíos actuales de trabajar en la industria del cine argentino y de cómo fue prepararse para un rol que reabre una herida tan reciente como fue la tragedia Cromañón.

Nosotras arrancamos estas entrevistas con un objeto que a vos te represente, que identifique y quiero que me muestre qué trajiste hoy y por qué

Traje esto, un objeto muy preciado para mí. Es un cuadernito, no tiene mucha ciencia. De Monet que a mí me gusta mucho y soy muy fanática de los cuadernos. medio que tengo una colección de cuadernos y para cada proyecto me elijo uno que me guste y en el que vaya a trabajar, preparar los personajes y demás. Este fue el de mi primer proyecto, de soy Luna. Está muy prolijo. Yo después me volví más desprolija, pero lo encontré y fue muy hermoso. Tengo mucho material del personaje, de los ensayos. Tiene un valor muy grande para mí y por mucho tiempo pensé que lo había perdido y estaba triste porque me gusta mucho. Es un objeto muy lindo que me traje de un viaje y que además tiene toda esa información y ese trabajo, mi primer trabajo, acá adentro.

O sea que vos tenés un archivo de cada personaje que vas haciendo…

Medio que sí. En los cuadernos tengo todo lo que trabajo aparte o con el director o en el rodaje. Soy súper metódica a la hora de armar los personajes o en los ensayos y siempre me sirve escribir lo que compartí con el director, lo que haya pasado en el set ese día, en esa escena. Tener mi propio diario de rodaje por así decirlo y de toda la previa, también para tener yo un lugarcito donde está todo para mí.

Releyendo este cuadernito donde tenés todo el proyecto de Soy Luna, ¿vos identificás en algún punto la conexión entre Caro y Nina?

Re. En esto, por ejemplo. En ser tan metódica. Yo me considero una persona bastante nerd, siempre fui bastante nerd en todo. Me gusta mucho estudiar y creo que eso también se refleja cada vez que tengo un proyecto estudio un montón, me gusta ver pelis, leer. Y particularmente Nina, este personaje, era una chica súper estudiosa, que le iba muy bien en el colegio y yo también siempre fui un poco así.

¿Qué desafíos encontraste al momento de despegarte del personaje de Nina para tus futuros proyectos?

Soy Luna fue un proceso largo, muy lindo, intenso. Y sí, hacer un personaje por casi cuatro años es un montón. Es re loco que alguien dice Nina por la calle y yo me doy vuelta. Es medio raro, pero es tanto tiempo que por ahí te llamen por tu nombre o te llaman por el personaje y vos reaccionas, porque en el set alguien te dice como el personaje por más orden. Así que es muy loco, es como que ese personaje quedará en mí siempre. Y después creo que es una búsqueda de empezar a entender qué es lo que una quiere hacer, qué te gusta, a qué tipo de proyectos empezás a llegar. También Soy Luna fue mucho tiempo de no hacer audiciones, obviamente, porque yo estaba ahí. Entonces salir de ahí también fue volver a enfrentarme a audicionar, a hacer castings y tomar clases. Yo también, mientras hacía Soy Luna, tomé un montón de clases. Siempre todo me generó mucha curiosidad y creo que es el instrumento que uno tiene y te vas amoldando y vas haciendo distintos personajes. Pero si, es un trabajo y fue un trabajo también salir de todo ese mundo y de repente empezar a hacer otras cosas.

¿Podemos decir que vos un poco de Nina y de lo que fue Soy Luna lo seguís teniendo o te sigue acompañando en proyectos actuales?

Sí, porque soy yo básicamente y porque también creo que hay algo del aprendizaje de la escuela Disney y todo lo que te enseña. Yo entré a Soy Luna siendo muy chica y fue la primera vez que entré a un set y todo lo aprendí ahí. Cómo pararme frente a una cámara, entender dónde me tenía que parar para la luz… digo, cosas básicas también. Y no tanto, estuvimos en estadios de 20.000 personas. A mí esas experiencias no se me van nunca. Ese aprendizaje o esa adrenalina. Después hice proyectos donde hubo grabaciones de cosas y una ya va de otra manera a esas experiencias. Así que si, por sobre todo el aprendizaje. Y que es parte de la historia de mi vida.

¿Cómo fue ese proceso de pasar a hacer una chica que soñaba con ser actriz a de golpe estar en un proyecto tan gigante y con tanto impacto como fue Soy Luna?

