Para la mayoría de la gente, la palabra tiburón remite a la imagen de un temible depredador surcando las aguas en busca de carne fresca, al mejor estilo de la famosa película de Steven Spielberg.
Para varias personas, sin embargo, la idea de nadar con estos animales es una fuente inagotable de adrenalina. Y SharkLady Adventures, una compañía sudafricana, parece haber sacado provecho de esta sensación. Por eso desarrolló un tubo gigante de plástico transparente dentro del cual el buceador puede acercarse al tiburón blanco en su ambiente natural y tener un encuentro cara a cara con el gigante marino.
Pero todavía hay personas para las que parecería que el plástico ofrece demasiada protección. El explorador marino Jean-Michel Cousteau -hijo del célebre Jacques- y su colega Andre Hartmann son dos ejemplos de eso. Ambos lanzaron una suerte de experiencia interactiva en las costas de Sudáfrica, donde se los puede ver en un video cabalgando sobre tiburones. La intención de esta expedición, según el propio Cousteau, es desterrar el mito del tiburón "asesino", y mostrarlo en cambio como una criatura bella y vulnerable. "Los tiburones tienen mucho más que temer de nosotros que nosotros de ellos", dijo.