Según Harvard, estas dos bebidas son tan sanas como el agua

La planta de Camellia sinensis es la responsable exclusiva de la bebida que mundialmente conocemos como té, bebida que se se realiza a partir de las hojas y brotes de esta especie perteneciente al género Camellia. A pesar de las confusiones clásicas, cuando hablamos de té de manzanilla, té de tilo o té de boldo, por mencionar algunos ejemplos cercanos, en realidad estamos mencionando infusiones de hierbas  que no provienen de las hojas de la planta de té.

La planta de Camellia Sinensis sí está presente en el Té Negro, Té Verde, Té Blanco, Té Rojo (Pu-Erh), Té Azul (Oolong) y Matcha. En todas estas subespecies están concentrados los principales beneficios del té, entre los que se destacan la gran capacidad de reducir el estrés, de mejorar la función cognitiva y de fortalecer el sistema inmune.

En este sentido, el grupo de expertos de Harvard que promueve el consumo del té por los beneficios referidos, pero también advierte que no hay que consumirlo demasiado caliente, ya que podría aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de esófago y estómago. Por otro lado, la evidencia científica demostró a través de un estudio de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés) que todas aquellas personas que bebían al menos dos tazas de té por día tenían un riesgo de muerte entre un 9% y un 13% menor que quienes no lo hacían.

En este caso, el trabajo se realizó con datos del biobanco de salud del Reino Unido, haciendo el seguimiento de 500.000 personas durante 14 años y el resultado arrojaba que la mayoría de las personas investigadas bebían té negro. A su vez, en 2017, un trabajo similar de la Universidad Jiaotong de Shanghái demostró que se obtenían resultados muy similares en todas aquellas personas que bebían té verde.

En este sentido, Maki Inoue-Choi, científica del personal de los Institutos Nacionales de Salud y autora principal del primer estudio, explicó que el té negro y en especial el té verde son ricos en polifenoles y otros compuestos beneficiosos para reducir el estrés y la inflamación en el cuerpo.

La cafeína, que es la sustancia presente en el café y que tantos beneficios ha reportado según la ciencia, es responsable de mejorar distintas funciones cognitivas como puede ser mejorar la memoria y acelerar procesos cerebrales, además de ser un estimulante contra la depresión.  Al mismo tiempo, el café posee un gran poder ergogénico, especialmente requerido para potenciar el rendimiento físico en deportistas, logrando mejorar distintas cualidades físicas (fuerza, velocidad, coordinación), disminuir la sensación de fatiga, reducir calambres y favorecer el control del peso, entre otros aspectos positivos.

El consumo sugerido es de 3 a 5 tazas diarias, ya que en organismos sanos sin patologías previas no provoca enfermedades cardiovasculares ni cáncer. El punto crucial: no hacer uso desmedido de azúcares ni edulcorantes en ninguna ingesta.

En tanto, el grupo experto advierte que “algunas personas pueden no tolerar cantidades más altas de cafeína debido a los síntomas de nerviosismo, ansiedad e insomnio”. Al mismo tiempo, para aquellas personas que tienen presión arterial alta se recomienda siempre la consulta experta. Asimismo, en mujeres embarazadas se sugiere un consumo menor a los 200 miligramos de cafeína diarios, lo que equivale a dos tazas de café.

Según una investigación de los Institutos Nacionales de Salud y la Asociación Estadounidense de Personas Jubiladas, evidenció que las personas que tomaban cuatro tazas de café al día tenían casi 10 por ciento menos de probabilidades de deprimirse que aquellos que no lo hacían.

Por otro lado, un estudio publicado en el European Journal of Preventive Cardiology demostró que el consumo de dos o tres tazas de café por día se asocia a una mayor longevidad y a un menor riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular. La investigación concluyó que el consumo moderado de café forma parte de un estilo de vida saludable, sin importar si es molido, descafeinado o instantáneo.