Fue bastante natural, creo. O al menos yo no me di mucha cuenta hasta bastante tiempo después. Terminé el colegio, empecé con Soy Luna al toque, entonces tampoco en ese momento tuve un periodo de ir a la facultad o algo. Y mientras filmamos, ensayábamos y todo, era medio un delirio por ahí lo que nos imaginábamos o lo que nos decían, pero tal vez no había una conciencia tan grande. Yo al vivir acá en Argentina, se filmaba en Argentina, no es que me cambió la vida. Algunos compañeros sí, tuvieron que irse de su país teniendo 18 o 19 años y es un montón. Pero yo no. Yo lo iba a grabar, después volvía a mi casa. Hubo un cambio de vida, pero no tan drástico. Cuando fueron las giras ahí sí que de repente llenábamos estadios dos veces por día de 20.000 personas por meses. Ahí creo que me cayó la ficha real.

Carolina Kopelioff protagoniza la serie que revive la tragedia de Cromañón.

Carolina Kopelioff protagoniza la serie que revive la tragedia de Cromañón. - Créditos: Micaela Bianchi.

A mí lo que me genera siempre mucha curiosidad cuando voy a shows es el cambio entre estar frente a tanta gente y después volver a tu casa ¿vos cómo lo vivías? ¿Cómo manejaba esa adrenalina?

Por suerte en Soy Luna el elenco era re lindo y había algo de mucha amistad, de hermandad. Entonces ni bien terminábamos los shows nos juntábamos a comer, charlar. Bajar un poco. Todo medio normal en lo que se pueda. Obvio que es un estado de adrenalina absoluta. Sí creo que pasa que hay un momento en el que lo naturalizás en el buen y el mal sentido. Hay algo de una cierta normalidad de eso que todo el tiempo estás intentando “che pará, esto no es tan normal lo que me está pasando”. Obviamente que uno lo valora. Pero también se vuelve una cotidianidad muy extraña.

Cuando decís en el buen y mal sentido ¿a qué te referís?

A que por ahí se te normaliza que vayan 20.000 personas. Nosotros no teníamos que hacer nada por vender entradas, las entradas se vendían casi por sí solas. En ese sentido es como que una normaliza que los estadios van a estar llenos y de repente caes en la cuenta de que es un delirio. Pero creo que para sobrevivir tenés que normalizar ciertas cosas porque si no todo el tiempo es un estímulo delirante. Por momentos es como “ah sí, estoy acá en Costa Rica en un estadio de 15.000 personas”. Uno lo dice naturalmente, pero en realidad es un delirio. Hay que encontrar un balance ahí.

¿Cuál fue la experiencia más rara o más fuerte que normalizase en el momento y que después tiempo después dijiste “esto quizás no estaba tan bueno”?

No sé si es que lo normalicé, pero era lo que nos pasaba. Ir a cualquier lugar nuevo, llegar al hotel y que haya 300 personas. Hay un momento que sí lo normalizas, pero es rarísimo. Muy fuerte. Yo nunca viví eso, nunca me pasó de ser tan fan de alguien. No entiendo tanto ese sentimiento de ir abajo de un hotel, no sé. Entonces digo “qué zarpado”. Y también con mucho agradecimiento, porque siempre toda la gente fue muy amorosa con todos nosotros, pero esas cosas son muy locas y de repente pasan a ser parte de un cotidiano.

¿Tener tanta gente escuchándote y siguiéndote en algún momento te generó presión de mandar cierto mensaje o mostrarte de alguna forma?

No, creo que sí hay una responsabilidad en el caso redes sociales. Obviamente uno no puede estar subiendo cualquier cosa. Disney también te hace ser cuidadoso con ciertas cosas, que también me parece bien porque estás hablando con un público infantil que cualquier cosa que subas, vas a hacer algo en su cabeza. Entonces me parece que estaba re bien ser cuidadoso, pero también siento que, yo en mi caso, si hay algo que me parece importante compartir y subir, siempre lo hice con mucho respeto. Pero también yo nunca fui de compartir cosas muy personales, entonces creo que me fue fácil compartir lo justo y necesario. Pero sí, es una responsabilidad.

Con el recorrido que tenés hecho y mirando para atrás, ¿sentís que este golpe de fama tan fuerte fue bueno para vos?

