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Córcega: una isla con mucha personalidad

Es francesa, pero no parece: los corsos tienen idioma, sabores, bailes y costumbres




CORCEGA.- Esta isla constituye unos de los lugares preferidos de veraneo de los habitantes del hexágono -como llaman los franceses a la región continental- y esto la convierte en un destino accesible. A tan sólo dos horas de vuelo desde París, o entre tres y seis si se opta por el ferry que parte desde Niza, Marsella y Toulon, la isla atrae y fascina por la riqueza natural.
Según dicen es la isla más preservada del Mediterráneo. Su protección ha sido y sigue siendo tema de movilización de sus habitantes y del Estado, lo cual se refleja en seis reservas naturales y en más de 15.000 hectáreas de costa que son propiedad de un organismo dedicado a la conservación del litoral.
Es una isla relativamente pequeña (mide 183 km de largo y 83 de ancho), pero a no engañarse, porque la diversidad paisajística es impresionante y los lugares para conocer son muchísimos. Para recorrerla, lo ideal es alquilar un auto en alguna de las ciudades más importantes: Bastia, al Norte; Calvi o Ajaccio, al Oeste; Bonifacio o Figari, al Sur, y empezar allí el paseo. Hay ómnibus que comunican distintos tramos de la isla, pero los horarios son muy limitados.
Para los amantes de la naturaleza, otra posibilidad es partir con la mochila al hombro y trazar un viaje parando en los numerosos campings o refugios.
Hay senderos pedestres por doquier (en total 1500 kilómetros trazados) con distintos niveles de complejidad. El trayecto más difícil, recorrido de alta montaña, demanda 15 días: son 200 km. Claro que hay recorridos para todos los gustos: antiguos senderos seguidos por mulas o pastores atraviesan bosques, lagos, playas, cerros, sitios arqueológicos, pueblos de pescadores...

De los griegos a Napoleón

Codiciada desde los tiempos más remotos, Córcega tiene una historia agitada y tumultuosa. La diversidad de orígenes ha dejado en la isla una impronta que ha contribuido al desarrollo de una marcada identidad corsa, motivo de orgullo de sus habitantes.
Inicialmente ocupada por los griegos, después por los romanos, la isla pasó a formar parte de la república floreciente de Pisa en 1077. Y así continuó durante dos siglos, hasta que Génova, eterna rival, consiguió su dominio, que se extendió cinco siglos. De ese poderío hoy quedan torres, puentes, iglesias barrocas, pueblos fortificados y... la pastasciutta, una de las especialidades culinarias de la región.
Cuando Génova entró en decadencia, en el siglo XVIII, la isla conoció catorce años de independencia, hasta que en 1768 el territorio fue cedido a Francia. Un año después nació en Ajaccio la figura más emblemática de la isla: Napoleón Bonaparte. Preocupado por dar a Córcega una identidad bien francesa, Napoleón siguió de cerca todo lo que acontecía en la isla.
Actualmente el busto de Napoleón es usado para distinguir una gran variedad de productos regionales: latas de galletas, botellas de aperitivos, remeras, llaveros y todo tipo de souvenirs.
La gran variedad de rocas que se puede encontrar en la región constituye un paraíso para los geólogos y mineralogistas, al mismo tiempo que despierta la imaginación de los viajeros, asombrados por susformas, colores y tamaños. Cuatro sitios han sido declarados Patrimonio de la Unesco: las Calanche, los golfos de Girolota y de Porto y las reservas naturales de Scandola.
Las Calanche, en la costa oeste, son un conjunto de formaciones graníticas de un naranja intenso, talladas por la erosión del viento. Sus figuras sorprendentes contrastan con el azul intenso del mar y hacen del conjunto un sitio excepcional.
La estrecha ruta que atraviesa las Calanche ofrece excelentes panoramas del golfo de Porto y de las formaciones rocosas. Pero se debe andar con mucho cuidado, pues apenas entran dos vehículos en la vía y en la mayor parte de los tramos se tiene un precipicio al costado.
La adrenalina aumenta cuando viene enfrente un camión o un ómnibus pues comienza allí una serie de avances y retrocesos que puede durar variosminutos.
En realidad el recorrido adquiere un encanto adicional y permite apreciar con más tranquilidad el paisaje, siempre con el mar azul de fondo.
Las excursiones en barco son una muy buena opción para conocer la isla y llegar a sitios de difícil acceso. Este es el caso, por ejemplo, de un pequeño pueblo pesquero, Girolata, en el golfo que lleva el mismonombre. La única forma vía terrestre de acceder es por un antiguo sendero de mulas, hoy recomendado como circuito turístico. Provisto de un antiguo fortín genovés, el pueblo vive de la pesca de la langosta y del turismo.
Muy cerca de allí, en el golfo de Porto, se encuentra la reserva natural de Scandola, cerca de 2000 hectáreas de espacio terrestre y marino altamente protegidos. La reserva alberga alrededor de 450 especies de algas, 150 especies de peces, aves raras como el águilapescadora, que tiene sus nidos entre las rocas, y arbustos autóctonos como el maquis. La diversidad de rocas pulidas por el mar y el viento, de tonalidades rojizas, forma elevaciones puntiagudas que se alternancon grutas.

