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20 años de Cromañón: las deudas pendientes de la masacre, según un sobreviviente

Charlamos con Jorge Kehiayan, sobreviviente de Cromañón, quien habla de las deudas pendientes y heridas sin cicatrizar de la masacre que hoy cumple 20 años.


Imagen de Jorge Kehiayan y homenaje a las víctimas de Cromañón.

Entrevista a Jorge Kehiayan, sobreviviente de Cromañón, a 20 años de la masacre. - Créditos: Redacción OHLALÁ!



El 30 de diciembre de 2004, una dolorosa masacre marcó para siempre a nuestro país. Pasados 20 años del incendio en el club República Cromañón, las heridas sin cicatrizar siguen siendo muchas, por lo que entrevistamos a un sobreviviente para que nos cuente cuáles son las deudas pendientes y que siguen vigentes en la lucha colectiva. ¿Se hizo justicia? ¿Aprendimos algo? La palabra de Jorge Kehiayan.

20 años de Cromañón: las deudas de la masacre

Cromañón es el mayor desastre no natural ocurrido en nuestro país, el que nos marcó para siempre y que hoy, 20 años después, sigue dolorosamente vivo en el recuerdo de todos los argentinos. La búsqueda de justicia ha sido amplia desde aquella fatídica noche en la que el barrio porteño de Once vio arder al boliche República Cromañón, durante un recital de la banda de rock Callejeros, llevándose la vida de 194 personas y dejando alrededor de 1500 heridos. Por ello hablamos con Jorge Kehiayan, un sobreviviente que a lo largo de los años ha levantado su voz en nombre de quienes siguen luchando por sanar.

"La primera deuda que tuvo el Estado fue permitir que Cromañón esté abierto, ¿no?", nos dice Jorge, que tenía 17 años cuando el 30 de diciembre del 2004 asistió al boliche regenteado por Omar Chabán, sin imaginar que la tercera noche de recitales del grupo liderado por Patricio Santos Fontanet iba a ser una trampa mortal que marcaría a toda una generación y dejaría una huella imborrable en la historia de Argentina. "A partir de ahí ya el Estado está en deuda, porque no controló lo suficiente, o, mejor dicho, prefirió mirar para otro lado y dejar eso abierto para que nosotros esa noche vayamos cuando no tendría que haber sido así", prosigue.

Foto de Jorge Kehiayan, sobreviviente de Cromañón.

Jorge Kehiayan, sobreviviente de Cromañón. - Créditos: Instagram/@j.kehiayan.

Jorge fue uno de los tantos que, luego de lograr salir del interior de Cromañón, volvió a entrar para intentar salvar a los que habían quedado adentro del local incendiado. De primera mano puede relatarnos el horror de un caos para el que nadie estaba preparado, ni siquiera los encargados de brindar atención médica esa noche, como el SAME o los hospitales de la ciudad a donde fueron trasladadas las víctimas y los sobrevivientes, quienes, además, debieron soportar ser estigmatizados por los medios de comunicación y puestos en la primera fila de la línea de responsables. "Los medios de comunicación tuvieron un rango muy importante al principio en esto, estigmatizando a los chicos que habíamos ido esa noche, diciendo y profundizando mentiras, como la famosa guardería en el baño, que quedó en el inconsciente popular cuando no existía una guardería. Y así un montón de cosas que fueron pasando estos 20 años, que los medios fueron instalando y que no fueron así", señala Jorge.

Ese maltrato poco inocente, intentando desviar la mirada de los verdaderos responsables, llevó al nacimiento de muchas agrupaciones que intentaron ayudar a las víctimas, tomando el lugar que el Estado dejó vacío. Kehiayan hoy forma parte de una de ellas, "No nos cuenten Cromañón", una organización de sobrevivientes, amigos y familiares de víctimas del hecho, cuyo nombre inicial era "No nos cuenten Cromañón, nosotros lo vivimos", nacida justamente porque veían que había un montón de gente que hablaba en los medios, que tenía lugar y que le daban voz, y que no habían ido nunca ni siquiera a un recital de rock. "Era necesario salir a responder algunas cuestiones que no estaban ni cerca de lo que los medios decían que había pasado esa noche. El 40% de los chicos que fallecieron en Cromañón fallecieron por volver a ingresar al lugar, a sacar gente, a rescatar amigos. Uno en ese momento pensaba que lo primero que te ibas a encontrar era a tu amigo, o que lo ibas a poder sacar como en una película de Hollywood, pero en realidad, después el caos y la desesperación eran tales que agarrabas a la primera persona que encontrabas y ni la conocías... era intentar salvarle la vida. Esa noche quedó demostrado que nosotros no éramos unos drogones o unos borrachos que habíamos ido a hacerle mal a nadie ni a matar gente, sino que, todo lo contrario, estábamos en condiciones de salvar y darnos cuenta de que en ese momento no nos salvábamos solos", recuerda.

¿Cómo actuó la Justicia ante la masacre de Cromañón?

Ante la pregunta de qué injusticias aún perduran, Jorge remarca que, de alguna manera, justicia hubo: "Después podemos discutir si estuvo bien o mal, pero justicia hubo. Hubo gente presa, hubo gente que cumplió condenas, que también después podemos discutir si estuvo bien o si estuvo mal, pero la cumplieron, y algunos de los protagonistas se fueron muriendo. Lo que pasa es que la justicia cortó por el hilo más fino, decidió que toda la culpabilidad recaiga en 12 o 13 personas y el Poder Judicial tuvo que salir al rescate del poder político".