Re. Sobre todo creo que lo veo como un trampolín. Se me abrieron muchas puertas. Soy Luna fue a partir de un casting recontra masivo. Yo estaba estudiando teatro, o sea, yo siempre quise hacer actriz no es que fue algo repentino. Pero bueno, de repente vino toda una vorágine de cosas espectaculares y sí, lo agradezco un montón y creo que dentro de todo lo llevé bien. Ahora me quedo con lo más lindo creo. Pasó el tiempo y lo sigo recordando desde un lugar de mucho aprendizaje, sobre todo. Y sí, se me abrieron un montón de puertas, fue todo más fácil después de eso, en el buen sentido. Conocer gente, aprender.

Si vos pudieses ahora darle un consejo a esa Caro que estaba en el último año secundario y que estaba a punto de meterse lleno en esta vorágine, ¿qué le dirías?

Que tranquila. Que confíe en su instinto y en eso que le gustó tanto, que con laburo se llega. Y disfrutar de cada momento. A veces uno está en otra, como que estás más allá todo el tiempo y es “pará, disfrutemos de esto”. Esto está buenísimo y después van a pasar otras cosas que también van a estar buenísimas. Pero también mi trabajo es “yo qué sé que voy a hacer mañana”, la incertidumbre es intensa.

¿Y cómo manejas esa incertidumbre?

Tengo momentos donde lo manejo bien, momentos donde no tanto. Sobre todo, creo que voy encontrando mis formas de estar bien y estar tranquila. Por suerte tengo como una seguidilla de trabajo que está buena. Yo hago mucho teatro, creo que hay algo ahí de que el teatro siempre me salvó un montón la cabeza, el tiempo, todo. Tomar muchas clases. Ahora estoy tomando unas clases de dramaturgia, a mí me interesan un montón de cosas. En un momento también quería estudiar cine. Que mi vida también siga por un carril e ir teniendo un caminito con cosas que te hacen bien.

Señalás al teatro como algo que te centra, ¿cuál es la mayor diferencia que sentís entre el teatro y el resto de las cosas que hiciste?

Es que creo que el teatro es estar presente ahí más que nada. Y creo que también el aprendizaje que te lleva a hacer teatro, lo que una puede crecer como actriz en teatro, ahí está el origen de todo en realidad. No concibo mucho la profesión sin hacer teatro. Me parece una pata 100% fundamental y me gusta mucho. El ritual de hacer función, de compartir con tus compañeros con tus compañeras. Todo me parece como un desafío. Y esa adrenalina que al menos yo necesito un poco sentir. Que es muy diferente en cine o en televisión, que obviamente es espectacular, pero es otra cosa. Hay algo de ese entrenamiento que para mí es re importante.

Estamos hablando mucho de la importancia del arte y de la cultura en un contexto en el que se está poniendo en tela juicio y está un poco en juego, ¿cuál es tu mirada ante esta situación?

Todos los que hacemos cine, teatro, televisión… es un momento muy difícil y que creo que no queda otra que seguir encontrándonos, juntándonos y seguir haciendo de la manera en que se pueda. Luchar por eso, luchar por los espacios. Creo que no hay mejor que eso. Seguir, intentar seguir. Es terrible.

Carolina Kopelioff.

Carolina Kopelioff. - Créditos: Micaela Bianchi.

En el universo redes sociales, yo veo que el público les exige mucho a los artistas que tomen una posición frente a ciertos temas políticos o sociales…

Para mí hay que ser re cuidadoso y todo lo que sea, pero hay cosas que para mí no hay mucha posibilidad de no expresar. Yo pienso eso y me parece que si hay gente que tiene acceso a muchísima gente, ¿cómo no vas a poner algo que pueda ayudar o que puede hacer ruido? Ahí yo no estoy muy de acuerdo con gente que se queda callada. No digo que salgas hablar, porque tal vez hay gente que no tiene las herramientas o yo a veces no sé si tengo tantas herramientas discursivas para decir tal o cual otra cosa, por ahí es mejor que hable alguien que sepa mucho más. Pero cómo no voy a estar expresando o diciendo lo que lo que siento, lo que me parece. Entonces ahí me parece que no hay que ser tibio. Yo pienso eso. Me parece que está bueno expresar lo que uno siente, piensa. Es muy importante aprovechar el canal que tenemos.

Es muy interesante el rol que juegan las redes sociales dentro de la industria del entretenimiento, ¿cómo ves el rol que juegan las redes en el espectáculo?

Me parece que ahora son muy fundamentales. A mí me cuestan un poco. Son medio peligrosas también las redes en todos los sentidos. Como que hay que tener tantos seguidores para no sé qué… y eso digo “qué presión”. Me dan como un poco de miedo, pero a la vez son un canal re fuerte de expresión y que si tenés un montón de seguidores y hay gente que te sigue y todo, está bueno para compartir tus trabajos, comunicarte con personas, compartir ideas. Se puede usar como un gran canal y también puede ser un canal del mal.

