Martín Piroyansky, el creador de Porno y Helado: "Me gusta generar universos con personajes entrañables"
Hoy se estrena la segunda temporada de su serie Porno y helado en Prime Video -la cual escribió, dirigió y protagonizó- y nos regaló esta charla profunda sobre la amistad, los procesos creativos y la vida misma.
20 de septiembre de 2024
Martín Piroyansky, el creador de "Porno y Helado", la serie furor de Prime Video. - Créditos: Mariana Roveda
Si nuestra vida se trata de la historia que nos contamos, ¿qué ventaja puede tener Martín Piroyansky, guionista, director y actor, en crear narrativas más funcionales? Esa es una de las preguntas que dieron comienzo a esta charla, que nos regaló un pispeo por los mundos creativos, los sueños de chico y la fortuna de hacer lo que uno ama o, también, el amor como una fortuna.
Acaba de estrenar la segunda temporada de Porno y helado, la serie de Prime Video que se convirtió en clásico por su humor disruptivo, la química de la amistad y un guión impredecible. Una fórmula que también le da resultado para el guión de su vida.
Sos guionista y tenés una conciencia de la narrativa, ¿también elegís cómo contarte tu propia vida para que sea una peli más agradable de vivir?
Me encantaría ser esa persona. Pero no, al contrario, creo que me cuento la peor peli. Me cuento la de terror y quizás alguien de afuera me dice: “No, lo tuyo es una comedia”. Ah, bueno, me quedo más tranquilo. Pero sí.
Pero podrías, porque uno, en realidad, tiene la vida que se está contando.
Total. En general, siempre me dicen: “Che, te pasan cosas muy graciosas”. A mis amigos les cuento algo y me dicen: “Pero ¿cómo te pasa? Eso te pasa siempre a vos”, como que me pasan cosas graciosas. Y una vez mi psicólogo me dijo que no es que me pasan cosas graciosas, es que yo las observo de una forma graciosa. Mi lente es buscarles el humor a las cosas, entonces todo me parece ridículo. Ese es mi relato.
Y, a su vez, asumís riesgos. No es que hacés una vida normalita.
No, me gusta la aventura dentro de una vida burguesa, no es que hago cosas locas.
¿Y cuál fue tu última aventura?
Bueno, me gusta viajar. Hace poco fui a visitar unos amigos a Europa que viven allá y, de pronto, estuve viajando por distintos países, y ahí, bueno, trato de sacarle provecho a esa situación, y fui a Marruecos.
Pensaba Porno y helado, que trae cierta fuerza de la amistad, de esa química tan singular de reunir personas que podían conectarse. ¿Cómo armaste esa química? Me parece un arte.
Para mí las series son de los personajes, ¿no? Más que las películas. Las películas es como que necesitás, sobre todo, una historia potente y unos personajes tridimensionales, en el mejor de los casos. A mí, por ejemplo, las series que me gustan son las que ya no me importa la anécdota, me encanta el universo en el que viven y me gustan las personalidades y podría verlos por millones de capítulos. Mad Men, ya ni me acuerdo de qué tratan los capítulos, pero quiero ver a Don Draper, a Peggy, ver a todos funcionando, se genera un universo paralelo que ya tiene sus reglas y pasan determinado tipo de cosas. Cuando uno, más o menos, puede escribir un capítulo de una serie que no le pertenece, es porque algo está funcionando.
Tiene vida propia...
A mí me gusta la idea de generar universos, como mundos con ciertas leyes y con personajes entrañables, eso es lo que más me gusta, que tienen sus fallas, pero a la vez sus fragilidades. Porque Pablo, de Porno y helado, es un personaje muy miserable y es malo, y toma siempre decisiones muy egoístas y todo, pero a la vez le ves la vulnerabilidad y le ves los problemas y lo podés perdonar en su torpeza, y se cree inteligente y no lo es, es torpe. Y así, el personaje de Ramón y el de Ceci, todos tienen como sus problemas, pero en el fondo, sí, la serie habla sobre la amistad.
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Martín Piroyansky, el creador de "Porno y Helado", la serie furor de Prime Video. - Créditos: Mariana Roveda
¿Y qué buscaste en esta segunda temporada?
Mi plan fue hacer capítulos más unitarios. No hay algo que abarque toda la temporada, sino que son capítulos que arrancan y terminan las anécdotas. Es más como una sitcom, como Friends, que podés ver cualquier capítulo y lo entendés igual. Un poco esta nueva temporada de Porno y helado intenta eso, contar historias más cerradas.
