5 increíbles playas para disfrutar durante el fin de semana XXL de Semana Santa

Es uno de los destinos ocultos de nuestra Costa Atlántica. A 6 km de Mar Chiquita un balneario con una gran arboleda (álamos, pinos, olmos, cipreses y lambertianas), un bosque de zarzamora, playas extensas y callecitas tranquilas para hacer caminatas, paseos en bicicleta y, de noche, admirar el cielo estrellado. Mar de Cobo tiene un particular trazado: semicírculos que comienzan y terminan en la avenida de acceso “Manuel Cobo”, que conduce al mar. El centro es pequeño pero muy pintoresco. Por la tarde noche hay lindos lugares para sentarse a tomar una cerveza artesanal y para cenar.

Dónde comer: Peixe. Rincón de mar. Un proyecto gastronómico pensado desde la sustentabilidad. El restaurante fue construido con materiales reciclados y la carta está basada en la cocina marítima casera. Hay platos especiales que se preparan con lo que el dueño pesca en el día. Imperdibles las empanadas de langostinos.

Dato: En este balneario se fabrican los famosos alfajores Dulce Cobo, elaborados de manera artesanal por las hermanas Noelia y Gisela Pignataro. Se destacan por las innovadoras creaciones como el alfajor de cerveza rubia y negra; de capuccino; de gin y de chili picante.

Uno de los destinos playeros más visitados en los últimos tiempos para quienes buscan confort y seguridad en el mar. Costa Esmeralda se ubica a 10 kilómetros al norte de Pinamar y se ha posicionado como un destino de alta gama. Un barrio privado de mar con infinidad de propuestas para el entretenimiento: practicar deportes (desde tenis, paddle, golf, basquet, fútbol hasta polo y deportes náuticos como surf o kitesurf), tomar sol en la playa, hacer cabalgatas y emprender largas caminatas. El balneario tiene su propio Mercado y un Paseo Comercial, por lo que no te faltará nada.

Dónde comer: Palma Bistró, el restaurante de Santi Palma en el exclusivo Parador Amarras. De día, una carta adaptada a los sabores de playa. De noche, una propuesta más sofisticada donde manda la cocina mediterránea.

A menos de 2 horas de la ciudad de Buenos Aires, un destino que invita a disfrutar del verde y de la playita del último pueblo costero del Río de la Plata: Punta Indio. Y allí el Parque Costero Sur, una Reserva Mundial de Biosfera protegida por la UNESCO donde se puede hacer senderismo y apreciar la increíble variedad de flora y fauna autóctona. En la costa, las ruinas del emblemático (y lujoso) Hotel Argentino, que fue el destino de descanso elegido por la aristocracia en las décadas del ‘30 y ‘40 y que terminó colapsado por el avance del río. En cuanto a las playas, las más limpias del Río de la Plata, está El Pericón donde se encuentra la famosa escultura de hierro y chatarra en homenaje al Indio Querandí. Llegando a la zona de Sarandí está La Escondida, una playita más agreste y muy pintoresca. Si te gusta andar a caballo, Tierras Querandíes te lleva a vivir experiencias en Punta Indio a caballo. Y al no tener contaminación lumínica, desde Punta Indio se puede observar la vía láctea de manera asombrosa. Hay un público que llega a Punta Indio para vivir esta experiencia.

Dónde comer: si buscás pastas caseras está La Endiablada, un restó de campo en medio de una arboleda; y Todo Pasta, en el pueblo. A la vera de la ruta 11, Parador Indiana, una vieja estación de servicio convertida en una cafetería con ricas opciones y cerveza artesanal de la zona. En El Pericón, está Lo de Coqui, un parador de playa con buenas opciones para un almuerzo ligero.

A solo 2 horas de Buenos Aires, en el partido de San Pedro, un paraje histórico para descubrir la playita del río Paraná: Vuelta de Obligado. A este balneario se llega a través del camino Lucio Mansilla y es ideal para quienes quieren escaparse de la ciudad y rodearse de naturaleza. La playa se reacondicionó hace poco más de un año; tiene palapas y estacionamiento. Pero además, Vuelta de Obligado cuenta con una Reserva Natural e Histórica protegida, cuyo bosque central contiene especies únicas de esta zona de humedales. Es zona de avistaje de aves de reconocimiento nacional. Además, dentro de la Reserva se encuentra el Museo de Sitio, donde se conservan elementos arqueológicos de la Batalla ocurrida en noviembre de 1845. En este paraje vas a encontrar el Monumento a la Batalla de Obligado, obra del artista plástico Rogelio Polesello. Un homenaje a los caídos que consta de una enorme escultura en la cual se simula una gran valla circular de eslabones de cadenas.

Dónde comer: Puesto Navarro para pastas y pescados; Parrilla El Relincho para una buena parrillada; La Rueda para comer debajo de los árboles.

En la provincia de Entre Ríos, una ciudad que lo tiene todo: termas, viñedos y playas. La ciudad cuenta con tres balnearios sobre la costanera de la ciudad: el municipal, sobre el riacho Victoria; El Balcón de Pedro, donde se pueden ver los más lindos atardeceres; y Playita El Caimán, en el Club de Pescadores Victoria. Un predio parquizado con acceso libre con propuestas recreativas como paseos en lancha, veleros, kayak, beach vóley, entre otras. Más allá de las playas, Victoria cuenta con un parque termal donde poder relajarse y disfrutar de un circuito hídrico.

Dónde comer: El Balcón de Pedro, un restaurante con playita propia y una increíble vista del río. Es atendido por sus propios dueños y vas a encontrar pescado de río, pastas y otros platos tradicionales. Si te gusta el vino, podés visitar Bodega BordeRio, un lugar con viñedos que hace que te sientas como en la Toscana. Almuerzos, visitas guiadas, experiencias sunset y cenas.