En ese punto reside, según Jorge, una gran falta hacia Cromañón: en el lugar que ocupa el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en la escala de responsabilidades, siendo el gran responsable de que Cromañón haya estado abierto. "El Gobierno de la Ciudad pasó por un juicio político en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, o sea hay un Poder del Estado de la Ciudad de Buenos Aires que lo reconoce culpable, pero el Poder Judicial no llama siquiera a declarar a esta persona que era el jefe en ese momento, que es Aníbal Ibarra. Entonces, es como todo muy raro ahí, sucedieron algunas cuestiones que solo la Justicia las sabe, desviando muy bien la atención hacia otros lados y no quizás hacia el lado más político de la cuestión". Recordemos que Ibarra fue destituido de su cargo y que apenas un par de años después, en 2006, fue sobreseído por no hallarse elementos suficientes para acusarlo de homicidio culposo e incumplimiento de sus funciones públicas.

"Al otro día de Cromañón, de los 260 y pico de bares que había en la Ciudad de Buenos Aires cerraron 230, o sea, solamente 30 lugares de esparcimiento de la ciudad estaban en condiciones de estar abiertos".

Jorge Kehiaya

Imagen de Cromañón.

Cromañón: se cumplen 20 años de la masacre. - Créditos: Getty.

El después de Cromañón: salud mental, abandono y reparación histórica

"El promedio de suicidios en Cromañón es similar al de los excombatientes de Malvinas", sentencia Kehiayan. Este dato duro e incómodo nos lleva a enfrentar una verdad que ha sido motivo central de la gran batalla que las agrupaciones de sobrevivientes libraron a lo largo de estas dos décadas: la desidia y el abandono total con respecto a lo que fue la salud mental de los que estuvieron en Cromañón esa noche y de sus familiares.

"Claramente, hubo déficit en la atención posterior de salud mental, generando una cantidad de suicidios bastante alta. El Gobierno de la Ciudad brindó un programa que otorgaba un subsidio económico para familiares de víctimas y para sobrevivientes, era un paliativo mínimo económico que no llegaba a cubrir la cantidad de sesiones, y ni hablar de los remedios que había, psicológicos y psiquiátricos", dice, un despropósito que llevó a que los propios sobrevivientes hayan tenido que intervenir para repararlo. "Yo creo que un poco las grandes deudas estuvieron por ahí. Después, hemos podido tejer otras redes con institutos de atención psicológica, con los mismos sobrevivientes que se fueron recibiendo de psicólogos y psicólogas y con el tiempo fueron formando espacios. Nosotros, dentro de ’No nos cuenten Cromañón’, tenemos un espacio que se llama ’Desde adentro’, para poder cubrir un poco ese vacío que había dejado el Estado en ese momento y brindar un acompañamiento a los familiares y a los sobrevivientes".

Foto de cuando "Voces, tiempo, verdad", libro de la organización "No nos cuenten Cromañon", fue declarado de interés cultural en la legislatura de CABA.

"Voces, tiempo, verdad", libro de la organización "No nos cuenten Cromañon", fue declarado de interés cultural en la legislatura de CABA. - Créditos: Instagram/@/nonoscuenten.nncc.

Las promesas de reparación y memoria de una tragedia que pudo evitarse

Hoy, más que nunca, es necesario poner el foco en esas deudas pendientes a 20 años de Cromañón. Hace unos pocos días se aprobó la Ley de reparación integral vitalicia, tras una larga lucha para poder abrir los padrones y que la mayoría de los sobrevivientes puedan ahora anotarse y empezar a cobrar un subsidió y poder tener el beneficio de la atención en salud mental, la cual, pese a ser un logro importantísimo, continúa siendo objeto de debate.

"Eso es un logro muy importante, que sobrevivientes que nunca creyeron que iban a poder inscribirse se puedan inscribir. Obviamente, falta, porque el Gobierno de la Ciudad metió una cláusula a último momento poniendo una barrera temporal a la cuestión de ingreso al padrón. Se estipuló agosto de 2024 como barrera temporal y en realidad tenemos un grupo de sobrevivientes que se inscribieron después de ese término y esa es la lucha que queda ahora, cómo terminamos de integrar a todos y que el padrón pueda realmente contener a la mayoría de los sobrevivientes y de familiares que así lo deseen".

Foto de Los nombres de las víctimas de Cromañón inscriptos en el frente del predio.

Los nombres de las víctimas de Cromañón inscriptos en el frente del predio. - Créditos: Archivo La Nación.

El trabajo colectivo fue la base para ello y tiene otra gran misión a la vista: la Ley de expropiación de Cromañón. "Aún hoy sigue siendo una deuda, porque si bien la ley salió, el Estado Nacional no habilita los medios para que se cumpla esa expropiación, así que estamos luchando por eso en la actualidad", cuenta Jorge sobre la normativa que pretende que el edificio sea reabierto como un lugar de memoria, pero que también sea un lugar de encuentro, de vida y de cultura.

Así, en el marco de este fin de año tan significativo en el que se cumplen dos décadas de la masacre, es necesario rendir homenaje a las víctimas de Cromañón con las que, como sociedad, tenemos una deuda colectiva que sigue pendiente. "Si todos nos acompañamos, si todos nos ayudamos, podemos lograr cosas, desde salvar nuestras vidas como fue aquella noche, o pelear por el bienestar en la actualidad. No es solos, es un trabajo en conjunto, no hay ninguna duda. Esa sí es una de las lecciones que creo que nosotros como generación y como sobrevivientes hemos aprendido", cierra Jorge Kehiayan, comprometiéndonos a no olvidar para asegurar que la tragedia no sea solo un recuerdo y que nunca más se repita algo semejante.

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Emanuel Juárez

Emanuel Juárez Periodista y productor de radio, TV y medios digitales. Emanuel aprovecha cada oportunidad para compartir información, opiniones y las últimas tendencias del mundo del espectáculo.


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