4 jóvenes activistas submarinos dedican sus vidas a cuidar el océano: historias que emocionan
Nos sumergimos en las historias de cuatro jóvenes que dedican sus vidas a llevar el cuidado del océano a otro nivel. Sus sueños, sus iniciativas, su formación para esta tarea que admiramos.
20 de enero de 2024
Nico Marín, fotógrafo submarino. - Créditos: Gentileza Martina, Catalina, Nico y Julieta
Nos sumergimos en las historias de cuatro jóvenes que dedican sus vidas a llevar el cuidado del océano a otro nivel. Son historias que conmueven por su entrega y pasión para cuidar el medio ambiente.
1 - "Le hago marketing al océano”
Martina Álvarez (32). Ocean storyteller, documentalista e instructora de buceo. @oceanomartina
Martina Álvarez, ocean storyteller, documentalista e instructora de buceo. - Créditos: Gentileza Martina, Catalina, Nico y Julieta
“Mi propósito es darle voz al mundo marino”
De chica soñaba compartir con los animales del mar. Pero después me olvidé. Estudié Comunicación Social e hice lo que se esperaba: un trabajo en marketing de modas, un departamento en Capital, una vida acelerada. En un momento sentí que necesitaba un cambio y me fui a Australia.
Cuando hice buceo por primera vez, pensé: “No puedo creer que todo estaba acá abajo y nadie me avisó”. Ese día abracé el mar para siempre y nunca más lo solté. Mi propósito es darle voz al océano. Es contar su historia para ser puente, que la gente se enamore de él y quiera protegerlo. Porque se necesita conocer para proteger.
“Las historias pueden cambiar el mundo"
Hace años, la peli Tiburón, de Spielberg, puso a los tiburones en un lugar de miedo y esto hizo que los defendieran muchísimo menos. Pero este animal es el primer indicador de un océano sano. Entonces, mi misión es contar la verdadera historia de los tiburones. No son monstruos; son súper importantes y tenemos que protegerlos. Así cuidamos a todos los animales del océano, porque son predadores tope.
Martina Álvarez, ocean storyteller, documentalista e instructora de buceo. - Créditos: Gentileza Martina, Catalina, Nico y Julieta
Necesitamos el océano para sobrevivir como especie, y no tenemos todo el tiempo del mundo. Si no, la misma vida no va a seguir estando. Los lugares en que buceaba hace 8 años no se ven igual. Necesitamos tomar acción y hacer algo, porque no podemos ser una máquina de sacar y extraer. Hay que entender el orden del planeta, el funcionamiento, por qué las cosas están en cierto lugar.
No podemos pensar el mundo desde un lado egocéntrico. Coexistimos y todo tiene una razón de ser y necesitamos un balance para subsistir. Tener un encuentro con un tiburón y mirarlo a los ojos te cambia como persona al 100%. Los estamos matando sin piedad y control. No podemos ir con los ojos cerrados.
2 - "Educo para generar conciencia”
Catalina Velasco (30). Bióloga marina y divulgadora científica. @catasubmarina
Catalina Velasco, bióloga marina y divulgadora científica. - Créditos: Gentileza Martina, Catalina, Nico y Julieta
“Cada día somos más conscientes, pero falta"
No todos tenemos la oportunidad de ir a bucear, pero hay muchas formas de descubrir el océano. Se puede ver videos sobre las profundidades y esa diversidad extrañísima que existe. Cuando te das cuenta de eso, de que habitás el planeta con un montón de organismos maravillosos, despierta un poco la capacidad de asombro que tanto hemos perdido. Y hay que reconectarse con eso.
El océano es increíble, tiene mucho que contarnos y mostrarnos. El primer paso es despertar la curiosidad y ver qué pasa en mi comunidad local con el océano, qué pasa en mi país, qué políticas hay, de dónde viene el pescado que como. Es ser más curiosos y más conscientes. Nos estamos dando cuenta de que sin la naturaleza no podemos subsistir, porque no somos entes aislados de toda la biosfera. Pero aún falta.
Las juventudes vienen cada vez con la película más clara, pero vemos que los acuerdos aún no son lo suficientemente ambiciosos. Los países más contaminantes siguen contaminando a la misma velocidad, los más pobres siguen siendo los más afectados por la crisis climática. Está todo dicho, si no actuamos ahora, se viene un futuro muy difícil, eso debería ser suficiente para decir basta.
Catalina Velasco, bióloga marina y divulgadora científica. - Créditos: Gentileza Martina, Catalina, Nico y Julieta
“Todas las amenazas son importantes"
Espero que las cosas que comunico logren activar a las personas, ese es el fin último. Poder empoderarlas para que tomen decisiones conscientes e informadas con relación al uso de los recursos marinos y el cuidado del océano. Todas las amenazas que sufre este ecosistema son urgentes e importantes, porque funcionan en sinergia. Al final, somos múltiples estresores en el océano, y es mayor el impacto que puede generar. Entre los más importantes en este momento, está la contaminación por plásticos. No desaparece, solo se fragmenta en pedazos más pequeños y esos empiezan a permear en todas las tramas tróficas. Hoy los microplásticos están en todas partes. La sobrepesca también es un tema urgente porque desequilibra todos los ecosistemas.
Pero nada se puede solucionar si antes no generamos sociedades informadas y conscientes. Necesitamos un cambio de paradigma: sentirnos parte importante de la naturaleza y cohabitantes, no dueños y amos. Si no cambiamos esa forma de vernos y de relacionarnos con los ecosistemas nacionales, nunca vamos a acabar con las amenazas del océano.
