¿Quién es Juli Puente, la influencer argentina que revoluciona las redes con sus rutinas de ejercicios?
Con más de 700.000 seguidores en Instagram y tras de llenar un Obras, te contamos su historia de empoderamiento, resiliencia y amor propio.
28 de diciembre de 2021 • 09:07
Foto gentileza de Juli Puente
Para muchas personas decidirse y empezar a entrenar, es algo que resulta más fácil prometerlo que -de hecho- hacerlo. Es que si no sos de ese grupo que encuentra en la actividad física cierto estímulo interno, resulta complicado comprometerse, mantener la rutina y hasta disfrutarlo. “Lo hago porque tengo que hacerlo” ¿No?
Es en ese escenario que los estímulos externos (un profe que le pone energía, una actividad a la cual le encontramos la parte lúdica, un grupo de compañeros con el que disfrutamos compartir) se convierten en una clave fundamental. Algo que Juli Puente, la argentina detrás del ‘cardio de la felicidad’, sabe muy bien. Pero no solo eso, lo sabe muy bien y lo convierte en parte de su filosofía: con una energía contagiosa, se pone en movimiento y motiva a miles de personas a que también lo hagan.
Foto gentileza Juli Puente
Sos periodista y trabajaste como tal por muchos años ¿Cuál sentís que es el momento en donde decís “Bueno, acá inició este nuevo episodio de mi vida?
Sin dudas. Fue un día en plena cuarentena que tomé la decisión de renunciar a mi laburo anterior y dedicarme al 100% a trabajar en mis redes sociales con el “Cardio de la felicidad”. Y siento que -si bien trabajé un montón de tiempo antes- ese día puntual en donde agarré mi mochila y fui al canal en donde trabajaba para decir ‘Renuncio porque quiero dedicarme a cumplir mi sueño’ fue el antes y después más grande que tuve en mi vida. Algo que no solo yo sentí adentro mío, sino que marcó mi carrera. Fue de verdad empezar a hacer lo que quería hacer y de repente ¡fum! Todo lo que soñaba se me vino encima, todo lo que antes no se me estaba dando.
Ese día puntual en donde agarré mi mochila y fui al canal en donde trabajaba para decir ‘Renuncio porque quiero dedicarme a cumplir mi sueño’ fue el antes y después más grande que tuve en mi vida.
Sos una persona con muchísima energía y transmitís eso en todos tus videos ¿Qué pasa en esos días que no estás tan motivada? ¿En dónde encontrás vos la fuerza?
¡Por supuesto! Soy una persona normal y hay días en que tengo mi energía un poco más baja. No es tan habitual en mí, pero obvio que me pasa. Ahí es cuando empiezo a buscar algo que me motive y cuando se me prendió la lamparita, no paro. Hay algo que yo digo siempre digo y que intento compartir, que es que a mí entrenar me salva. Entrenar me cambia el día. No importa si esos días lo hago un poco más suave, pero me saca por completo de ese burbuja y la clave está en nunca dejar de “levantarme de la cama”. Entonces me levanto y voy igual al gimnasio, porque sé que el hecho de ir a me va a cambiar por completo el día.
¿Cómo nació el concepto de “Cardio de la felicidad”? Una idea que ya es tu marca registrada ¿no?
Nació un día en plena cuarentena. Yo recién arrancaba con estos entrenamientos y todavía no había estudiado para convertirme en personal trainer, sino que las rutinas me las armaban mis entrenadores. Yo veía que cada vez se sumaban más personas y, en el momento más duro del aislamiento porque no podíamos salir a ningún lado, muchos me escribían diciéndome “Lo único que siento cuando hago tu entrenamiento es felicidad”. Entonces un día tenía que activar el recordatorio de Instagram y -casi a modo de chiste- puse “Cardio de la felicidad”. La respuesta fue súper positiva, por eso lo mantuve y un día dije “Bueno, ya quedó cardio de la felicidad. Voy a registrarlo”.
Creo que la pandemia nos hizo reflexionar a todos un montón y ahí todo el movimiento de wellness tuvo mucho impacto ¿Qué sentís que venís a aportar vos a ese escenario?
