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Red flags en la amistad: estas son las alarmas de una relación tóxica

Las amistades nos nutren y suman a nuestro bienestar. Pero ¿qué pasa cuando sucede lo contrario y se vuelven tóxicas? Es importante registrar las red flags en la amistad.


Amistades tóxicas: ¿cuáles son las señales de alarma?

Amistades tóxicas: ¿cuáles son las señales de alarma? - Créditos: Getty



Tener amigas y amigos, a priori, nos hace bien: aumenta nuestra autoestima, la motivación, nos da un lugar de consuelo y ánimo cuando estamos mal. Pero ¿qué pasa cuando, en lugar de ser nuestro lugar seguro, las amistades se vuelven un peso, un espacio de angustia constante o preocupación? 

Una relación tóxica se caracteriza por un comportamiento de una de las partes que afecta emocionalmente a otra. Darse cuenta es el primer paso. Con la ayuda de  la psicoterapeuta Valeria Roca te mostramos algunas situaciones que pueden hablar de una amistad no saludable y te ayudamos a pensar posibles soluciones.

1 - Siempre es la víctima

A todos nos pueden pasar cosas malas, y ahí están las amigas para apoyarnos. Pero si con sus charlas son todas pálidas y ella siempre es la víctima de las situaciones, prendé la alarma. A las personas tóxicas les encanta hacerse las víctimas para recibir atención. 

¿Cómo resolverlo?

Si cuando se pone en una situación de victimización podemos darle menos entidad y disminuir la potencia de esas charlas, logramos desactivar este tipo de actitudes. Pero si no, es importante atravesar el duelo que nos genera la dependencia de otros y volver a equilibrarnos, entendiendo que cualquier relación sana se basa en amplificarnos y potenciarnos en vez de sentirnos chiquitas y limitadas. 

2 - Solo habla de ella 

Te juntás a tomar un café con tu amiga y no para de hablar de su día, su trabajo, sus problemas, pero nunca te pregunta por tu vida. Y si llegás a meter algún bocado, te interrumpe con “cuando a mí me pasó eso, yo hice...”. 

La falta de reciprocidad es un factor que afecta considerablemente el vínculo de amistad. 

¿Cómo abordarlo?

Todos merecemos ser escuchados. Este tipo de relaciones tóxicas no solo nos da la oportunidad de que podamos alejarnos de ellas, sino que también nos invita a profundizar en nuestro propio bienestar. Si puedo preguntarme por qué soporto lo que soporto, qué pasa con mi propia valoración, admitir si estoy manteniendo una amistad de estas características por miedo a sentirme sola, entre tantas otras, y así entrar en mi mundo interno sobre lo que me sucede ante este tipo de relaciones, puede resultar muy fructífero para que este patrón no vuelva a repetirse. 

3 - Chusmea de todos 

¿Con esa amiga te enterás de vida y obra de los demás? Bueno, seguramente también hable de vos con otros. Cualquiera puede equivocarse, pero los amigos tóxicos parecen disfrutar difundiendo secretos, incluso cuando les pedís que mantengan tus cosas personales en privado. 

¿Cómo abordarlo? 

La confianza lo es todo para determinar quién es un amigo; mientras más confianza tengamos, más importante será esta persona en nuestras vidas. En estos casos, es ideal dejar claro que lo que estamos contando es un secreto, y si aun así se lo cuenta a todo el mundo, entonces lo mejor es poner un poco de distancia con esa persona, sobre todo a la hora de hablar de temas delicados. Y si no hay modificaciones en la actitud de la otra persona, la única salida es hacia adentro, somos nosotras las que debemos trabajar en los motivos que nos arrastraron a tolerar este tipo de relación, el nivel de amor propio que tenemos, los límites que impartimos al otro y a una misma.

4 - Te cela otros amigos 

Si le hablás de otras amistades y enseguida las critica o te cela cuando te juntás con otros grupos, ¡atenti! Estos vínculos pueden cambiar nuestras actitudes ante el resto, muchas veces por la admiración o hasta la mimetización con ella, podemos hacer críticas a otros o naturalizar situaciones de celos que no deberían tratarse como “normales”, al menos en una relación sana.

