Jamie Lee Curtis habla sobre su adicción al Vicodin: "Posiblemente hoy estaría muerta"
Hoy abraza su madurez y vive a pleno cada momento, pero primero tuvo que superar sus adicciones y el peso de tener dos padres famosos.
15 de octubre de 2022
Jamie Lee Curtis durante el estreno de Knives Out. - Créditos: Getty.
“Ahora siento la libertad de vivir auténticamente el momento y estar abierta a cualquier cosa que surja”, asegura Jamie Lee Curtis, una actriz destinada a cargar con el legado artístico de sus famosísimos padres, quien supo crear una impronta personal y aprender a disfrutar de cada instante de su vida y su carrera. Según sus propias palabras, ahora transita una “metamorfosis constante”, un camino que la lleva a emprender nuevos proyectos y seguir redescubriéndose a sus casi 64 años. Pero, lamentablemente, su presente no siempre fue tan claro.
Jamie es la segunda hija del matrimonio conformado por Tony Curtis y Janet Leigh, dos leyendas indiscutidas del Hollywood clásico. La pareja se divorció cuando ella tenía apenas tres años de edad y fue criada por Janet y su cuarto marido, Robert Brandt, un corredor de bolsa. La relación con su padre biológico fue distante y tumultuosa (cinco meses antes de su muerte, Curtis reescribió su testamento y desheredó a todos sus hijos sin explicación) y aunque tuvo una infancia privilegiada y estable, todavía recuerda a Leigh y Brandt como cuidadores estrictos y muy rígidos, una educación que marcó su semblante de chica buena.
Curtis asistió a las mejores escuelas de Los Ángeles y Connecticut. Arrancó con sus estudios de derecho en la Universidad del Pacífico en Stockton, California (alma mater de su mamá), pero abandonó tras el primer semestre para dedicarse de lleno a la actuación. Jamie no solo decidió seguir los pasos de Janet delante de las cámaras, también tomó el testigo y se convirtió en la scream queen de una nueva generación al debutar en la pantalla grande interpretando a Laurie Strode en Halloween y sus secuelas.
Tony, Janet y Jamie Lee en un raro momento de reunión familiar. - Créditos: People
Tras de coronar su primera seguidilla de éxitos cinematográficos y después de tan solo cinco meses de noviazgo, se casó con el actor, escritor y director Christopher Guest en 1984. Una relación que ya se acerca a las cuatro décadas y que se resume en la letra de la canción que ella le escribió para su 35° aniversario: I feel safe when I drive up and see that you are home (Me siento segura cuando conduzco y veo que estás en casa).
Pero antes de que la década llegara a su fin, Curtis comenzó con un hábito que marcaría una gran parte de su vida: un puñado de tabletas de Vicodin acompañado con una copa de vino, adicción que empezó cuando le recetaron los analgésicos después de una cirugía estética. La realización de este problema le cayó como un balde de agua fría en diciembre de 1998, mientras pasaba sus vacaciones en Idaho y un amigo brasileño se acercó por detrás y le susurró: “Vos no sos Jamie”.
La reinvención de Jamie
Aquellas palabras plantaron una semilla y hasta se reconoció a sí misma en cada detalle sobre su adicción al Vicodin que, por aquel entonces, el escritor Tom Chiarella narraba en una extensa nota para la revista Esquire. “Esa soy yo” pensó, y en febrero de 1999 entró en recuperación. Desde entonces se liberó de las drogas y el alcohol y admite que, de no ser así, posiblemente hoy estaría muerta. La sobriedad le ayudó a encontrar una nueva identidad que describe como “simplemente una persona sobria: defectuosa, contradictoria, rota y redimida”.
Con la claridad mental llegaron otros emprendimientos como la filantropía, su constante apoyo a organizaciones benéficas dedicadas a los más chicos y su carrera como escritora infantil, que ya acumula una docena de títulos. “No hay nada más difícil que ser un niño, lo sé yo que soy producto de muchos divorcios. Janet se casó cuatro veces, Bob cuatro y Tony seis. Es lo que es, pero creo que, como resultado de ello, siempre he tenido un sentimiento por los niños vulnerables”.
Sostiene que la recuperación es el mayor logro de su vida y a partir de los cincuenta, finalmente, encontró un equilibrio entre el éxito profesional y la felicidad personal. Esta gran migración mental, como la llama Curtis, arrancó cuando se cruzó con las palabras de E.L. Doctorow y una frase en particular: “Cuando las ideas no se examinan ni se cuestionan durante un tiempo determinado, se vuelven mitológicas y muy, muy poderosas. Crean conformidad. Intimidan”.
Laurie Strode y su eterna némesis. - Créditos: Universal Pictures
Desde entonces, Jamie Lee se ha estado “rebelando” y recalibrando esas partes de su vida que, asegura, ya no le convienen: “Si algo no funciona y no lo analizamos, lo desarmamos y comenzamos de nuevo, si no estamos perpetuando la misma fuerza intimidante de la que hablaba Doctorow”.
Después de participar en más de 80 películas y series, criar a dos hijas y ganar la batalla contra las adicciones, Curtis se dio cuenta de que el tiempo ya no estaba de su lado y que sería una tragedia llegar al final de su vida sin haber puesto en práctica sus ideas. Sus últimos años se dedicó a leer, estudiar, observar… en pocas palabras, se dedicó a hacer y no quedarse cruzada de brazos mirando como el tiempo le pasa por encima.
La pandemia abrió nuevas oportunidades como una tienda online de objetos hechos por artistas cuyas ganancias van al Children's Hospital Los Angeles y hasta armó un estudio de grabación casero desde donde produce sus podcast Letters from Camp y Good Friend with Jamie Lee Curtis, los que intercala con grandes papeles como el hit Everything Everywhere All at Once y Halloween Ends, que llegó a los cines esta semana.
¿Dónde la podés ver?
Halloween Ends pretende ponerle un punto final a la rivalidad entre Laurie Strode y su némesis. Anticipando la Noche de Brujas, se podrá ver en los cines desde este jueves 13 de octubre. ¿Ya viste su terrorífico adelanto?