Cáncer de ovario: causas, síntomas y tratamientos de una patología que puede estar oculta en los genes familiares
En el Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Ovario hablamos de esta enfermedad que cada año afecta a unas 250 mil mujeres en todo el mundo y cuya tasa de supervivencia se ubica entre las más bajas. ¿Cómo podemos cuidarnos?
14 de mayo de 2024 • 11:00
Cáncer de ovario: ¿cómo podemos cuidarnos? - Créditos: María Jose Raffo
Cada 8 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Ovario, una enfermedad que cada año afecta a unas 250 mil mujeres en todo el mundo y cuya tasa de supervivencia se ubica entre las más bajas.
Según los datos epidemiológicos más recientes, el de ovario es un tipo de cáncer poco frecuente, que se presenta solo en un 1,5 a 2% de las mujeres a nivel global y representa alrededor del 3% de los tumores. Sin embargo, debido a que hay pocas terapias efectivas disponibles para tratarlo, es la cuarta causa de muerte por cáncer en mujeres, por debajo del cáncer de mama, pulmón y colon.
De acuerdo a las proyecciones que surgen de Globocan —una base de datos mundial que recopila estadísticas sobre incidencia y mortalidad para 36 tipos de cáncer en 185 países— el número de mujeres que serán diagnosticadas con cáncer de ovario en el año 2024 superará los 445 mil casos, casi un 42% más que lo registrado en 2020.
Síntomas y causas del cáncer de ovario
En Argentina, el cáncer de ovario es el quinto tipo de cáncer más común en mujeres, según las estadísticas que recopila el Instituto Nacional del Cáncer (INC). "Nuestro país registra cada año una incidencia de aproximadamente 2200 casos de esta patología", detalló la doctora Angeles Nico, ginecóloga especializada en oncología y profesional del Instituto de Oncología "Ángel H. Roffo" de la Universidad de Buenos Aires.
De acuerdo a los datos recopilados por el INC en el 2020, entre mujeres afectadas por cáncer, el de ovario ocupa el sexto lugar en la mortalidad y anualmente fallecen unas 1200 mujeres por esta causa.
La doctora Nico recordó que "esta patología —medida en número de casos año tras año— se mantiene relativamente estable ya que se relaciona, sobre todo, con la edad y con la genética de las personas".
Para terminar de caracterizarla, la experta agregó que es una enfermedad que suele ser detectada con mayor frecuencia en mujeres en su sexta década de vida y —en entre el 70 y el 80% de los casos— recién se la diagnostica cuando la patología ya se encuentra en estadíos avanzados.
Justamente aquí radica uno de los desafíos médicos para los próximos años: "No tenemos aún en el mundo una metodología que sea realmente costo-efectiva y que nos permita concretar un screening generalizado que permita detectar el cáncer de ovario en la población general", detalla el oncólogo Pablo Mandó, integrante de la Unidad de Cáncer de Mama y Tumores ginecológicos en el CEMIC de la ciudad de Buenos Aires.
Tratamientos contra el cáncer de ovario
De acuerdo a los expertos, es una patología frente a la que la medicina tiene, todavía, recursos terapéuticos efectivos escasos. Las dos opciones centrales son la cirugía y la quimioterapia.
A estas herramientas médicas tradicionales, se le agregaron —en el último lustro— una nueva familia de medicamentos que funcionan muy bien en ciertos grupos de pacientes que tienen este cáncer asociado con determinadas mutaciones genéticas.
En esos casos, el uso eficiente de estas moléculas terapéuticas logró extender, en forma considerable, la sobrevida y la calidad de vida de estas personas.
Prevención de la patología
La doctora Nico comentó que “a la hora de pensar en esta patología hay dos grandes factores de riesgo que cada mujer debe tener en cuenta: la edad y la genética. A esto se le suma —como ocurre en general en materia de oncología— algunas cuestiones generales relacionadas con el llevar un estilo de vida no saludable en materia de alimentación, peso, actividad física, fumar, etc.
Pero recalcó que “los dos elementos centrales asociados con la aparición de este tumor son el paso de los años y el genoma de cada persona que tiene una importancia destacada en esta forma oncológica. Esto es así ya que se calcula que uno de cada cinco casos de cáncer de ovario se origina en una causa genética (mutación) específica". Este 20% es un número considerado "elevado", incluso comparado con otros tipos de tumores.
Como se dijo, este tipo de cáncer no tiene la posibilidad de ser detectado en forma generalizada por medio de algún tipo de testeo masivo que permita el diagnóstico precoz. Y eso implica que no contamos con formas eficientes de conseguir una vigilancia efectiva generalizada.
"Hoy la mejor forma de reducir la mortalidad por cáncer de ovario es prevenirlo sobre todo adoptando hábitos saludables en temas de alimentación, actividad física, no fumar, no beber en exceso, etc.", recalcaron ambos expertos.
Estudios genéticos
Este tumor suele estar asociado a ciertas mutaciones genómicas. Por eso los oncólogos explican que es clave identificar, lo antes posible, a las personas que poseen una carga genética particular, relacionada con una mayor probabilidad de desarrollar este cáncer. Dicha identificación permite concretar una vigilancia específica sobre dicho grupo de riesgo y diseñar una política de prevención personalizada.
Básicamente lo que hay consideran los oncólogos es ponderar los factores de riesgo metabólicos, los relacionados con la edad y el estilo de vida. Pero, sobre todo, analizar los factores hereditarios, ligados a los antecedentes familiares y a la presencia de determinadas mutaciones genéticas.
Para concretar esta tarea de identificación del riesgo es clave la consulta con un profesional capacitado en asesoramiento genético, para que éste analice en detalle los factores de riesgo de cada persona.
¿En qué casos se recomienda la consulta genética específica?
Antecedentes de familiares con cáncer de ovario, de mama, de páncreas, de próstata, o de colon, que podrían elevar el riesgo de desarrollar este tipo de tumor.
La edad, afectando en general a la postmenopausia ya que cerca de la mitad de los diagnósticos se hace en mujeres de más de 60 años. Este tumor no sólo afecta a las adultas mayores: si una mujer ha padecido cáncer de mama antes de los 40 años o cuenta con historial familiar de cáncer de mama, colorectal, de ovario o de útero podría padecerlo a una edad más temprana.
Otros factores, como el sobrepeso, el tener hijos más tarde o no tener un embarazo a término o haber hecho terapia hormonal después de la menopausia.
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