Vos tenés muchos seguidores, ¿cómo te llevas manejando esa comunidad o el vínculo con esa comunidad gigantesca?

Soy un desastre. No sé si lo hago bien. Yo soy un desastre para decir cosas a cámara en plan vender algo, me cuesta un huevo. Es como “ay, bueno, yo te juro que voy a ser mejor, pero no me sale”. Me cuesta mucho, pero lo intento y creo que siempre pongo más cosas laborales. La verdad me cuesta un poco exponer, pero creo que también está bien. La gente que me sigue verá eso y bueno. Yo soy esto. Por ahí en algún momento me animo a algo más, pero también me parece que hay algo lindo de los actores que queden como incógnito. Después está bueno ver los personajes, no ver a la persona.

Existe ahora esa exigencia del artista influencer…

Sí, pero no sé. A mí me llama más la atención los actores porque si no siento que, si ves tanto a esa persona todo el tiempo y de repente lo ves haciendo un personaje, quizás ves más a la persona que al personaje. Para mí está bien que un actor se mantenga en algo un poco incógnito. A mí me parece interesante eso y yo no me siento tan cómoda mostrándome tanto, así que pienso eso.

¿Cómo manejas el tema de la exposición? ¿Sentís que ahora estás parada distinto y que tenes otras herramientas?

Sí, obvio. También yo vivo muy tranca, no es que me pasa lo que por ahí le puede pasar a otras personas que están mucho más expuestas. Entonces yo en mi día a día estoy tranquila, puedo ir en el colectivo, en el subte, caminar por la calle en paz. No es que pasa algo raro. Pero sí, de repente alguien se te acerca y, la verdad, siempre se me acercan con la mejor. Entonces es lindo. También, de repente, se acerca a alguien que lo veía antes y es más grande ahora y me dice que Soy Luna fue su infancia y es re lindo. Lo vivo con tranquilidad porque pasaron varios años y se me fue haciendo costumbre que eso pueda suceder. No sé cómo viviría si no pudiese caminar tranquila por la calle, no sé si podría.

¿Cuál fue la interacción más rara que tuviste con un fan o qué es lo más raro que te pasó?

Me pasó una vez, fue muy loco, que estábamos saliendo de un ensayo y una chica que es un amor, siempre venía y yo la re ubicaba, me dice “che, ¿me podés escribir esta frase en un papel?” Y yo como “sí obvio”. Pongo el papel en el portón y escribí en el portón todo rarísimo y cayó tipo a los 3 días y lo tenía tatuado. Fue fuerte. Si me avisaba se lo hacía más lindo. Me dio pena que se lo haya tatuado con una letra escrita en el portón. Lo cuenta y todavía es rarísimo, es muy loco. Ella es lo más, pero no puedo creer que se hizo eso. Era una frase re linda, ya no me acuerdo exacto la frase, pero fue muy fuerte. O gente que se tatúa mi nombre, cosas muy locas.

¿Qué te genera ese nivel de devoción de la gente?

No sé qué me genera. Gracias, pero es re loco. También es lo que generan este tipo de programas infanto juveniles supermasivos, como un fanatismo muy loco. Yo todavía no lo entiendo. Igual agradecimiento, ante todo, pero estas cosas son locas.

¿Tuviste algún programa que marcara tu infancia o adolescencia?

Floricienta yo amaba. Lo que me pasaba más con ese tipo de programas es que yo después iba al Gran Rex a verlos. Encima fue muy loco porque después yo hice Aladdin en el Gran Rex y fue como un re sueño cumplido para mí estar en ese teatro. Pero yo iba ahí y me pasaba más que yo quería actuar ahí, entonces no sabía cómo hacer para lograrlo. Me pasaba algo así. Y yo re quería actuar cuando era chiquita, no me dejaban. Que está bien igual, yo lo agradezco. Me hubiese gustado, pero está bien también. Acepto la posición de mis padres. Pero sí, yo quería actuar en esos programas. Era algo más así lo que me pasaba. Lloraba de la emoción y todo, pero de querer estar ahí. Lo tenía muy claro desde chica.

Me fascina mucho a mí la gente que tiene tanta determinación y tanta claridad del recorrido. ¿Siempre tuviste tan marcado esto de “che yo quiero esto y sé qué tengo que hacer esto para lograrlo”?