¿Cómo resolverlo?

Estas actitudes nos pueden alejar de nuestro círculo con otras amigas que identifican estas conductas como no saludables o ajenas a nuestra personalidad. Cuando lo identificamos y sentimos que emocionalmente nos está afectando, estamos en mejores condiciones que al naturalizarlo. Mientras mantenemos esta relación, ante todo, nos alejamos del entorno. Nos demanda tanta energía psíquica y física (además de tiempo) que dejamos poco para otros tipos de relaciones.  

Quizás estamos allí desde hace años. y nos cuesta salir solas. Por eso, cuando la “heroína” interna baja la guardia, no está de más recodar que la consulta profesional es una herramienta válida y recomendable si sentís que, a pesar de contar con un entorno seguro y amoroso, no lo estás logrando.

5 - Se cree mejor que vos

Le contás a tu amiga que te ascendieron en el trabajo, pero, en lugar de felicitarte o darte un abrazo de apoyo, te dice: “Bueno, a mí me ascendieron la semana pasada”. Siempre las suyas son mejores. ¿Te suena? Las amistades de estas características también se denominan “frenemies” (amigas-enemigas), que es cuando una de las partes siempre necesita disminuir a la otra. Son vínculos simbióticos, muy exigentes y controladores, en los que nos sentimos atrapadas y empobrecidas. Las críticas son uno de los signos de alarma más visibles. Lo peor es que horadan tu autoestima poco a poco.

¿Cómo abordarlo?

Una cosa es sentir un momento ocasional de envidia, a todas nos puede pasar. Pero si tu amiga hace que todo sea un juego de “quién lo tiene mejor”, se vuelve un problema. El factor principal a destacar acá es la autoestima. Justamente en estas relaciones hay un desequilibrio, donde una tiene la máscara del “ego” y de “sabelotodo”, haciendo que la otra parte se sienta inferior, creyendo que requiere sus consejos o validación; situación que reconfirma nuestra baja valoración. Tener una amiga tóxica no solo nos afecta, sino que nos limita. Tanto esta situación como la anterior son las más difíciles de resolver, porque son estructurales. En este punto, es decisivo aceptar que las personas tóxicas no suelen cambiar fácilmente, así que, en lugar de enfocar tus esfuerzos en pedirle a tu amiga que se comporte de manera diferente, fijate si no es mejor alejarte de esta persona.

6 - Te hace planteos sin sentido

Si llegás tarde o si no le respondés los mensajes enseguida, si no la invitaste primero a ella o si es su cumpleaños y no estás todo el día a su disposición, todo puede ser motivo de un desplante y un enojo. ¿Y eso qué te genera? Que cada vez tengas menos ganas de verla y te empieces a alejar, pero sin blanquearle la situación. Y eso se vuelve en más planteos, como un círculo vicioso. 

Está buenísimo que puedan hablar si algo les molesta o no les gustó, pero si todo lo que vos hacés implica un reproche o un planteo, entonces hay algo que revisar. Si sentís que siempre tenés que dar explicaciones, si te sentís siempre en falta, entonces hay una dependencia emocional con el otro. 

¿Cómo abordarlo?

El primer paso para salir es aceptar que somos parte de esa toxicidad. La única oportunidad de transformar una relación insana en saludable es que ambas partes sean conscientes de la necesidad de reformular el vínculo, de trabajar cada una en sus propias zonas oscuras y entender el motivo que nos llevó hasta allí. Pero la mayoría de las veces, al explicarle lo que sentís, hay respuestas como: “¿De dónde tenés esa idea de que quiero controlarte?, ¿cómo, después de tantos años de amistad, vas a decirme una cosa así?”. 

Posiblemente nuestra amiga tenga esta convicción porque está segura de que jamás nos haría una cosa así, al punto de ser ella la que se sienta lastimada u ofendida. Pero tenés que tener presente que un vínculo sano claramente está construido desde el amor, la libertad y la equidad, mientras que los vínculos insanos se basan en la necesidad, el poder y el control.

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