María del Carmen Sabaliauskas, de Miss Argentina a piloto de Aerolíneas Argentinas
Desde su infancia en Córdoba, María del Carmen Sabaliauskas soñaba con aventuras. Esta es la historia de cómo una joven curiosa se convirtió en Miss Argentina y en la primera mujer piloto de Aerolíneas Argentinas.
5 de agosto de 2024
Coronas y alas: el viaje de María del Carmen Sabaliauskas desde los concursos de belleza hasta los cielos del mundo - Créditos: Archivo La Nación
Es un ejemplo de lo que significa “hacerse desde abajo”. María del Carmen Sabaliauskas jamás imaginó que aquellos aviones que veía desde el patio de su humilde casa alguna vez serían piloteados por ella misma.
Nacida del matrimonio de un padre lituano, ferroviario, y de una madre italiana, que se dedicaba a limpiar casas, María soñaba con futuros grandiosos, lejos de Malena, el pueblo de Córdoba en el que se crió. De ahí que fuera sumamente curiosa: le encantaba leer y estudiar y su anhelo era viajar por el mundo.
Un giro inesperado en la trama
Cuando terminó la secundaria, María se mudó a la Ciudad de Buenos donde comenzó a estudiar Derecho en la Universidad del Salvador. Pero el destino le tenía preparada una sorpresa fascinante que la obligó a abandonar los estudios. Sucedió cuando un día estaba tomando un café en un bar con un grupo de personas y alguien de la organización del Concurso de Miss Argentina le propuso participar.
Si bien al principio no estaba segura, finalmente se decantó por el camino de la incertidumbre y aceptó la oferta. Se coronó Miss Argentina en Mar del Plata en 1967 y a las semanas se subió a un avión hacia Londres donde fue elegida como primera princesa, un logro por el que se sentó con la Reina Isabel II a tomar el té en su palacio.
Después de conquistar las pasarelas internacionales, María del Carmen rompió el techo de cristal de la aviación en Argentina - Créditos: Archivo La Nación
Pero el premio era mucho más que compartir unos minutos con la soberana británica, sino que también incluía una gira mundial de un año como modelo de alta costura. Con su belleza natural y sus 1,75 metros de altura, María estaba a punto de conquistar el mundo para concretar su deseo de pilotear un avión. Luego de ese año, se instaló en Nueva York para trabajar como modelo y se inscribió en la Universidad de Columbia para continuar estudiando Derecho.
Cambio de rumbo
Con su nueva estabilidad, Sabaliauskas se animó a concretar su deseo más grande: comenzó a estudiar aviación y logró el título de piloto comercial y privado en tan sólo once meses, algo que, en general, tarda años en hacerse realidad.
La joven nacida de padres inmigrantes supo hacerse camino en la vida y conquistar sus sueños - Créditos: Archivo La Nación
Entonces, cambió de trabajo y empezó a volar en Air Atlantic Inc. de Boston. Allí se convirtió en comandante de aviones de carga de Estados Unidos. Piloteó toda clase de aviones: Beech 18, Beechcraft Baron, Queen Air 380 HP, Cessna 421, 310, Piper Navajo Cheeftan y el Apache. Además, también hizo acrobacias en el aire con un avión preparado para volar invertido. Cuando comenzó a volar jets privados, llevó a varias celebrities a bordo, entre ellas, Farrah Fawcet y Ted Kennedy.
Volar cielos argentinos
Aventurera y apasionada como era, María del Carmen regresó a Argentina para convertirse en piloto de nuestras aerolíneas. En 1979 se enteró de una convocatoria para contratar pilotos y no dudó en presentarse. Sin embargo, a pesar de su insistencia, el presidente de la empresa le dijo que el público argentino no estaba preparado para innovaciones: no podían ni querían tener a una mujer a cargo de un avión. En ese momento, ella contaba con 1568 horas de vuelo realizadas como capitán o copiloto en Estados Unidos, muchísimas más que las de los 75 pilotos que fueron contratados.
La vida de Sabaliauskas es un testimonio de cómo tomar decisiones inesperadas pueden llegar a buen puerto - Créditos: Archivo La Nación
Sabaliauskas no se dio por vencida en su lucha: unos meses después logró que se quitara del acta de directorio de Aerolínas Argentinas la condición de sexo masculino como requisito de ingreso. La compañía la contrató enseguida y así fue como se convirtió en la primera mujer piloto de línea aérea en nuestro país. Hizo vuelos de conexión internacional como a Los Ángeles, a Sudáfrica y a Nueva York, además de otros destinos menores.
El amor y un último sueño que quedó pendiente
Durante una estadía en Nuevo México, María conoció a un fotógrafo del que se enamoró, Jeff Swan, se casaron y tuvieron una vida de cómplices repleta de felicidad. Tras su paso por Argentina, se volvió a Estados Unidos donde había logrado trasladar a sus padres para que vivieran con ella.
Hacia el final inesperado de su vida, murió en 2011 a los 64 años de una patología cardiaca, María estaba preparando un libro con su historia con la esperanza de que se convirtiera en una película. Fue el único sueño que le quedó por cumplir.
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