Además de guionar, actuás y dirigís. ¿Sentiste que en algún momento buscaste ir más por un solo lado o todo es complementario y puede avanzar junto?
En realidad, me di cuenta de que yo entré por el mundo de la actuación al cine, pero una vez que estuve ahí...; en realidad, me lo hicieron notar los directores de las películas, los directores de fotografía, que se daban cuenta de que yo estaba muy atento a cómo se hacía y no tanto a lo que me tocaba hacer. Creo que el actor tiene que saber de técnica, está bueno saber cómo funciona todo. Pero lo que me empezó a pasar a mí fue que me empecé a dar cuenta de que tenía mucha opinión sobre lo que pasaba desde el guion, en todo sentido. Leía el guion e iba al set y veía que el director ponía la cámara en un lugar y yo decía “ah, qué raro que la haya filmado así a esta escena. Yo la hubiera filmado de otra forma”. Winograd fue uno de los primeros que me dijeron: “Che, me parece que vos sos director”. Y yo no lo entendía bien, no entendía bien qué era ser director.
¿Te sonaba de algo de alguien más grande, te sonaba para el futuro o ni siquiera?
No entendía bien qué significaba. Después, viviendo en distintos sets, fui entendiendo cómo era el trabajo y fui experimentando, haciendo un corto, otro corto, y después, claro, revisitando mi infancia, me daba cuenta de que a mí lo que me gustaba no era la actuación, sino el cine. Como que yo iba mucho al cine con mi papá, de chico, todas las semanas, creo que íbamos. Yo era un fan del cine. Creía que era de la actuación, pero no, en realidad, a mí me gustaba el relato. Y entonces, con los años dije “bueno, creo que es lo que más me interesa” y, de alguna forma, me empezó a dejar de interesar tanto actuar, que me gusta, pero como que tenía demasiada energía para solo actuar. Me acostumbré a hacer todo, entonces solo actuar me queda chico. Quiero pensar cómo va a ser la escena, quiero estar en otras cosas.
¿Qué otras cosas sentís que se sembraron en tu infancia y estás cosechando ahora?
Guau, es como terapia, no sé.
Viste que a veces uno, mirando cuando era chico, descubre un montón de cosas que ya estaban ahí, ¿no? Como esto que decís del cine.
Sí. Bueno, creo que es un poco esto de la dirección, hay algo de la dirección que es estar observando el mundo un poquito como si estuviera fuera del mundo, que es algo que como director un poco lo tenés que hacer, pero que me doy cuenta de que lo hago desde chico, de estar un poco afuera de las cosas, adentro de la escena, pero también mirándola de afuera. Y hace unos años Spielberg sacó esta película, Los Fabelman, que es como una autobiografía de suya, de cómo él de chico empieza a dirigir, y hay una escena que es muy buena, él es adolescente y los padres citan a sus hermanas y a él en el living y les cuentan que se van a divorciar, las hermanas se ponen a llorar, es una escena medio trágica, triste, y él se ve a él mismo filmando la escena. Está con una camarita súper ocho filmando. Explica muy visualmente lo que se siente ver las cosas de afuera, estando adentro de la escena. Me identifiqué mucho, soy hermano menor, somos tres hermanos, y hay algo de ser el menor de que vos llegás a una familia que ya está sucediendo, está funcionando, entonces es más fácil analizar todo, ¿viste?
Martín Piroyansky, el creador de "Porno y Helado", la serie furor de Prime Video. - Créditos: Mariana Roveda
Esa perspectiva, un poco de mirarlo de afuera, ¿te hace sentir a veces un poco solo o te divierte?
Es un poco ambivalente, la verdad, porque vivo una situación en mi vida trágica en la que estoy por ahí llorando en una situación y hay una parte de mi cerebro que está: “Ah, si esto estuviera en una película, sería así”, como que tomo nota de las cosas, es medio loco. Pero también eso hace que muchas veces tome decisiones en mi vida para la anécdota. Como que me mando en situaciones a veces quizá medio peligrosas, pero porque siento que puedo sacar material de ahí.
¿Y cómo es tu relación con tu material? ¿Qué pasa con lo que escribís y no te gusta? ¿Tenés un apego a la creación?
