
Cinco monumentos curiosos de la Argentina
27 de noviembre de 2016
1 Camarones.El salmón gigante

En medio de la nada, a 250 kilómetros tanto de Trelew como de Comodoro Rivadavia, Camarones es un pequeño puerto perdido en la costa de la Patagonia. Poco más de mil personas viven allí, lejos de todo? pero en torno del mayor salmón del país. El pueblo es, de hecho, la capital de la pesca deportiva de esta especie y organiza una fiesta nacional cada año en febrero. El Salmón de Camarones (una designación surrealista de por sí) es uno de los tantos monumentos gigantescos que se pueden ver a lo largo y ancho del país (como los horneros de Roque Pérez, sobre la RN 205 en la provincia de Buenos Aires). Los pocos turistas que llegan hasta esta localidad por supuesto no se pierden la ocasión de tomarse una foto a su lado. Su cara de pez de historieta y la perspectiva lo convirtieron en un monumento de culto. Quienes no lo aprecien pueden visitar el almacén Rabal, que no cambió desde que abrió sus puertas en 1901, y la casa-museo de la familia Perón, que vivió en Camarones durante unos años a principios del siglo XX.
2 Pehuajó. Manuelita no se va

En Pehuajó no podían dejar de celebrar a su vecina más ilustre, nacida del genial talento de María Elena Walsh. Generaciones de niños tuvieron que imaginar a su Manuelita, hasta que salió la película de García Ferré. Desde entonces adquirió rasgos tan definitivos como los tuvieron los personajes de cuentos de hadas europeos luego de pasar por los pinceles de Disney. En Pehuajó, sin embargo, tienen su propia figura de Manuelita desde hace tiempo: se trata de la enorme tortuga de cemento que se ve al pasar por la ruta 5. Es radicalmente distinta a la pícara y entrañable figura que todos tenemos en mente ahora y resulta más bien una tortugona de gruesas piernas, a punto de emprender su largo viaje con un chal sobre los hombros, un sombrero sobre la cabeza, un paraguas y un bolso. No hay duda, la Manuelita de Pehuajó necesita realmente aquel viaje a París para un urgente restyling.
3 Diamante. El Cristo que pesca

Muchos pueblos del interior se pusieron bajo la protección de algún Cristo más o menos monumental. Varios llaman la atención a la vera del camino o en las calles de acceso, como es el caso en General Madariaga. Cada verano miles de automovilistas que van a Pinamar y el Partido de la Costa pasan delante de un Cristo de doce metros de alto, con los brazos extendidos sobre los costados, en una pose muy similar al de Tierra Santa, el parque temático religioso de Buenos Aires. En Diamante fueron más originales y eligieron remitirse a un Cristo Pescador. Esta ciudad entrerriana a orillas del Paraná es un pesquero reconocido y apreciado por sus dorados, surubíes y pacús. Seguramente una cosa explica la otra. Lo cierto es que el monumento se ha convertido en el emblema de Diamante, tanto como sus altas barrancas sobre el río y el Parque Nacional PreDelta.
4 Córdoba I. El mausoleo de la aviadora

Rosa Margarita Rossi vivió apenas 26 años, pero en ese corto tiempo tuvo dos vidas. En su Suiza natal y las vecinas Austria y Alemania fue actriz en los tiempos del cine mudo, bajo el seudónimo de Myriam Stefford. Se enamoró y se casó con un estanciero cordobés inmensamente rico, a quien siguió al sur de las Américas. Myriam fue una de las primeras mujeres en pilotear aviones en el continente. Esa pasión le fue fatal en agosto de 1931 cuando su biplaza se estrelló en Marayes, San Juan. Su esposo, Raúl Barón Biza, levantó el mayor mausoleo del país para recordarla. Un centenar de obreros trabajaron para construirlo y recibir sus restos en 1935. El monumento se encuentra en Los Cerrillos, entre Córdoba y Alta Gracia.
5 Córdoba II. La guitarra que se ve desde un avión

El recordado periodista Federico Kirbus fue el primero en divulgar este extraño monumento que ostenta el curioso título de instrumento de música más grande del mundo? plantado con árboles. Se trata de una guitarra que mide un kilómetro de largo: el contorno de su caja y su mango está hecho con cipreses mientras las cuerdas son de eucaliptos. Se la puede ver solamente desde el aire. Es una "obra forestal" realizada por un estanciero de General Levalle para recordar a su esposa, fallecida a la joven edad de 25 años. Los vuelos comerciales entre San Luis y Buenos Aires pasan por la zona y todos los lectores de Kirbus saben desde años que hay que estar atento durante el viaje para poder vislumbrar la guitarra.
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