Inteligencia lúdica: qué es y para qué sirve
¿Escuchaste hablar de la Inteligencia lúdica? ¿Se puede aprender jugando? La licenciada en Psicología Silvana Vattimo, consultora en RRHH, habla de las ventajas de incorporar el juego en las empresas.
12 de noviembre de 2024
Inteligencia lúdica: cómo aplicar el juego en la empresa. - Créditos: Getty
¿Escuchaste hablar de la Inteligencia lúdica? ¿Se puede aprender jugando? La licenciada en Psicología Silvana Vattimo, consultora en RRHH, expresa que, cada vez con mayor frecuencia, las empresas usan el juego como herramienta para obtener resultados y aumentar el compromiso de sus empleados. Lo denomina "gamificación" y señala que es una estrategia que llegó para quedarse y desafiar los paradigmas de trabajo.
"El juego es algo innato y adaptativo. Desde los primeros años de vida, y sin necesidad de enseñanza previa, las personas, impulsadas de forma natural por la curiosidad, hacen uso del juego para aprender, entretenerse y socializar", reflexiona la experta, Directora en SCI COMUNIDAD. En esta línea, suma: "De este modo lúdico, podemos conocer el mundo, internalizar reglas y rutinas y adquirir conocimiento con otros y de otros.
Vattimo advierte que, con frecuencia, con el pasar de los años, el tiempo de juego se va reduciendo hasta casi desaparecer. Además, resulta una actividad menos espontánea y que genera resistencias ya que se la considera poco importante comparado con las tareas que nos ocupan las agendas. "Hay prejuicios que adjudican el mote de improductivo a lo lúdico", apunta.
Según dice, hay una tendencia en el último tiempo que empieza a cambiar, en favor del juego. Se empiezan a destacar sus ventajas y empieza a considerárselo como una herramienta de facilitación para alcanzar objetivos desafiantes.
"Empresas de diferentes industrias (farmacéutica, salud, finanzas, seguros, gastronomía, servicios, educación) han recurrido el último tiempo a los engranajes lúdicos para incrementar sus resultados, tanto a nivel interno como hacia el afuera, en su interacción con clientes y proveedores", ejemplifica la licenciada en Psicología que se dedica al trabajo en empresas.
"El juego, de manera indirecta e implícita, motoriza y pone a trabajar los sentidos compartidos y lleva a posicionarnos en diferentes roles en pos de alcanzar objetivos propuestos", dice. "Al mismo tiempo, invita a desplegar y movilizar los propios talentos de manera efectiva para obtener un resultado".
La experta invita a imaginar la implementación de una sala de escape, estas se popularizaron el último tiempo. Se trata de una oportunidad para observar no sólo desde el campo del entretenimiento, sino porque su aplicación a contextos organizacionales supo atesorarse en algunos casos como una interesante herramienta para la promoción del team building y la evaluación de equipos de trabajo.
Toda sala de escape posee una trama o narrativa: descubrir un crimen, encontrar un agujero negro, desbloquear la caja de seguridad de un banco o simplemente atravesar diversas aventuras. Asimismo, tiene establecido un tiempo, acertijos, reglas y un objetivo: escapar de la sala.
"El equipo que asume esa misión sabe que tiene que trabajar en conjunto para lograr el resultado de forma eficaz y eficiente. Es entonces cuando las habilidades diferenciales se pondrán en marcha para alcanzar esa meta. Estará quien es hábil resolviendo acertijos lógico-matemáticos, quien es un sagaz observador, quien es bueno para marcar los tiempos, para integrar pistas o simplemente para hilar lo que viene pasando y pedir ayuda, de ser necesario", relata la experta.
Mediante este juego -señala- se identifican diferentes perfiles de personalidad y diversos tipos de trabajadores."Cuando todos esos estilos se combinan para alcanzar la misión, suele encontrarse un resultado con valor agregado, superador. A esto llamamos Inteligencia lúdica".
Inteligencia lúdica: qué es y para qué sirve
La experta explica que la Inteligencia lúdica está sólidamente ligada a la práctica: a explorar, innovar, cooperar, aprender, cambiar, dando un sentido de trascendencia a la tarea de cada uno. "Son las actitudes lúdicas las que contribuyen a desarrollar personas y estructuras más ágiles, flexibles y promotoras del cambio", dice.
Agrega que "jugar es imaginar mundos que no existen. Cuando los adultos se toman en serio el juego, logran canalizar su impulso lúdico imaginando nuevos proyectos, que se traducen en actos continuos de creatividad y aprendizaje".
Vattimo explica que el juego debe estar bien aplicado y debe ser pertinente y ajustado al contexto. Para que el juego libere su verdadero potencial es preciso preguntarse por el porqué y el para qué de esa práctica, de modo de entender la pertinencia e implicancias del juego en la tarea cotidiana.
Jugar en el trabajo: ¿pérdida de tiempo o una ventaja competitiva?
Según informa la experta, lejos de la improductividad, hay estudios que avalan que el uso del juego ayuda a mejorar la competitividad y compromiso de los empleados, lo que facilita el sentido de pertenencia y motivación.
Además, cuando los juegos se desarrollan en equipo, generan un aura de complicidad y factor común, que llevan a trabajar, de modo de traccionar hacia una meta conjunta en una participación activa y genuina. Así el juego deja de contemplarse como una sola incumbencia del ocio, para pasar a pensarse aplicados a escenarios de plena productividad, de modo de obtener más y mejores resultados.