"Trato de acercar un pedacito de mar cada día”
Nico Marin (24). Fotógrafo submarino. @nicomarinb.
Nico Marin (24). Fotógrafo submarino. - Créditos: Gentileza Martina, Catalina, Nico y Julieta
“Quería acercar la ciencia a la gente”
De chico veía programas de NatGeo en la tele. Me parecía increíble, pero no sabía ni por dónde empezar. “¿Cómo esta gente se encuentra con tiburones? ¿Estudiaron natación?”, me preguntaba. Era un sueño muy lejano, como pensar en ser astronauta. Estudié fotografía y marketing. Postulé a un aviso en México para fotógrafo submarino y quedé entre más de mil personas. Empecé un curso de buceo y a unir la fotografía con todo. Me junté con biólogos y científicos. Quizás un paper no lo iban a leer, pero unas fotos y un lindo texto en redes sí. Quería acercar la ciencia a la gente y ahí encontré mi vocación.
Mi misión es tener una llegada mucho mayor. Por un lado, la gente se siente identificada con mis contenidos. Padres e hijos aprenden por igual. Por otro, muchos chicos me dicen: “Quiero estudiar esto”, “quiero ir por ahí”, y tienen alguien tangible en quien apoyarse. Ser ese apoyo para chicos y adolescentes me pone muy feliz.
“Mis fotos pueden generar un cambio”
Lo que más me llena de mi trabajo es el impacto real que tiene en la gente, cómo mi foto puede generar un cambio de hábito, un apoyo a ciertas peticiones, hasta cambios de proyectos.
Hoy estamos muy desconectados de la naturaleza. Yo encontré en el océano esa conexión para que la gente después se preocupe por otras perspectivas ambientales. El océano es una parte del ecosistema. Es la excusa perfecta, y a través de la fotografía, de lo que yo veo, puedo llevar a la superficie un pedazo de lo que siento ahí abajo. Y después, con la ciencia, que la gente pueda entender qué es lo que está viendo. Y con el activismo, que la gente se sienta parte y pueda participar en la solución. Ya sea un cambio de hábito, un apoyo en la petición de leyes, una movilización, una asistencia a una limpieza de playa.
En general, estamos atrapados en la ciudad y no nos damos cuenta de que el oxígeno que estamos respirando es gracias al océano. 8 de cada 10 respiraciones son gracias a él. Yo trato de acercar un pedacito de mar cada día, para recordarnos lo importante que es aunque estemos lejos o cerca. Siempre tenemos llegada al océano, y si la podemos tener de manera positiva, mejor. Es lo que quiero mostrar con mi trabajo. También mostrar la posibilidad de soñar y de que se puede, de verdad. Que no nos limitemos en la cabeza. Yo hace cuatro años no podía ni pensar la realidad que tengo hoy. Con cada granito de arena que sumamos cada día, formamos la pirámide.
"El agua te obliga a ser consciente”
Julieta frere (30). Arqueóloga subacuática. @frejuli.
Julieta Frere, arqueóloga subacuática. - Créditos: Gentileza Martina, Catalina, Nico y Julieta
“La memoria nos permite pensar el futuro”
Como decía el arqueólogo Salomon Reinach, el mar es el museo más grande del mundo. En los casi 5000 kilómetros de litoral que tenemos en Argentina, hay cientos de objetos y estructuras que nos cuentan las historias de quienes circularon por allí. El Mar Argentino es parte del relato de la historia del gran viaje humano, al cual podemos seguir haciéndole preguntas para conocer nuestro pasado.
Con mis colegas trabajamos todos los días por la puesta en valor del patrimonio cultural marítimo y hay una intención de democratizar el conocimiento científico que se produce. Nuestra forma de ser activistas marítimos es promover el acceso a la dimensión cultural del océano, teniendo en cuenta que la memoria sobre nuestro pasado nos da herramientas para pensar qué futuro estamos creando.
“Luchamos contra el cambio climático”
Cada vez que me sumerjo, siento mucha conexión con el entorno. El agua te obliga a ser muy consciente de tu movimiento. Flotar y escuchar tu propia respiración es muy parecido a un estado meditativo, entendés que sos invitada al mundo subacuático. En mis viajes me impacta ver el alcance del cambio climático, notar la desaparición de especies en los últimos años o ver envases plásticos a profundidades insólitas.
El océano constituye hoy el principal factor de mitigación del cambio climático, es un reservorio de vida que absorbe dióxido de carbono y parte del calor terrestre. La arqueología tiene el potencial de estudiar esta evolución en una escala muy amplia, ya que vemos sus “huellas” y los distintos rasgos del paisaje nos dan información sobre cómo cambió el clima durante los últimos años, siglos o milenios. Esto, junto con la información que generan distintas disciplinas científicas, es fundamental para entender cómo actuar en el presente.
En tanto que siempre estudiamos los restos con relación a un contexto ambiental más amplio, el estudio y monitoreo de naufragios –conocidos como arrecifes artificiales, porque en ellos hay abundante vida marina– permite tener información sobre cómo esta fauna y flora se ve afectada por los cambios en su ambiente, de los cuales hoy somos testigos por el avance indiscriminado: la acidificación de los océanos, el aumento de la temperatura del agua y la erosión costera son algunos de los fenómenos que afectan también la posibilidad de proteger nuestro patrimonio costero y marítimo.
Si prestamos atención a la relación que tenemos hoy con nuestro ambiente a través de los objetos, vemos playas llenas de basura, un mar que devuelve lo que le arrojan, islas de plástico en el mar. Pero no todo es oscuro: también existen grupos y personas que habitan estos espacios de forma ética y consciente, lo cuidan y se organizan para protegerlo.
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