No. Eso es algo que me parece súper importante. Poder desechar las cosas fácilmente y no enamorarte de ellas. Porque eso es lo peor que te puede pasar, que algo quede por capricho y que no estés contando nada. A mí me importa que las anécdotas sean sólidas. Contar un cuento sólido es muy satisfactorio para el espectador. No hay que enamorarse del material para mí.
Está buenísima esa idea. ¿Con la vida sos igual, sos desapegado?
Sí, creo que sí. Soy bastante desapegado.
No te quedás enganchado...
Sí, ahora estoy pensando en relaciones, en novias. Sí me cuesta, soy de dilatar mucho la separación.
Ajá. Como de darle chances...
Sí, soy de esas personas que se separan durante años. No es que termino una relación y empiezo otra. Termino una muy lentamente, me quedo solo mucho tiempo, conozco a alguien y empiezo algo. Soy lento. Y soy lento para los proyectos también, la verdad. Porno y helado la empecé a escribir hace dieciséis años.
Quizás hace dieciséis años no estábamos listos para Porno y helado.
No, pero es que pasaba un poco eso. Me acuerdo de tener, no sé, una reunión en Telefe y que me dijeran: “Suena bien, pero no sé, esto es raro, ¿qué es esto?”. No había el boom de las series. Me decían: “¿Y si es una tira diaria?”. No, no es una tira diaria, Porno y helado. Entonces preferí esperar y respetar lo que era el producto hasta que apareciera la oportunidad de hacerlo como correspondía.
La música también es muy importante en Porno y helado. ¿Qué te pasa con la música? ¿Es algo que tenías pendiente? ¿Tenías ganas de explorar eso o es medio un chiste para vos?
No, no, yo soy muy fan de la música, me gusta muchísimo.
Además, hiciste temones, tuviste un gran equipo.
Tuve a Diego Rodríguez, de Babasónicos, y Tucán, de La Franela, Attaque, Estelares, de mil bandas, son dos genios, y fue muy difícil encontrar a los músicos para la serie porque, básicamente, lo que yo necesitaba era que hicieran temones.
Las letras son tuyas...
Claro, las letras en general las escribimos con Martina, algunas veces quizás escriben ellos, pero en general la mayoría son de Martina y mías, y ellos las corrigen para la métrica, etcétera. Pero me gusta mucho ese proceso, entonces edito, hago el sonido y voy al estudio de ellos todos los días durante meses a terminar la música de la serie. Me gusta mucho la música, entonces, es una parte que me gusta acompañar mucho y la pasamos bien con ellos también.
Pero era algo que vos soñabas de chico, tener tu propia banda, ¿la tuviste o algo así?
No, es que nunca aprendí a tocar ningún instrumento. Entonces, había ahí como una asignatura pendiente de ser músico y que nunca..., bueno, me dediqué a la actuación en principio, entonces nunca estudié ningún instrumento, y había algo ahí, un deseo de adolescente, de saber tocar algo, la guitarra, el piano, no sé. Y medio que esta serie aparece como una especie de catarsis, ¿no? De ganas de ser músico, como que hay algo que le pasa al personaje que de verdad me pasa a mí, admiro mucho a los músicos. Como que es un arte que me fascina mucho y cuando los veo laburar es como ver magia.
¿Y sos musical?, ¿ponés música en tu casa?
Sí, escucho mucha música.
¿Para escribir podés escuchar música?
Sí. De hecho, me hago playlists por proyecto.
Además, en Spotify está la banda sonora de la serie, que es increíble. La gente la tiene que buscar.
Mucho. Yo siempre fui muy curioso de la música, conocía gente y le preguntaba qué escuchaba y me bajaba discos y me los escuchaba. Siempre fui muy geek de la música, de tratar de incorporar nuevas bandas, y cuando apareció Spotify, me pareció el paraíso.
Para ir terminando, te escuché mucho decir en las entrevistas esto de que estás un poco defraudado con la humanidad. ¿Hay algo que te conecta con la esperanza, que te hace ver el costado más luminoso?
No, qué sé yo, sí, creo en el amor, disfruto de estar con mi novia, con mi perro, con mis amigos. La amistad me parece cada vez lo más importante de la vida, más que todo. Te diría hasta más que la familia, ¿no?
Mirá la entrevista completa en YouTube
Soledad Simond Estuvo en el equipo creador de la marca femenina OHLALA!, en La Nación, y la dirige desde hace 6 años. Además, es facilitadora de talleres de empoderamiento en corporaciones, da workshop de oratoria y planificación emprendedora.
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