Siento que llegué para motivar a las personas y que sepan que pueden ponerse en movimiento mientras se divierten. Muchos tienen en la cabeza que hay que entrenar ‘para tener el mejor cuerpo’ o ‘para estar más flaca’, y yo no creo que sea por ahí. Cuando uno de verdad cambia sus hábitos, lo que más cambia es cómo nos sentimos y nuestro autoestima. Para mí este es el punto que es clave. Ponerte en movimiento tiene el poder de cambiar tu vida, tu día a día. En ese sentido también es fundamental que entendamos que ningún cambio llega de manera instantánea, sino que hay que ser preseverante, hay que tener constancia.
Muchos tienen en la cabeza que hay que entrenar ‘para tener el mejor cuerpo’ o ‘para estar más flaca’, y yo no creo que sea por ahí. Cuando uno de verdad cambia sus hábitos, lo que más cambia es cómo nos sentimos y nuestro autoestima
Foto gentileza de Juli Puente
La rompés en redes y hace muy poquito llenaste un Obras ¿En dónde crees que está la clave de tu éxito? ¿Cuándo fue que dijiste “Bueno, mi sueño se hizo realidad”?
Mi clave fue ser como soy, siempre. Soy una persona muy simple y creo que lo que pasa con las personas que me siguen, es que se conectan con eso y sienten que soy una más, porque de verdad soy una más. La única diferencia es que mi sueño es este, estoy yendo a cumplirlo y son ellos quienes me acompañan para lograrlo.
Soy una persona muy simple y creo que lo que pasa con las personas que me siguen, es que se conectan con eso y sienten que soy una más, porque de verdad soy una más.
Cuando te escuché diciendo “Mi sueño se hizo realidad” me reí porque si hay algo que me caracteriza es que me siento insaciable. Después de llenar Obras y disfrutar esa experiencia con todo, al otro día le dije a mi novio -que es mi productor-, “Bueno ¿y ahora qué? El año que viene un escenario más grande ¿no?”. Y creo que esa frase me define un montón.
Tu recorrido es realmente impresionante. Cuando mirás hacia atrás ¿Cuáles son los aprendizajes que ves en ese camino que hiciste?
Trabajé 10 años como periodista, algo que me gustaría volver a hacer pero desde otro lugar, quizá combinándolo con lo que me gusta hacer ahora. Pero miro hacia atrás y me veo trabajando muy duro, me tocaban hacer muchas guardias y por ahí pasaba las fiestas sola con un fotógrafo. Me acuerdo que un año me largué a llorar mientras estaba cubriendo la temporada y pensaba “Yo deseo con todo mi corazón algún día estar del otro lado”. Quería sentir que realmente estaba haciendo que más amaba, porque el periodismo me gustaba pero no terminaba de llenarme. Todo esos 10 años tuve esa sensación adentro y creo que eso también fue la motivación de hacer un cambio de vida.
En tus redes hablás mucho de tu camino de autoamor ¿Por qué sentís que también es fundamental compartir este costado de la historia?
Es clave. Tengo algo pendiente en este punto, de hacer algo más profundo más allá de contar mi historia y así poder ayudar a las personas que tienen trastornos de alimentación. Es muy importante ese acompañamiento y ser abierta con lo que pasé yo porque para mí -lo que quizá está superado- para otros es algo con lo que están conviviendo hoy, en su día a día. Siempre pienso que si en ese momento en donde yo sufría de anorexia hubiese tenido alguien que me dijera “Juli, te ayudo”, “Juli, mirá... esta fue mi experiencia”; me hubiese ayudado un montón. Por supuesto que creo que no alcanza lo que hago, porque yo tuve esa enfermedad y sé que un mensaje solo no alcanza: necesitas que te acompañen, tener un sostén y por eso es tan importante para mí.
Siempre pienso que si en ese momento en donde yo sufría de anorexia hubiese tenido alguien que me dijera “Juli, te ayudo”, “Juli, mirá... esta fue mi experiencia”; me hubiese ayudado un montón.
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