Dejá ir lo que no te identifica
Por Delfina Peres Copello, Licenciada en Economía y Consultora en Dinka.
Para empezar tenés que reconocer tus etiquetas. Decir "esta soy yo" es un primer gran paso. El segundo paso es aceptarte, poder decir "esta soy yo y me acepto". No es una tarea sencilla, pero si vos no lo hacés, ¿cómo esperás que lo hagan los demás? Ojo, aceptarte no quiere decir que no puedas cambiar: no es una excusa para justificar tus acciones. Pero, a partir del autoconocimiento y la aceptación, vas a poder entender de dónde venís, qué querés, hacia dónde vas, por qué hacés lo que hacés. Y así podés empezar a trabajar sobre vos misma y tu realidad para poder cambiar o ajustar lo que sientas que necesites. ¡Arranquemos!
Primer paso: El avión
Después de reconocer tus etiquetas, te proponemos que las dividas entre aquellas que querés dejar atrás y aquellas que querés conservar. Te invitamos a que te quites esas creencias limitantes.
Identificá aquellas etiquetas que sentís que no te conducen hacia donde querés ir.
Anotálas en un papel y convertilo en avioncito.
Repetí esta frase al soltar cada etiqueta: "Confío en mi intuición, gracias por todo lo que aprendí y, sin miedo, estoy lista para soltar y fluir hacia nuevos proyectos".
Paso 2: Caja de herramientas
Ahora visualizá aquellas actitudes y comportamientos que desearías adquirir o que ya tenés y te gustaría reforzar, para que te conduzcan hacia quien vos elijas ser.
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Anotá en tu caja de herramientas cada uno de estos deseos o actitudes y talentos que querés conservar para cumplir tus objetivos.
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Visualizá cómo atesorarías y darías uso a cada una de estas herramientas, construyendo aquello que querés lograr.
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Repetí esta frase al sumar cada una de tus herramientas a la caja: "Confío en que hay nuevos aires por venir y abro un espacio dentro de mí para darle la bienvenida".
Es importante trabajar en tu autoconocimiento como una actitud permanente. Tu realidad cambia constantemente y de cada experiencia podés aprender algo nuevo. La vida te regala cada día una nueva oportunidad de transformar aquello que no te aporta valor y que te limita; está en vos aprovecharla.
Dato
El poder de la visualización es muy fuerte, por eso, aunque a veces parezca obvio, está bueno bajar a papel estas características que ya conocés. Podés también hacerlo en algún papel más grande, dibujando, recortando imágenes o con cualquier otra técnica de visualización que te sirva.