Sí, pero también a mí me pasó que yo toda mi vida fui un colegio de educación por el arte. Entonces siento tuve a mano esas cosas que a mí tanto me gustaban. Y sí, a los siete empecé a hacer comedia musical y me empezó a fascinar mucho y ya iba a las clases y me pasaba que no es que solamente era un hobby para mí o era pasarla bien, lo vivía como con responsabilidad. Me gustaba mucho y yo soñaba con eso posta y me pensaba siempre en esos espacios. Después siempre seguí estudiando y todo, pero con ese objetivo. Nunca en mi cabeza apareció una opción de un plan B. Antes de que me salga Soy Luna me hice un test vocacional para ver si tenía sentido lo que pensaba. Dije bueno, a ver. Encima la exigencia del afuera y de uno mismo de tener que estudiar algo. Pero salió Soy Luna y me salvó.

 ¿Tus papás querían que tuvieses un plan B?

Sí y también a mí siempre me fue muy bien en el colegio, entonces por ahí esperaban que estudie medicina. Yo pensé en un momento estudiar Letras o estudiar Historia, pero después salió Soy Luna al toque. Igual después de terminar Soy Luna yo entré al UNA porque necesitaba leer, estudiar. Pero duré poco porque al toque me salieron más laburos y me fue difícil la carga horaria. Estaba buenísimo, pero me costó mucho mantenerlo con el trabajo.

¿Tus viejos cómo se llevan con tu carrera hoy en día?

Ya se acostumbraron. Siempre me apoyaron mucho igual, o sea, ellos fueron los que me llevaban a todas las clases del mundo. Pero bueno, no querían que yo trabajé de muy chiquita o por ahí tenían miedo de que no me vaya bien, creo que son los miedos comunes que suelen tener padres de esa generación. Pero ahora re bien, me ayudan un montón y me bancan.

Si vos ahora tuvieses un hijo o una hija con el mismo impulso que vos, ¿tendrías la misma postura que tus papás?

No, porque yo padecí mucho no actuar desde chiquita. Yo lo dejaría, pero creo que por mi sueño de no haber hecho Chiquititas a los siete (risas). Yo quería hacer eso. Entiendo igual porque hay muchas cosas que calculo que esas personas se perdieron, pero sí. Cosas cuidadosas o una cosa muy particular como una peli, una obra, re sí. Y que estudien.

Yo sé que vos sos muy autoexigente, Viendo tu carrera, ¿te reconoces exitosa?

Ah, que pregunta difícil. Siento que sí. Fui cumpliendo sueños y deseos. De chica ir al Gran Rex y de repente hacer un musical ahí para mí fue un sueño cumplido. Hacer cine. A mí al cine me encanta, cada película que hice o cada serie que hice son un éxito para mí porque me llevé experiencias increíbles, personas, amigos. También pasa mucho en la profesión que terminás siendo muy cercano de las personas porque tenés un vínculo muy estrecho por mucho tiempo. Ahora estoy haciendo teatro y compartir escenario con dos actrices que yo admiro un montón, para mí ahí está el éxito. Así que sí.

¿Te sigue quedando algún ítem en esa lista de sueños que ibas teniendo y que fuiste tachando?

Sí, obvio. Miles. Creo que van cambiando un poco los sueños. Soy muy de ir a ver cosas y de repente decir “yo quiero hacer esto”. Me gusta mucho leer y me pasa de leer un libro y pensar que bueno sería hacer una peli de este libro. Siento qque eso es lo bueno, que nuestra profesión es interminable y que siempre hay más por leer, por estudiar. Es algo que no termina.

¿Te gustaría meterte en algo de literatura?

Justo estoy queriendo empezar. Hice un taller de dramaturgia, pero ahora me anoté también en un curso de guión. Quería estudiar algo de cine. Tengo algunas ideas. Por ahí de juntarme con algún amigo o amiga que tenga más herramientas para escribir y por ahí pensarlo, armarlo juntos. Pero también quiero ponerme a estudiar para sentir que tengo ciertas herramientas y sentirme más segura con mi escritura. Tengo ganas también de ver un poco eso, qué onda. También armar propios proyectos. Me parece que es súper importante y que te completan y que después a la hora de actuar y que te den un guión, todo suma a mi ser actriz.

¿Qué experiencias te llevás de compartir escenario con personas a quiénes admirás?

