Créditos: Ahmed Jadallah
Verlos e intentar imaginar lo que debe ser el aire, allá arriba. Lo que deber ser el viento, aunque en la foto todo se vea tan calmo y estático. Verlos e intuir por un minuto esos dos corazones bombeando, las sienes al límite, todo el cuerpo convertido en un manojo de adrenalina desbordada. Pensarlos locos, excesivos, tan gratuitamente desafiantes. Y hasta quizás, en un asomo y como quien lo confiesa por lo bajo, mirarlos con una pizca de envidia.
La montaña se llama Jabal Jais y está en los Emiratos Árabes Unidos. En sus alturas se montó uno de los circuitos de tirolesa más largos del mundo. Y allí van, los buscadores de experiencias extremas, a tocar con las manos el cielo de los desafíos excesivos. Para filmarse en el intento, como parece querer hacer el que está a la izquierda. Para mirar aquello que tan pocos habrán mirado. Y encender un hambre de infinito que, por lo que cuentan, suele ser difícil de saciar.