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Bollywood para extranjeros

Ningún turista debería perderse la oportunidad de ver una película de producción local




NUEVA DELHI.- La India es posiblemente el único lugar en la Tierra en el que Angeline Jolie y Brad Pitt no son la pareja más famosa del espectáculo. Al menos hasta ahora, la mayor democracia del mundo logró mantenerse al margen de la influencia de Hollywood gracias al desarrollo de una industria cinematográfica propia que por sus niveles de desarrollo y poderío económico tiene muy poco que envidiarle a su competencia californiana. Y la mejor prueba de la popularidad que tienen las películas indias son las páginas y páginas que les dedican los diarios locales al contar los romances, las peleas y los sueños de las estrellas de Bollywood.
Todos los años se producen en la India 1100 películas y más de 3600 millones espectadores concurren a los cines de Mumbai, Delhi o Calcuta, lo que implica que cada indio ve en promedio tres películas por año, a pesar de que no se trata de una salida muy accesible para los bolsillos locales (una entrada al cine cuesta entre 4 y 6 dólares, lo mismo que una comida para dos personas en un restaurante barato). Por esta razón, en un viaje a la India una experiencia que no puede faltar es la salida al cine para ver y escuchar alguna película de Bollywood.
Los cines en la India son una verdadera institución cultural y hay para todos los gustos. Desde salas desvencijadas que parecen congeladas en el tiempo, como si se tratara de los cines de la década del 40, hasta modernos complejos de multisalas, que ofrecen el mismo sonido digital y los mismos baldes de pochoclo que se encuentran en cualquier shopping porteño.
En la cartelera conviven los últimos éxitos de Hollywood con los films más taquilleros de Bollywood, aunque está claro que el público indio se inclina por la producción nacional. Con respecto al idioma, la oferta india incluye tanto películas habladas en inglés como en hindi y con subtítulos en inglés. Esta última opción es la mejor para el espectador extranjero, que de esta manera puede vivir una experiencia ciento por ciento india.
Como en todos los lugares públicos de este país -desde los restaurantes hasta los hoteles, pasando por los comercios y el subte-, antes de ingresar al cine hay que someterse al detector de metales. Lo que busca la seguridad no es sólo prevenir algún atentado terrorista, sino también impedir el ingreso con máquinas filmadoras, de manera de presentarle batalla a la piratería. Para los visitantes desprevenidos -como los turistas extranjeros-, que no conocen la regla de cámaras prohibidas en la entrada del cine, hay una pequeña sala en la que se puede dejar en custodia los equipos para ingresar normalmente a la sala.
Cuando se apagan las luces, comienza el show, que no está solo en la pantalla, sino también en la platea. Los indios aman los musicales y las películas más exitosas siempre incluyen dos o tres canciones cantadas por los actores, que son acompañadas con grandes coreografías (similares a la que se ve en el final de la película Slumdog Millionaire ). Como los temas suenan todo el día por radio y televisión -de hecho, MTV India sólo pasa videoclips de películas de Bollywood-, la gente que concurre al cine ya sabe de memoria la letra de las canciones, aun antes de haber visto el film, y grandes y chicos, hombres y mujeres no tienen ningún prurito en ponerse a cantar a los gritos acompañando (y tapando) las voces de los actores.
Por lo general, las películas indias no tienen un género definido y en la mayoría de los casos combinan la comedia con la acción, el romance y el musical, con muy pequeñas variaciones en el argumento, que siempre gira en torno de la historia del chico bueno que conoce a una chica buena y juntos deben enfrentar a un jefe o policía malvado.
Sin embargo, más allá de la mezcla de estilos y los guiones casi calcados, lo que quizá más le llame la atención al espectador extranjero es la inocencia de Bollywood. Si bien la mayoría de las películas de Hollywood no se caracterizan precisamente por su sutileza, en los films indios todo es mucho más simple. Cuando aparece el malo -que aun sin seguir los subtítulos no cuesta descubrir- se oye de fondo una música medio tenebrosa mientras cada participación de los héroes es acompañada por melodías festivas.

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por Redacción OHLALÁ!


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