Primero creo que lo vivo con miedo. Ahora que yo estoy haciendo Un tiro cada uno que estoy con Cami Peralta y con Fiamma Carranza Macchi, que son dos actrices que son un poco más grandes que yo, pero no mucho y que son dos actrices que yo admiro un montón. Y la primera vez que la leí dije “no sé cómo voy a hacer esto con las chicas”. Primero me daba un poco de miedo y después fue como “aguanten estos proyectos que te llevan a tener cierto temor y un desafío inmenso y estar con actrices que uno admira un montón”. Que también hay algo de eso que yo creo que se contagia, cierta forma de trabajar. Me encanta también ver la forma particular de trabajar que tiene cada actor, cada actriz y robar un poquito en el buen sentido de eso y ¿qué mejor que quedarte obnubilado con algo que hace un compañero en una comunidad tuya? Que después te terminan nutriendo un montón a vos. Así que sí. Después viene más calma, pero al principio es miedo.

Me gusta eso igual, porque siento que te fuiste formando y que ahora tenés todas partes de gente con la que compartiste y personajes que hiciste.

Es que creo que es eso un poco y también las clases. Yo tomé clases con un montón de profesores y uno toma también lo que le sirve. Hay veces que fui a cierta clase y me encanta escucharlo, pero por ahí no sé si yo quiero trabajar así. Pero también está bueno, ya lo tengo y es una herramienta más que tengo que si algún día quiero usarla está. Por eso también me parece importante ver, conocer, ir mucho al teatro, al cine. Ahí también se pueden robar muchas cosas.

¿Qué nos podés adelantar de proyectos nuevos que estés teniendo?

Este año se estrena Cromañón. Fuerte. Estreno fin de año esa serie por Amazon. Después estreno Selenkay de Disney Plus, muy diferentes. Bueno, después estoy con Un tiro cada uno en Santos los miércoles a las 20 h y tengo tres pelis por estrenar este año. Que vamos a ver qué sucede y cómo se estrenan, pero bien, la verdad es que viene con cosas diversas.

¿Cómo sentís que va a ser el impacto en la gente cuando vea la serie de Cromañón?

Creo que va a ser muy fuerte. Creo y, como ya lo vimos después de que saliera un mini teaser este año, ya hay comentarios diversos de todo tipo y creo que cuando hicimos la serie nosotros sabíamos que iba a pasar. Es un tema súper complejo y también súper cercano. No es algo que pasó hace tantos años, entonces está muy fresco en la memoria de todos y más de la gente cercana a personas o que estuvieron ahí. Así que yo creo que puede pegar por muchos lados. Es una serie hecha con mucha responsabilidad, mucho amor, mucho respeto. Obviamente estuvimos muy asesorados y demás. Me parece igual que está bueno que se hagan series de este tipo y que tal vez hay gente más joven que no tiene idea de lo que pasó y de repente lo ve y se entera y busca. También me parece que es un aprendizaje. Y para nosotros fue duro hacerla y fuerte, pero estuvo buenísima.

Eso me genera mucha duda de ¿cómo haces encarnar una historia tan fuerte y después seguir con tu vida?

Creo que es un poco la magia de la actuación. Que es muy loco, pero por ahí estábamos en escenas que eran terribles, pero después te reís un rato con tu compañero porque uno también necesita. Entonces es encontrar esos lugares a donde tenés que llegar, ensayos y todo y después en set estar relajado, estar tranquilo, estar conectado con tus compañeros todo, pero bueno, hay un corte y charlamos de otra cosa. Estamos tranqui. Y así obviamente hubo días de rodaje mucho más duros que otros. Emocionalmente durísimos y la previa también. También la búsqueda propia de buscar entrevistas. Es muy fuerte, pero bueno. Una la va llevando y también me quedó un aprendizaje inmenso y un saber que mi cuerpo se banca muchas cosas y muchos rodajes duros. Fue físicamente súper desgastante en el buen sentido. Tener esa noción también física de que lo puedo hacer está bueno. Igual creo que todos terminamos muy transformados, pero estuvo buenísimo.

¡Compartilo!

En esta nota:

SEGUIR LEYENDO

La sustancia: Demi Moore protagoniza esta sátira sobre la belleza y la juventud eterna

La sustancia: Demi Moore protagoniza esta sátira sobre la belleza y la juventud eterna


por Jessica Blady
Tapa de revista OHLALA! de septiembre con Delfina Chavez

 RSS

NOSOTROS

DESCUBRÍ

Términos y Condiciones


¿Cómo anunciar?


Preguntas frecuentes

Copyright 2022 SA LA NACION


Todos los derechos reservados.

QR de AFIP