Trastornos del sueño: ¿qué debo hacer para mejorar el descanso?

1. Insomnio: Es una de las afecciones más comunes y se manifiesta como dificultad para conciliar el sueño o mantenerse dormido. “Aunque muchas personas lo minimizan, el insomnio puede tener graves consecuencias en el organismo”, explica la Dra. Caro. En los casos severos, el paciente puede permanecer despierto toda la noche.

2. Apnea del sueño: Este trastorno, también conocido como síndrome de apneas-hipopneas obstructivas del sueño (SAHOS), es frecuente en adultos mayores y se caracteriza por interrupciones repetidas de la respiración que superan los diez segundos. Estas apneas generan una mala oxigenación y pueden provocar complicaciones severas si no se tratan.

3. Síndrome de las piernas inquietas: Este síndrome está relacionado con alteraciones en la transmisión de hierro y dopamina en el sistema nervioso central, causando una sensación molesta y la necesidad de mover las piernas al intentar dormir.

4. Narcolepsia: Se caracteriza por somnolencia extrema durante el día y episodios repentinos de sueño, lo que afecta significativamente la vida diaria de quienes la padecen.

Dormir cumple una función crucial para mantener el equilibrio energético y molecular, además de favorecer el estado de alerta, la función intelectual y el buen humor. “El sueño ayuda a pensar con claridad, mejorar los reflejos y concentrarse mejor”, destaca la experta. Por el contrario, la falta de descanso puede afectar los niveles superiores de razonamiento, disminuir la productividad laboral y alterar el bienestar general.

Una noche de sueño saludable consta de 4 a 5 ciclos, que incluyen fases de sueño profundo y de movimientos oculares rápidos (MOR), momento en el que se sueña. Aunque las necesidades varían entre personas, los adultos requieren en promedio de 7 a 8 horas de sueño por noche. En otras etapas de la vida, los requerimientos cambian: los bebés duermen unas 16 horas diarias, los niños pequeños necesitan 10 horas y los adolescentes, al menos 9 horas.

Entre los elementos que interrumpen el descanso, la Dra. Caro menciona la cafeína y el uso de dispositivos electrónicos antes de dormir, como televisores, celulares o tablets. “Estas prácticas pueden dificultar tanto el inicio como el mantenimiento del sueño”, advierte.

1. Acostarse y levantarse todos los días a la misma hora.

2. Dormir en un ambiente oscuro, tranquilo y cómodo.

3. Realizar ejercicio diario, pero evitarlo justo antes de dormir.

4. Reducir el uso de aparatos electrónicos antes de acostarse.

5. Relajarse antes de dormir con actividades como un baño caliente o la lectura de un libro físico.

6. Evitar el alcohol y la cafeína hacia el final del día.

7. No consumir nicotina.

 

 

“Es fundamental no subestimar los problemas de sueño, ya que pueden tener graves consecuencias a largo plazo. Ante cualquier dificultad persistente para descansar, es necesario consultar con un profesional de la salud”, concluye la médica,