"El juego puede ser un aspecto característico de la cultura organizacional y representar una mirada flexible, curiosa y creativa que integre el ADN constitutivo de las empresas, impactando en el modo en que se ven y hacen las cosas", dice Vattimo. "Estas son las organizaciones que se necesitan hoy, con adultos jugando y jugándoselas a ir por más".
Que se “juega” a través del juego
La llamada gamificación puede implementarse en las organizaciones de diversas formas, tal como señala la experta:
En el campo del aprendizaje, las instituciones educativas han podido hacer uso del recurso del juego, no sólo en niveles iniciales sino también en nivel secundario, universitario y de posgrado para adquirir conocimiento de manera más dinámica y en contextos de menor tensión.
Herramientas como Genially, Kahoot, Educaplay, entre otras, permiten crear trivias, crucigramas, roscos, entre otros juegos que propician un clima grupal de aprendizaje.
En escenarios empresariales, las estrategias lúdicas se aplican hacia adentro y hacia afuera de las organizaciones. Hacia afuera, pensando estrategias de retención de clientes, convocados a jugar mediante sistema de puntos, de juegos con recompensas y hasta de colección, favoreciendo el recuerdo de la marca.
El poder de la marca empleadora puede reforzarse hacia adentro mediante estrategias de gamificación, no solamente implementadas en eventos aislados, sino aún mejor, como parte de la cultura de trabajo. Un ejemplo, es el de algunas organizaciones que, al momento de evaluar a sus candidatos, previo a incorporarse a la empresa, deciden hacer uso de herramientas lúdicas para visualizar las habilidades y actitudes mediante el juego.
¿Qué es lo que realmente se juega de la persona al jugar?
Se fomenta la creatividad:
Ingresar a una atmósfera lúdica, ofrece un “nuevo sombrero para pensar” (haciendo referencia a Edward de Bono), integrando, en un clima emocional favorecedor, la irrupción de nuevas ideas para la innovación empresarial.
Incrementa la motivación:
La motivación puede diferenciarse en implícita y explícita. La motivación explícita es aquella que se alcanza a través de refuerzos o incentivos externos que nos premian por un buen resultado o un objetivo a alcanzar. En otros casos, será simplemente la evitación del castigo la que comande una acción, sin demasiada potencia a futuro. En cambio, la motivación implícita es aquella fuerza interna que impulsa a la persona a realizar una acción, por el simple placer que le genera hacerla. La acción ya no es un medio para alcanzar un fin; es un fin en sí misma, que tiene sentido para la persona.
Esto es lo que ocurre al jugar: se incluyen metas y planes de acción que involucran al equipo, brindándoles un sentido y un motivo propio de acción que incrementa la motivación, sin necesidad de refuerzos externos cortoplacistas.
Aumenta el compromiso:
A mayor motivación, mayor bienestar percibido en el lugar de trabajo. Eso favorecerá el sentido de pertenencia y el compromiso con la misión conjunta, redundando en mayor productividad. Dicho de otro modo, el juego conlleva la portación de pecheras o camisetas, representando a la empresa y celebrando sus “goles”.
Promueve el pensamiento estratégico:
Mediante el juego se alienta a que haya diferentes formas de resolver un problema, hallando soluciones distintas. El objetivo a alcanzar suscita el desarrollo de estrategias, planes de acción y reformulaciones, importantes como inversión para las misiones que el equipo tendrá por delante a futuro.
Mejora la comunicación:
Según una encuesta desarrollada en 2023 por PAE y ADRHA, la gestión de una comunicación efectiva representaba el puesto nro. 1 en el Ranking de Prioridades enumeradas por empresas líderes en Latinoamérica. Paradójicamente, es una de las áreas que presenta mayor conflictividad y dificultad. Ubicar herramientas que entrenen en el modo en que nos comunicamos y visualicen las barreras inherentes al proceso de comunicación, resulta una buena vía para desarrollar planes de comunicación más realistas y efectivos.
Estimula las habilidades sociales y el trabajo en equipo:
Para divertirse con otros, es preciso interactuar, conocerse, socializar. Y, mientras eso ocurre, el grupo va encontrando diferentes roles y dinámicas que, podrán ser móviles, pero que representan la naturaleza del grupo, encontrando cada uno su propia voz. Al mismo tiempo, al jugar con otros y contra otros, cada persona debe representarse lo que el otro sabe, quiere y planea, estimulando habilidades de cognición social.
En tiempos de recesión: ¿hay lugar para el juego?
La implementación del juego en las empresas tiene sus ventajas, tal como menciona Vattimo, pero ¿qué sucede en momentos de recesión? ¿Cuán pertinente es esta herramienta en medio de la crisis?
"En tiempos de recesión, desde la prudencia, uno argumentaría la necesidad de poner foco en lo urgente, desplazando lo importante.
Sin embargo, es preciso destacar dos elementos característicos del juego que comulgan adecuadamente con el escenario actual", informa la experta:
El juego es flexible y versátil: puede adaptarse a diferentes contenidos y objetivos, ofreciendo también una mirada de flexibilidad y pensamiento lateral ante momentos en donde la mirada tradicional resulta ineficiente.
El juego involucra a la emoción y la sorpresa: qué mejor que conectar con la faceta emocional y afectiva de las personas a fin de convocarlas en su tarea desde el lado humano y empático.
"En un escenario donde lo auto-referencial puede predominar, buscar la mirada conjunta y de interés en el otro, se vuelve un resultado valorado", dice. Aún más en tiempos de crisis.
Experta consultada: Silvana Vattimo, Lic. en Psicología - MN 48082. Directora en SCI COMUNIDAD