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Día de la Mujer: sororidad, empoderamiento y otras palabras que trajo el feminismo

Te acercamos un glosario de conceptos que llegaron con la ola feminista y que nos ayudan a comprender aspectos de nuestras vidas. Alimentan un lenguaje inclusivo y positivo.


Marcha feminista

Marchas por la eliminación de la violencia de género. - Créditos: Getty



A lo largo de los últimos años y gracias al aporte y lucha de los distintos colectivos feministas alrededor del mundo emergieron nuevas expresiones y términos que fomentan un lenguaje más inclusivo e igualitario. Por el Día Internacional de la Mujer, que se celebra el próximo 8 de marzo, hacemos un repaso de ese glosario surgido al calor de la ola feminista.

Expertos lingüistas de Babbel, la plataforma premium de aprendizaje de idiomas, analizaron la evolución del lenguaje y recopilaron algunas de las palabras y frases que se instauraron en la sociedad a partir de la lucha por hacer visible la voz y los derechos de las mujeres.

 

Esteban Touma, profesor de Babbel Live, la plataforma de clases en vivo de Babbel, señaló: “El lenguaje es uno de los factores clave que determinan los cambios culturales y sociales, por ello, promover el uso de nuevas palabras y términos contribuye a que esto suceda”. Y agregó: “Emplear un lenguaje inclusivo en cuanto al género es una forma sumamente importante de impulsar la igualdad de género y combatir los prejuicios”.

Las palabras que utilizamos para expresarnos nos permiten avanzar hacia un cambio de pensamiento y discurso de esta y futuras generaciones.

  • Sororidad: se trata probablemente del término que con más fuerza han propagado los movimientos feministas en los últimos años. Proviene del latín "soror" - hermana - y también, deriva del concepto sisterhood, aludiendo a la hermandad entre mujeres.

    Se utiliza para referirse a la relación de apoyo y unión, contrarrestando con uno de los estereotipos más arraigados, el de que las mujeres son las peores enemigas de otras mujeres. Se diferencia de la solidaridad en el hecho de que implica que se modifiquen las relaciones entre mujeres, con la idea de que se sientan como iguales.

  • Empoderamiento: el verbo “empoderar” se ha convertido en palabra clave para ayudar al progreso social en busca de la igualdad entre hombres y mujeres. Aumento de la participación de las mujeres en los procesos de toma de decisiones y acceso al poder. Antiguo verbo español que significa “hacer poderoso o fuerte a un individuo o grupo social desfavorecido”.

    Suele utilizarse en referencia a la toma de conciencia del poder que individual y colectivamente ostentan las mujeres. En la Conferencia Mundial de las Mujeres, celebrada en Beijing - Pekín - en 1995, se creó un programa en favor del empoderamiento de la mujer para potenciar el aumento de la participación femenina en los procesos de toma de decisiones y acceso al poder.

  • Deconstrucción: la deconstrucción es una propuesta subversiva porque nos muestra el error en aceptar una verdad como única o natural. Esa verdad tiene un origen en relaciones sociales establecidas en el curso de la historia y han sido naturalizadas a través del tiempo.

    Cuando hablamos de género, y específicamente, de masculinidades, hablar de deconstrucción significa cuestionar, criticar y, sobre todo, accionar sobre los atributos atribuidos a cada género que hemos aprendido a lo largo de la vida.

  • Coeducación: de los términos “co” - coetáneo, cooperar, colateral, corresponsable - y “educación”, significa “educación que se imparte juntamente a jóvenes de ambos géneros”. Es el método de intervención educativo que va más allá de la educación mixta y cuyas bases se asientan en el reconocimiento de las potencialidades e individualidades de niñas y niños, independientemente de su género.

    Coeducar significa, por tanto, educar desde la igualdad de valores de las personas, haciendo posible la libertad de expresarse sin la mediación de estereotipos de género y dando apoyo al alumnado con comportamientos de género no normativos.

  • Conciliación: del latín conciliatio, -ōnis. Equilibrio entre las responsabilidades personales, familiares y laborales porque se asume, en el imaginario colectivo, que quienes deben y necesitan “conciliar” son las mujeres. Este término raramente aparece relacionado con el trabajo masculino.

    Hay que prestar especial atención a las obligaciones de los hombres en esta materia y evitar que las mujeres sean las únicas que se ocupen del cuidado de los hijos y de otras personas dependientes, ya que eso entra en colisión con su crecimiento profesional.

    Se debe cambiar la idea de que los varones “ayudan” en la casa y cuando se habla de “conciliar” vida familiar y laboral, que sea para todas las personas, no solo para las mujeres.

  • Corresponsabilidad parental y familiar: término que va más allá de la conciliación y que rompe el estereotipo según el cual las labores domésticas son trabajos “de mujeres”. Ser corresponsable implica compartir la responsabilidad de atención y cuidado familiar y tener los mismos derechos y deberes independientemente del género.

    La corresponsabilidad parental y familiar implica un cambio estructural porque involucra a todas las personas responsables en la solución de un problema colectivo y no un asunto de las mujeres.

  • Paridad de género: situación de equilibrio en la participación de mujeres y hombres en los espacios de decisión políticos, económicos y sociales. En contraposición, está la “brecha de género”, que hace referencia a la diferencia entre las tasas masculina y femenina en la categoría de una variable. Es decir, cuanto menor sea la “brecha” entre hombres y mujeres más cerca se estará de la igualdad.

    Normalmente se habla de la brecha de género salarial - que se refiere a las diferencias salariales entre mujeres y hombres, tanto en el desempeño de trabajos iguales como la producida en los trabajos feminizados - y brecha de género tecnológica - designa las desigualdades entre mujeres y hombres en la formación y en el uso de las nuevas tecnologías -. En resumidas cuentas es la razón por la que una mujer cobra menos que su compañero de trabajo masculino haciendo exactamente lo mismo.

  • Ecofeminismo: el ecofeminismo es la corriente del feminismo que define una sociedad ecológica, descentralizada, no jerárquica y no militarizada, con democracia interna y en la que las mujeres vivan sin opresión.

  • “Ni una menos”: es una consigna que dio nombre a un movimiento feminista surgido en Argentina en el año 2015, que posteriormente se expandiría a gran escala hacia varios países de hispanoamérica y otras regiones del mundo.

    “Ni una menos” es un colectivo de protesta que se opone a la violencia contra la mujer y su consecuencia más grave y visible, el feminicidio. La marcha denominada “Ni una menos” se realizó por primera vez el 3 de junio de 2015 en ochenta ciudades del país.

  • Derechos reproductivos: el concepto de salud es mucho más amplio que la simple ausencia de enfermedad. En consecuencia, la salud reproductiva implica la capacidad de disfrutar de una vida sexual satisfactoria y sin riesgos, de disfrutar de la capacidad de reproducirse y de la libertad de decidir cómo, cuándo y cuántas hijas e hijos se desean tener.

    De esta manera, se entiende por derechos reproductivos aquellos que tienen las mujeres y los hombres para poder obtener información y libre acceso a los métodos anticonceptivos, derecho a recibir seguimiento médico adecuado durante sus embarazos y a la atención personalizada durante y después del parto.

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