De volcanes a acantilados

Del rojo intenso de las formaciones volcánicas del oeste, pasamos a las tonalidades blanco ceniza de los acantilados calcáreos de Bonifacio, en el extremo sur de la isla. Este es uno de los sitios más visitados, y con justa razón. El pueblo, de tan sólo 2700 habitantes (pero excesivamente poblado en verano), se encuentra divido en dos. La parte antigua, totalmente amurallada, fue edificada sobre una planicie calcárea, con acantilados de más de 60 metros de altura.
Inmediatamente uno se deja llevar por un ambiente medieval, de a momentos interrumpido por los numerosos restaurantes y tiendas de souvenirs.
El sitio más espectacular es sin duda la escalera del rey de Aragón, 187 escalones tallados a mano que atraviesan la fachada sur de los acantilados.
Según cuenta la leyenda, en 1420, Alfonso V de Aragón tenía intenciones de conquistar la isla. Ante la resistencia de la población, los soldados aragoneses intentaron invadir la ciudad construyendo una empinada escalera que comunicaba con un pasaje que los pobladores utilizaban antaño para llegar a un pozo de agua. Sin embargo , fueron sorprendidos por los habitantes y debieron abandonar su proyecto.Alfonso V se fue entonces de Bonifacio y nunca volvió.
Ana Pedrazzini

Pescados, mariscos y buenos quesos

A pesar de ser independiente durante tan sólo catorce años en su historia, la Isla de la Belleza -como reivindican los nativos sin exagerar- ha sabido mantener sus tradiciones. Lengua propia, platos y productos regionales, cantos y festivales típicos.
Desde hace treinta años, un renovado impulso nacionalista ha confluido en la creación de grupos independentistas. A no asustarse, porque la isla es un lugar muy seguro donde se puede pasear sin problemas. Los nombres de las ciudades figuran tanto en francés como en corso, pero una gran mayoría de los que están en francés han sido tachados o corregidos.
La lengua corsa presenta analogías con varias lenguas romances, principalmente con el italiano, y se enseña en las escuelas desde hace veinte años. De transmisión esencialmente oral, los diarios y libros escritos en corso son bastante recientes. Hasta mediados del siglo XIX, la comunicación escrita se hacía en italiano. A partir de entonces, el francés se impuso como idioma oficial.
El brocciu es la vedette de los quesos. Es de cabra, y se lo utiliza en omelettes, tartas, panqueques y buñuelos. También hay embutidos a partir de carne de cerdo, como el coppa o el lonzu. Son muy aromáticos. ¿El secreto? Tienen castañas, bellotas y hierbas aromáticas, y luego ahumados con madera de castaña.
Comer pescados o mariscos es un regalo para los sentidos: langostas, mejillones, ostras, sardinas, róbalo... preparados con salsas o a la parrilla. También hay jabalíes, cabritos, repostería hecha con harina de castaña, vinos y aperitivos.

Datos útiles

Cómo llegar

Un pasaje en avión París-Ajaccio ida y vuelta cuesta alrededor de 200 euros.
Si se opta por tomar el ferry desde el sur de Francia, el tramo Toulon-Ajaccio, cuesta 8 euros, 25 a 65 euros (una cama en un dormitorio). También es posible transportar el auto.

Dormir y comer

La cadena de hotelería económica (B & B, Etap Hôtel, Villages Hôtel) ofrece habitaciones dobles a alrededor de 40 euros. Más confort desde 58 euros en adelante.

Gastronomía

Se puede comer muy bien, con entrada, primer plato y postre por 35 euros. Pizzas de horno de leña, 10 euros.

Excursiones

En barco a Capo Rosso, la reserva de Scandola, el pueblo de Girolata cuesta 40 euros y dura cinco horas.

En Internet

www.visit-corsica.com

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por Redacción OHLALÁ!

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